El 1 de enero de 2020, en la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, tuvo lugar el ingreso en el Instituto Secular Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote de la primera aspirante procedente de África: Ángela, nacida en Kenia. Dentro de la celebración de la eucaristía, en la capilla del Cenáculo Sacerdotal «Juan Sánchez Hernández», donde reposan los restos del Fundador del Instituto, Ángela dio el paso de iniciar el tiempo de formación para poder consagrarse al Señor como Sierva de Jesucristo Sacerdote en el Instituto.
Al inicio de la celebración, la Directora General, María José Castejón, señaló la importancia de este paso en la vida de Ángela y en la del propio Instituto. En sintonía con lo que hizo siempre el P. Juan, la nueva aspirante escogió para este paso la fecha de una festividad de la Virgen: Santa María, Madre de Dios, la «Theotokos», expresa admirablemente el misterio de la acogida de Dios en el seno maternal de María y de la encarnación del Hijo de Dios y, con ello, el misterio de Jesucristo Sacerdote. Resaltó también que, con este paso, África entra en el corazón del Instituto, con toda su realidad y con la de la Iglesia y el ministerio sacerdotal en ese continente. Dio gracias a Dios por este hecho y por cómo Él hace nacer el Instituto en los lugares en que su presencia es más necesaria.
La aspirante fue presentada por Tania Quilambaqui, Directora de Aspirantes, quien subrayó de ella la alegría, como el rasgo que más inmediatamente se percibe en el trato personal: una alegría profunda, que nace del encuentro con Jesucristo, y que va unida al deseo de compartir la Cruz de Jesucristo por la salvación del mundo. A continuación, Ángela realizó su ofrenda, arrodillada ante el altar y a los pies de la tumba del Fundador. Recibió el abrazo de las Siervas, besó las manos del sacerdote y recibió en sus manos el beso de todas las Siervas, como signo de acogida y reconocimiento del servicio a la Iglesia y al mundo.
La eucaristía estuvo presidida por D. Antonio Mate, quien señaló que no sólo África entra en nuestro Instituto, sino también el Instituto entra en África, abriendo un horizonte nuevo. En su homilía nos hizo contemplar el misterio de la Encarnación, gracias al sí de María, el misterio de la Navidad, del nacimiento del Hijo de Dios que asume nuestra condición humana con todas sus consecuencias.
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