Estar contigo, Señor,
porque eres el que siempre está conmigo,
porque siento que me esperas y me buscas,
porque todo puede ser de otra manera,
porque en tu palabra se dibujan mis caminos.
Estar contigo, Señor,
aunque el entorno solo hable de tu ausencia,
aunque la calma nunca llegue tras el golpe,
aunque la fatiga se infiltre en mis músculos,
aunque viva lejos de lo que sueño y espero.
Estar contigo, Señor,
para escuchar más diáfano al corazón,
para serenarme y poder así serenar,
para aprender a hablar sin vaguedades,
para tomar el amor y llevarlo por el mundo.
Señor, que yo sea
el último en cruzarme de brazos ante la necesidad…
el último en juzgar y crear envidias…
el último en rechazar y cerrarme al hermano. Dame un corazón servidor.
Que no olvide nunca que tú te inclinaste para lavar los pies a tus amigos.
Haz de mi vida una vida de entrega y servicio…
porque, quien no vive para servir no sirve para vivir.
Dios es el árbol y el agua, la roca, la tierra y el mar.
Dios es canto y silencio, hogar que acoge
y puerta que nos conduce a nuevas historias.
Pero hacen falta guías
que consagren sus días a buscar ese tesoro.
Hay quien se dedica a sembrar, encender,
forjar, regar, compartir y acompañar.
Hay trovadores que cantan con palabras prestadas,
cauces de agua ajena que trae vida verdadera.
Hay maestros con muchas preguntas y pocas respuestas,
que ayudan a otros a descubrir el Misterio.
Soñadores de un bien posible,
que convierten su amor en puente,
para acercar a hermano con hermano,
para unir al ser humano con Dios.
Apóstoles,
con pies de barro
y corazón de fuego.
Que nunca nos falten.
A vosotros, que sois fuertes
en vuestra debilidad;
a vosotros, que os mantenéis firmes
en la opción evangélica;
a vosotros, que progresáis en la fe
puesta en acción,
os llamo amigos.
A vosotros, dispuestos a dar la cara,
a arrimar el hombro, a echar una mano;
a vosotros, con quienes se puede contar
de manera incondicional
para toda buena causa,
os llamo amigos.
A vosotros que afrontáis la realidad
e intentáis mejorarla;
a vosotros, que no renunciáis a la utopía
y camináis hacia ella;
a vosotros, que dais una oportunidad
a un futuro mejor,
os llamo amigos.
A vosotros, que celebráis lo que creéis
y compartís lo que tenéis;
a vosotros juntos en la fiesta y juntos en la lucha;
a vosotros, que tenéis mis sentimientos y mi Espíritu,
os llamo amigos.