Cenáculo Sacerdotal
«Juan Sánchez Hernández,
Apóstol del Sacerdocio»
El Siervo de Dios Juan Sánchez Hernández quiso que las casas de las Siervas estuvieran siempre abiertas a los sacerdotes. Se inspiró en el Cenáculo, lugar de las confidencias de Jesús en la última Cena, lugar del lavatorio de los pies y de la institución de la Eucaristía, lugar donde los apóstoles perseveran «en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos» (Hch 1,14). Quiso que las Siervas propiciaran espacios y ambientes acogedores para los apóstoles, los discípulos, las comunidades cristianas.
Sus restos reposan en esta casa de la calle San Juan de Ávila, núm. 2, de Madrid,
una pequeña calle cuyo nombre actual se debe a su iniciativa.
Esta casa es la sede de un «Cenáculo de Espiritualidad Sacerdotal» que lleva su nombre. Es un espacio abierto para la oración, para el encuentro y para el descanso de los sacerdotes. Busca favorecer todo aquello que ayude a cultivar la espiritualidad sacerdotal, a cuidar la vocación y el ministerio.
Busca difundir el espíritu sacerdotal en el pueblo de Dios.
Es casa abierta también a los grupos de las comunidades cristianas.