En la tarde del pasado domingo 18 de julio nos reunimos en el Cenáculo de Espiritualidad Sacerdotal Juan Sánchez Hernández, en Madrid, para dar gracias a Dios, como cada día 18, por la vida y el ministerio del Padre Juan, Apóstol del Sacerdocio. Este día, además, conmemoramos el 46 aniversario de su Pascua, de su paso definitivo a los brazos de la Trinidad.
Somos conscientes de todas las gracias recibidas como familia Instituto durante todos estos años, de la entrega y fidelidad de tantas hermanas que nos han precedido en la fe, y, en este presente que vivimos, el Espíritu Santo nos regala nuevas vocaciones. El mismo día 18 recibíamos en nuestra fraternidad a Maria Ángela Corado, que ingresaba al Instituto para comenzar su tiempo de formación. Es una gran alegría para todas nosotras, siervas, colaboradoras, Movimiento Apostólico Sacerdotal, y también para las aspirantes de España, México y Ecuador. Además de las presentes, algunas se sumaron a la celebración a través de la plataforma zoom. Gracias a todas por vuestra presencia y cercanía a través de las nuevas tecnologías.
Para completar nuestra alegría, en esta eucaristía, recibía su primera comunión Uleidy Marte Geraldo, perteneciente a las familias que se consagraron en Madrid a Jesucristo Sacerdote, y que ha recibido su preparación a este sacramento a través de las siervas del Cenáculo de Formación Vocacional del barrio de Vallecas, que coordinan desde allí el Movimiento Apostólico Sacerdotal.
Las lecturas del domingo no podían ser más apropiadas. Nos presentaban la imagen del pastor responsable del rebaño. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países y las volveré a traer a sus dehesas para que crezcan y se multipliquen, decía el Señor por medio del profeta Jeremías. EL salmo 22 y la lectura de San Pablo a los Efesios nos conducían hacia fuentes tranquilas para poder decir juntos, en toda circunstancia: el Señor es mi pastor, nada me falta y Él es nuestra paz.
Jesús en el evangelio, como Buen Pastor, ve a las gentes y se conmueve. El Padre Juan, como pastor según el corazón de Dios, fundó e impulsó esta gran familia sacerdotal viendo la necesidad de sacerdotes santos que, conscientes de la sucesión apostólica del servicio, animen las diferentes vocaciones dentro de la Iglesia.
Como mujeres que sirven y siguen al Maestro, al Pastor, a Jesucristo Sacerdote en sus ministros, queremos crecer como Instituto oyendo su Palabra, caminando tras sus huellas y siendo pan partido y compartido para la vida del mundo.
Un abrazo fraterno
Marta Reina
Consejera de Formación
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