Seleccionar página

Noticias

Miguel García-Baró presenta su libro «Kant y herederos» en ARS Carmelitana

29 May, 2019 | Librerias ARS

Comparte:

El 21 de mayo tuvo lugar en la librería ARS Carmelitana la presentación del libro de Miguel García-Baró, Kant y herederos. Introducción a la historia de la filosofía occidental, Ediciones Sígueme, Salamanca 2019.

El acto comenzó con la intervención de Iván Ortega Rodríguez, filósofo y profesor de filosofía, quien confesó su emoción por presentar a su maestro, pues él se considera su discípulo. Recordó que el libro Kant y herederos es el tercer y último volumen de una trilogía de Introducción a la historia de la filosofía occidental. Ésta se inició en el año 2009, con un primer volumen titulado Sócrates y herederos, y siguió en 2014 con Descartes y herederos. Iván Ortega subrayó la importancia de toda la obra, que constituye, no una historia de la filosofía al uso, sino una verdadera «invitación a la filosofía», y dio testimonio de ello con su propia experiencia como lector y estudioso: sus páginas invitan a pensar, a desarrollar el propio pensamiento, a filosofar.

El autor, Miguel García-Baró, uno de los más destacados filósofos de nuestro país, subrayó que debía gran parte del valor de la obra a su experiencia docente, a sus alumnos en la Universidad Pontificia Comillas y en la Escuela de Filosofía de Madrid. Corroboró su intención de invitar a la filosofía  y expresó el deseo de que esta obra ayude a iniciarse en la filosofía desde el conocimiento de su historia (el camino ideal para introducirse a ella, como afirmaba en el Prólogo del primer volumen). Ha constatado con sus alumnos la dificultad de quienes buscan esto, al encontrarse con la invisibilidad de la filosofía en muchas librerías, y agradeció la acogida en un espacio como el de ARS Carmelitana.

En los títulos de la trilogía se reconoce a Sócrates, Descartes y Kant como tres grandes pensadores sobre los que se articula la historia de la filosofía occidental, ocupándose respectivamente de la época antigua y medieval, de la Edad Moderna y, finalmente, de los siglos XIX y XX. Este último volumen, Kant y herederos, entiende el autor que debía haber sido un libro de más de mil páginas por su contenido y escrito a los 140 años, por la madurez y perspectiva que se requeriría. Por eso, agradeció a los editores de Sígueme la insistencia en que fuese terminado y cerrase el conjunto. La riqueza y pluralidad de las filosofías contemporáneas es enorme, y ello explica la postura del autor, quien -al igual que Ivan Ortega como lector- advirtió que los diferentes filósofos y corrientes no alcanzan igual extensión y profundidad en la obra, sino que el criterio del autor discierne entre aquellos que requieren una atención más detenida y los que pueden ser más sucintamente situados en el hilo narrativo de la historia con su significado específico.

Es intención de García-Baró atraer a la lectura directa de los filósofos y por eso, al fin de cada capítulo, incluye una relación de las mejores traducciones de sus obras y de los mejores estudios sobre su pensamiento, simplemente con la mención de traductores y estudiosos, para que el propio lector busque y se inicie en una profundización de su estudio.

En su intervención, Miguel García-Baró defendió la necesidad de filosofar enraizada en las preguntas más profundas del ser humano y como base de la vida espiritual. Rechazó la idea de la filosofía como algo alejado de la realidad, afirmando que los temas del bien, la culpa, el perdón, el amor, la muerte…, nos pertenecen a todos. Cuando parece imponerse como una evidencia que el poder, el dinero, el prestigio, el miedo, la pasión…, es lo que mueve el mundo, y todo nos empuja a la traición (que no se da, sin embargo, sin nuestra colaboración), existe «un instante» que es el de la razón, para cuestionar esa aparente evidencia, para buscar la verdad (así lo entendieron Sócrates y Levinás). Ese instante es lo humano, en ese instante está la filosofía. La defensa de la razón como algo verdaderamente humano, frente al tópico de «la fría razón», quedó así patente y García-Baró supo, como en sus libros, invitar a pensar, invitar a adentrarnos en las sendas de la filosofía.