En la tarde del 18 de noviembre se celebró en nuestra casa de la calle San Juan de Ávila una eucaristía presidida por el cardenal y arzobispo emérito de Madrid D. Antonio María Rouco Varela. De esta forma, se inició el proyecto de abrir esta casa para la oración los días 18 de cada mes, en recuerdo de la fecha en que el P. Juan Sánchez Hernández vivió su pascua, al pasar de este mundo al Padre (el 18 de julio de 1975). A su vez, esto contribuye a convertir el lugar donde reposan sus restos en el «Cenáculo de Espiritualidad Sacerdotal Juan Sánchez Hernández», recuperando en este nombre -cenáculo- el lenguaje y el estilo que él deseaba para las casas de las Siervas.
En su homilía, el señor cardenal retomó la oración colecta del día: «Señor, Dios nuestro, concédenos vivir siempre alegres en tu servicio, porque en servirte a ti, creador de todo bien, consiste el gozo pleno y verdadero». A punto de terminar el año litúrgico, es bueno preguntarnos: ¿cómo hemos servido al Señor?. Continuó comentando las lecturas del domingo, afirmando la esperanza de que seremos verdaderamente felices cuando nos encontremos con el Señor. Invitó a la confianza en Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote, que en su sacrificio en la cruz nos ha abierto el camino hacia el Padre. Evocó la figura del P. Juan, e intuyó que su inspiración para fundar el Instituto Secular Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote tuvo mucho que ver con la presencia maternal de María junto a Jesús.
En la eucaristía, en la que concelebró D. Antonio Mate, participaron las Siervas y un nutrido grupo de niños, adolescentes y padres de la comunidad infantil y juvenil «Encuentro», que las Siervas animan en Vallecas. Al final de la celebración, nos acercamos a la capilla del P. Juan y allí, al pie de su tumba, depositamos las intenciones y deseos que confiamos a su intercesión.
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