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Tiempo Ordinario – Ciclo C

La peculiaridad del tiempo ordinario no consiste en constituir un verdadero período litúrgico en el que los domingos guardan una relación especial entre sí en torno a un aspecto determinado del misterio de Cristo. El valor del tiempo ordinario consiste en formar con sus treinta y cuatro semanas un continuo celebrativo a partir del episodio del bautismo del Señor, para recorrer paso a paso la vida de la salvación revelada en la existencia de Jesús.

El tiempo ordinario comienza el lunes siguiente al domingo del bautismo del Señor y se extiende hasta el miércoles de ceniza, para reanudarse de nuevo el lunes después del domingo de pentecostés y terminar antes de las primeras vísperas del domingo I de adviento.

El hecho de que el tiempo ordinario comience a continuación de la fiesta del bautismo del Señor permite apreciar el valor que tiene para la liturgia el desarrollo progresivo, episodio tras episodio, de la vida histórica entera de Jesús siguiendo la narración de los evangelios. Éstos, dejando aparte los capítulos de Mateo y Lucas sobre la infancia de Jesús, comienzan con lo que se denomina el ministerio público del Señor. Cada episodio evangélico es un paso para penetrar en el misterio de Cristo; un momento de su vida histórica que tiene un contenido concreto en el hoy litúrgico de la iglesia, y que se cumple en la celebración de acuerdo con la ley de la presencia actualizadora de la salvación en el aquí-ahora-para nosotros.

Por eso puede decirse que en el tiempo ordinario la lectura evangélica adquiere un relieve mayor que en otros tiempos litúrgicos, debido a que en ella Cristo se presenta en su palabra dentro de la historia concreta sin otra finalidad que la de mostrarse a sí mismo en su vida terrena, reclamando de los hombres la fe en la salvación que él fue realizando día a día.

Nuevo diccionario de Liturgia
San Pablo

II Domingo

1.- INVITADOS A LA FIESTA

» … El Señor te prefiere a ti …. la alegría de Dios contigo …. » (Is 62, 1-5 ).
» … En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común ….» (1 Cor 12, 4-11).

SÍMBOLOS

  • Alianzas.
  • Vino.
  • Flores.

2.- PALABRA

(Jn 2, 1-11). Jesús se hace presente en la fiesta inaugurando su acción salvadora, también ahora se manifiesta en lo cotidiano por medio de signos.

Lectura del santo evangelio según san Juan (Jn 2, 1-11)

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. 2 Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
3 Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
– «No les queda vino».
4 Jesús le contestó:
– «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora».
5 Su madre dijo a los sirvientes:
– «Haced lo que él os diga».
6 Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
7 Jesús les dijo:
– «Llenad las tinajas de agua».
Y las llenaron hasta arriba.
8 Entonces les mandó:
– «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo».
Ellos se lo llevaron.
9 El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio 10 y le dijo:
– «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».
11 Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.

COMENTARIO

La señal realizada por Jesús en Caná, principio de las señales (2,11), anuncia la sustitución de la antigua alianza, fundada en la Ley mosaica, por la nueva, fundada en el amor leal (1, 14-17), cuyo símbolo es el vino que da Jesús.
El episodio es programático. Tomando pie de un hecho, una boda en un pueblo, construye Jn su narración. La boda, como se sabe, era símbolo de la alianza, donde Dios aparecía como el Esposo del pueblo. Esta boda anónima, donde ni el esposo ni la esposa tiene rostro ni voz, es figura de la antigua alianza, donde va a presentarse Jesús. La idea de una nueva alianza, mesiánica, nació ante el fracaso de la antigua. La figura del Esposo, apuntada en 1, 27 (cf. 1, 15.30), aparece aquí en primer plano: Jesús, el nuevo esposo, está presente en la antigua boda. En ella anuncia el cambio de alianza, que tendrá lugar en «su hora» (2,4).
El v. 6, que interrumpe el relato con la descripción estática de las tinajas, divide el episodio en dos partes. La primera (2, 1-5) comprende la introducción (2, 1-2) y la intervención de la madre de Jesús, nombrada tres veces (2, 1.3.5). En la segunda (2, 7-10), la figura central es el maestresala, mencionado también tres veces (2, 8.9.9). Vínculo entre las dos partes son la figura de Jesús (2, 1.2.3.4.7) y la de los servidores, nombrados una vez en la primera parte y otra en la segunda (2, 5.9). El episodio termina con una conclusión del evangelista, que interpreta teológicamente lo sucedido (2,11).

Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

En el ciclo C, el tiempo ordinario, tiene la belleza de iniciarse con un banquete esponsalicio:
Podríamos pensar que es un acontecimiento programático en la vida de Jesús.
La boda es símbolo de alianza, donde Dios aparece dando «vino bueno» (v.10) a los comensales de «la última hora» (v.10).
Esta boda en que los esposos sin rostro, ni nombre, desaparecen para dejar paso al «esposo mesiánico» que «manifiesta su gloria y aumenta la fe de sus discípulos» (v.11).
Este «primer signo» (v.11) -en que «la madre de Jesús estaba invitada» (v.1)-, es un acontecimiento central en la vida y en la comunidad mesiánica: «también estaban invitados Jesús y sus discípulos» (v.2.).
La madre los une para siempre en alianza de amor y de fe -«creyeron en él»- (v.11).

En este primer signo del evangelio de San Juan estamos asistiendo al alumbramiento de la Iglesia. Las «viejas tinajas de las purificaciones» (v.6) se habían quedado obsoletas, vacías, inútiles. «Llenadlas» (v.7), que el nuevo contenido va a promover la alegría y el gozo en «la última hora» (v.10), la hora de «la mejor calidad» (v.10); es la hora del Hijo, la hora mesiánica, la hora de la presencia salvadora de Dios.

Estamos en «la hora» de los signos; de la lectura creyente de la vida; de los desposorios entre creyentes y en la hora del amor.

El novio se ha quedado para siempre entre nosotros, y es la hora de la felicidad, de la acción de gracias y de la gratuidad.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

Repite sosegadamente

  • » Haced lo que Él os diga «
  • » Venga a nosotros tu gloria «
  • » Aumenta nuestra fe «

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Qué signos positivos se alumbran en tu vida?
  • ¿Quienes los motivan, los provocan?
  • ¿Cómo los acoges, los aceptas y los interpretas?
  • ¿Los vives a nivel creyente, de fe?
  • ¿Te ayudan a construir la comunidad eclesial?
  • ¿Sigue llegando Jesús -el esposo mesiánico- a tu existencia?
  • ¿Cómo, en quienes, con qué rostros?

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podríamos comenzar desentrañando el contenido del siguiente versículo:
    «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno para ahora». (v.10).
  • ¿Qué son estos vinos?
  • ¿Tienen que ver algo con las alianzas del Antiguo y Nuevo Testamento?
  • ¿Cómo actualizar hoy la alianza de Dios con nosotros?
  • ¿Qué lugar ocupa en esta alianza la comunidad?

Terminamos orando juntos el Salmo 95 del Diurnal

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.

Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.

Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente».

Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,

delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.

III Domingo

1.- PALABRA ANUNCIADA Y CUMPLIDA

» … Leyó el libro en la plaza … y todo el pueblo estaba atento al libro de la ley… » (Neh 8, 2-4. 5-6. 8-10).
» Todos hemos bebido de un sólo Espíritu.» (1 Cor 12, 12-30).

SÍMBOLOS

  • Palabra de Dios.

2.- PALABRA

(Lc 1, 1-4; 4, 14-21). Prólogo del Evangelio y comienzo del ministerio de Jesús en la asamblea popular de Nazaret.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 1, 1-4; 4, 14-21)

Excelentísimo Teófilo:
Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, 2 siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. 3 Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, 4 para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
14 En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. 15 Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
16 Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. 17 Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
18 «El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado para anunciar el evangelio a los pobres,
para anunciar a los cautivos la libertad
y a los ciegos, la vista.
Para dar libertad a los oprimidos;
19 para anunciar el año de gracia del Señor».
20 Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. 21 Y él se puso a decirles:
– «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír».

COMENTARIO

Lucas, a diferencia de Marcos y Mateo, inicia la misión de Galilea en el pueblo de Jesús. Aunque el relato tiene algunos puntos de contacto con el de Marcos (Mc 6 1-6), no parece seguir esa narración sino que utiliza tradiciones propias. Sin embargo Lucas es consciente de que en realidad Jesús no empezó su ministerio en Nazaret. Lc 4 23 nos indica que ya ha actuado en Cafarnaún. Por tanto, el orden de Lucas está motivado por un propósito distinto del histórico.
El marco de la narración es el culto sinagogal de la época de Jesús. Su comportamiento es el que nos describen los libros judíos de aquel tiempo. Todos los hombres podían participar en la celebración del sábado. El servicio consistía en oraciones y lecturas de la ley y los profetas con comentario
. Los lectores eran miembros instruidos de la comunidad o, como el caso de Jesús, visitantes conocidos por su saber en la explicación de la palabra de Dios.
El centro del relato está en la proclamación del cumplimiento de un texto de Isaías (Is 61 1-2). En él se describe de qué manera concreta llevará a cabo su tarea el Mesías. El evangelio («la buena noticia») alcanza a la totalidad del hombre y no sólo a su dimensión «espiritual». Además esta escena es como el programa de lo que va a ser el ministerio de Jesús, y prefigura todo lo que va a ocurrir: se anuncia la salvación para todos los hombres, los incrédulos piden signos, el pueblo judío rechaza su predicación e intentan matarle (anuncio de su muerte), pero la libertad soberana de Jesús vence a sus enemigos (recuerdo de su resurrección) y la evangelización sigue su camino.

Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

En la Sinagoga de Nazaret, su pueblo, Jesús nos ofrece su programa de vida y de evangelizador. Tomando el texto de Is 61, 1-2 se lo aplica y lo concreta actualizándolo con su vida: «hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír» (v.21). A partir de ese momento esos cuatro puntos fueron su norte y su expresión de vida:
«Evangelizar a los pobres» (v.18). ¿Quiénes son esos pobres?; tú, yo, los que sufren, los vacíos, los buscadores, los sin sentido, los abatidos…, los mal queridos…; todos encontraremos en Él la riqueza de sentirnos aceptados y amados.
«Liberar a los cautivos» (v.18). Cuando dejamos actuar el Espíritu se abren tantas puertas y cerrojos; se superan tantos miedos, ataduras y esclavitudes… que nuestra existencia sigue siendo la misma y es diferente.
«Dar vista a los ciegos» (v.18). Las cegueras son muchas y las oscuridades variadas … , no es fácil acceder a la luz. Necesitamos que la luz penetre en nuestras vidas, una luz nueva, que se alumbre en las profundidades de nuestra existencia; lejos de los conceptos y de los conocimientos. La luz de Dios sube de nuestros abismos y se asoma en nuestras miradas.
«Proclamar un año de gracia del Señor» (v.19). El «año de gracia» era el Jubileo del Perdón. Si no aprendemos a «graciar», a «perdonar», a «otorgar misericordia» no hemos entendido nada del programa de Jesús.

Estos cuatro puntos fueron su programa y es también nuestro programa y el de todos los seguidores de Jesús.

«Hoy se debe cumplir en nosotros esta escritura» (v.21).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

Repite sosegadamente

  • » Envía, Señor, tu Espíritu «
  • » Libérame, Señor «
  • » El Señor es mi luz «

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Estoy atento, en la vida diaria, a las «buenas noticias»?
  • ¿Cómo me afectan?; ¿me motivan?
  • ¿Las busco en los periódicos?
  • ¿Las escucho entre líneas en las conversaciones cotidianas?
  • ¿Soy sensible a ellas?
  • ¿Libero con mis palabras y con mis actitudes?
  • ¿Cómo son mis relaciones con los demás?
  • ¿Qué vínculos establezco?
  • ¿Tengo como base de mis relaciones el perdón?

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos partir del texto que Jesús toma del profeta Isaías 61, 1-2.
    «El Espíritu del Señor está sobre mí,
    porque él me ha ungido.
    Me ha enviado para anunciar el evangelio a los pobres,
    para anunciar a los cautivos la libertad
    y a los ciegos, la vista.
    Para dar libertad a los oprimidos;
    para anunciar el año de gracia del Señor».
  • ¿Cómo actualizar ahora estos cuatro puntos en nuestras acciones pastorales?
  • ¿Cómo llevarlas a término en nuestras vidas de familia?
  • ¿En qué hemos de rectificar?

Podemos terminar orando juntos el Salmo 18 del Diurnal

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
que un panal que destila.

Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta.

Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado.

Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío.

IV Domingo

1.- MISIÓN DEL PROFETA

» Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte… en muralla de bronce frente a todo el país… » (Jer 1, 4-5. 17-19).
» Ambicionad los carismas mejores…, os voy a mostrar un camino mejor…» (1 Cor 12, 31-13, 13).

SÍMBOLOS

  • Icono de Cristo
  • Radiografía -transparencia interior-

2.- PALABRA

(Lc 4, 21-30). Jesús el nuevo profeta, anuncia y denuncia; sus palabras suscitan aceptación y rechazo, persecución…

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 4, 21-30)

En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga:
– «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír».
22 Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían:
– «¿No es éste el hijo de José?».
23 Y Jesús les dijo:
– «Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo»; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».
24 Y añadió:
– «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. 25 Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; 26 sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio».
28 Al oír esto, todos en el sinagoga se pusieron furiosos y, 29 levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo.
30 Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

COMENTARIO

El fanatismo religioso de sus compatriotas no se contenta con recriminarle su falta de compromiso político: «Mientras oían aquello, todos en la sinagoga se fueron llenando de cólera y, levantándose, lo expulsaron fuera de la ciudad y lo empujaron hasta un barranco del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con la intención de despeñarlo» (4, 28-29). De hecho, al final de su vida, lo sacarán «fuera» de la ciudad de Jerusalén y lo ejecutarán como si fuese un zelota más, crucificándolo en medios de dos malhechores, y, para más inri, en la inscripción de la cruz se lo reprocharon de nuevo, echándole en cara, esta vez, que se haya autoconstituido «rey de los judíos», Mesías de Israel. Sea como sea, conseguirán hacerlo callar de momento, porque su mensaje estorba a unos y a otros. Al fin, todos se pondrán de acuerdo contra él. Ya se veía venir… desde el principio.
«Pero Jesús, abriéndose paso entre ellos, emprendió el camino» (4,30). Con todo, nunca podrán ahogar su clamor universalista: su persona y su mensaje continuarán influyendo en la historia, encarnándose en hombres y mujeres que, fieles a su compromiso, se alejarán de todo sistema de poder e irán creando pequeños oasis de solidaridad y de fraternidad.

El éxodo del hombre libre
Josep Rius-Camps
Ediciones Almendro

3.- RESUENA LA PALABRA

Primer conflicto de Jesús. Significar su profetismo en continuidad con estos dos profetas carismáticos es una provocación, una ruptura con los profetas domesticados y servidores.
Elías es el orante, el buscador de Dios; el motivador de la fe en el pueblo y fuera del pueblo, en Sarepta; el que escruta los elementos buscando a Dios (I Re 19, 11-13); el que no cesa de escuchar y de proclamar la soberanía de Dios sobre todos los ídolos (I Re 18, 20-40).
Eliseo, discípulo y seguidor de Elías, es el hombre de los signos, el creyente que sabe que Dios realiza la salvación, la curación, la vida a través de las realidades cercanas. Naaman, el sirio, se somete al signo débil, sencillo, cotidiano para encontrar la nueva vida de Dios. El profeta ofrece la vida de Dios gratuitamente (II Re 5,16).

El profetismo cristiano además de anunciar tiempos nuevos y denunciar injusticias, se inspira en estos hombres itinerantes, que rompen los límites de Israel; que abren su vida y su fe a los pueblos paganos; que buscan una experiencia del Dios de Israel más allá de la ley.

Con Jesús de Nazaret se inaugura para nosotros este profetismo saludable que nos motiva a seguir buscando la vivencia de Dios más allá de toda realidad. Esta búsqueda nueva no fue aceptada por los paisanos de Jesús (v. 28-29).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

Repite sosegadamente

  • » Sáname, Señor «
  • » Señor, que crea «
  • » El Señor es mi luz «

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Vives en tu consagración bautismal la dimensión profética?
  • ¿Qué expresiones concretas tiene tu profetismo?
  • ¿En qué actitudes se expresa?
  • ¿Actualizas en tu vida orante la búsqueda de Dios?
  • ¿Abres su acción evangelizadora más allá de los católicos?
  • ¿Qué valor otorgas a los signos de la vida cotidiana?

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

Podemos leer el texto de I Re 17, 5-16 donde se refiere el hecho de la viuda de Sarepta.

Marchó Elías y, siguiendo las órdenes del Señor, se fue al torrente Querit, al este del Jordán. Los cuervos le traían pan y carne por la mañana y por la tarde, y bebía el agua del torrente.
Al cabo de algún tiempo se secó el torrente a causa de la pertinaz sequía. Entonces, el Señor le dijo:
– Levántate, y vete a vivir a Sarepta de Sidón; yo ordenaré a una viuda de allí que te alimente.
Elías se levantó y se fue a Sarepta. Cuando entraba por la puerta de la ciudad, vio a una viuda recogiendo leña. La llamó y le dijo:
– Por favor, tráeme un vaso de agua para beber.
Cuando ella iba por el agua, Elías le gritó:
– Tráeme también un poco de pan.
Ella le dijo:
– ¡Vive el Señor, tu Dios, que no tengo una sola hogaza; sólo me queda un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la orza! Precisamente estaba recogiendo estos palos para preparar algo para mi hijo y para mí; lo comeremos y luego moriremos.
Elías le dijo:
– No temas; ve a casa y haz lo que has dicho, pero antes hazme a mí una hogaza pequeña y tráemela. Para ti y para tu hijo la harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: No faltará harina en la tinaja ni aceite en la orza hasta el día en que el Señor haga caer la lluvia sobre la tierra.
Ella fue e hizo lo que le había dicho Elías, y tuvieron comida para él, para ella y para toda su familia durante mucho tiempo. No faltó harina en la tinaja ni aceite en la orza, según la palabra que el Señor pronunció por medio de Elías.

  • ¿Cómo escucha el profeta a Dios?
  • ¿Se arriesga con su palabra profética?
  • ¿Compromete a sus interlocutores?
  • ¿Se compromete el profeta?

Terminamos orando juntos el Salmo 70 del Diurnal

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame.

Se tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.

Dios mío, líbrame de la mano perversa,
del puño criminal y violento;
porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.

En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías,
siempre he confiado en ti.

Muchos me miraban como a un milagro,
porque tú eres mi fuerte refugio.
Llena estaba mi boca de tu alabanza
y de tu gloria, todo el día.

No me rechaces ahora en la vejez,
me van faltando las fuerzas, no me abandones;
porque mis enemigos hablan de mí,
los que acechan mi vida celebran consejo;
dicen: «Dios lo ha abandonado;
perseguidlo, agarradlo, que nadie lo defiende».

Dios mío, no te quedes a distancia;
Dios mío, ven aprisa a socorrerme.
Que fracasen y se pierdan
los que atentan contra mi vida,
queden cubiertos de oprobio y vergüenza
los que buscan mi daño.

Yo, en cambio, seguiré esperando,
redoblaré tus alabanzas;
mi boca contará tu auxilio,
y todo el día tu salvación.
Contaré tus proezas, Señor mío,
narraré tu victoria, tuya entera.

Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas,
ahora, en la vejez y las canas,
no me abandones, Dios mío,

hasta que describa tu brazo
a la nueva generación,
tus proezas y tus victorias excelsas,
las hazañas que realizaste:
Dios mío, ¿quién como tú?

Me hiciste pasar por peligros,
muchos y graves:
de nuevo me darás la vida,
me harás subir de lo hondo de la tierra;

acrecerás mi dignidad,
de nuevo me consolarás;
y yo te daré gracias, Dios mío,
con el arpa, por tu lealtad;

tocaré para ti la cítara,
Santo de Israel;
te aclamarán mis labios, Señor,
mi alma, que tú redimiste;

y mi lengua todo el día
recitará tu auxilio,
porque quedaron derrotados y afrentados
los que buscaban mi daño.

V Domingo

1.- EL CAMINO

» … Bendito quien confía en el Señor …. Será un arbol plantado, junto al agua …. » (Jer 17, 5-8).
» … Porque yo soy el menor de los apóstoles, y no soy digno de llamarme apóstol … » (1 Cor 15, 1-11).

SÍMBOLOS

  • La Sagrada Escritura
  • Cada uno los de su trabajo:
    – Libros (Maestros)
    – Vendas (Enfermeros)
  • Sagrada Escritura

2.- PALABRA

(Lc 5, 1-11). Movidos por la Palabra de Jesús, Pedro y sus compañeros vuelven a echar las redes al mar.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 5, 1-11)

Llamada a los primeros discípulos
Mc 1 16-20; Mt 4 18-22
Mc 4 1-2; Jn 21 1-6

Estaba Jesús en cierta ocasión junto al lago de Genesaret y la gente se agolpaba para oír la palabra de Dios. 2 Vio entonces dos barcas a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban lavando las redes. 3 Subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que la separase un poco de tierra. Se sentó y estuvo enseñando a la gente desde la barca. 4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón:
– Rema lago adentro, y echad vuestras redes para la pesca.
5 Simón respondió:
– Maestro, toda la noche hemos estado faenando sin pescar nada, pero puesto que tú lo dices, echaré las redes.
6 Lo hicieron y capturaron una gran cantidad de peces. Como las redes se rompían, 7 hicieron señas a sus compañeros de la otra barca para que vinieran a ayudarles. Vinieron y llenaron dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. 8 Al verlo, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús diciendo:
– Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.
9 Pues tanto él como sus hombres estaban sobrecogidos de estupor ante la cantidad de peces que habían capturado; 10 e igualmente Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Entonces Jesús dijo a Simón:
– No temas; desde ahora serás pescador de hombres.
11 Y después de traer las barcas a tierra, dejaron todo y le siguieron.

COMENTARIO

Lucas ha cambiado de lugar la llamada a los primeros discípulos, que en Marcos (Mc 1 16-20) se encuentra antes de las primeras obras de Jesús. En Lucas esta llamada viene de su presentación en la sinagoga de Nazaret (Lc 4 14-30) y de sus primeros signos (Lc 4 31-44). De este modo se explica mejor la pronta respuesta de sus discípulos Es frecuente en la Biblia que antes de confiar una tarea importante a alguna persona, Dios se revele a través de un signo que manifiesta su poder. La pesca milagrosa prepara a los discípulos para seguir a Jesús. Pero además no debemos olvidar las dimensiones simbólicas de la pesca como signo de la misión cristiana. Sin embargo la disposición a esta misión exige un cambio en la misma concepción que se tiene de Jesús. En Pedro, prototipo de todos los creyentes que siguieron y siguen a Jesús, se opera este cambio expresado a través de la manera de dirigirse al Señor. Cuando éste le pide que eche las redes lo llama Maestro, un título de respeto. Pero al ver los resultados de la pesca reconoce en él al Señor, un título que la iglesia primitiva dirigía a Jesús resucitado. Su confesión de los pecados indica que ha dudado de Jesús y no se había dado cuenta hasta entonces de que en él actuaba el poder de Dios.
Hay, sin embargo, bastantes rasgos del relato que lo aproximan a la pesca milagrosa de Jn 21 1-14. Tanto la confesión de fe de Pedro, como el hecho de caer a sus pies, parecen reflejar más bien las apariciones de Jesús resucitado. El relato evoca, por tanto, el momento de la rehabilitación del apóstol después de su traición. Es un ejemplo más de cómo las tradiciones pascuales penetran y actualizan los relatos que los evangelios sitúan en la vida de Jesús.
La expresión dejaron todo nos recuerda el tema lucano del desprendimiento, una actitud propia de todo discípulo en el seguimiento de Jesús (Lc 5 28; 12 33; 18 22). Lucas nos expresa así que la generosidad en el desprendimiento debe ser uno de los signos distintivos de las comunidades y de los creyentes en Jesús.

Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Señor, tu vienes a nuestro lago y nos invitas a «remar lago adentro» (v.4); a otras horas, en otras condiciones y momentos…. «- Rema lago adentro» (v.4).
«Puesto que tú lo dices, echaré las redes» (v.5)
Sólo confiado en tu Palabra, en tu fuerza, en tu seguridad … En esto consiste la misión: en hacer lo que se hace de otra manera, de otro modo, con otro sentido.
El milagro de la pesca no está en lo mucho que se recoge, está en el hecho de poner las redes en el agua fiado únicamente de la palabra. Hemos de operar el milagro en nosotros, en los llamados, en los vocacionados…., sólo dejando que se opere el milagro en mí podré vivir esa otra pesca que cambie mi destino y el destino de otros seres humanos; que encontremos juntos el sentido último de la existencia.
«No temas» (v.10). Dejar todas las seguridades en tus manos y en tu Palabra, Señor, sobrecoge; por eso exclamamos con Pedro: «-Señor, que soy un pecador» (v.8). El Señor siempre nos responde: -«No temas» (v.10)

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

Repite sosegadamente

  • » Rema mar adentro «
  • » No temas «
  • » En ti confío «

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Qué supone «remar mar adentro» en seguimiento vocacional de Jesús?
  • ¿Trabajar más?, ¿hacer las cosas de otro modo?, ¿darles otro sentido?
  • ¿Qué influencia tiene la Palabra de Dios en nuestro modo de hacer?- «Simón Pedro cayó a los pies de Jesús» (v.8).
  • ¿Ahondamos en el conocimiento de Jesús y en el nuestro, ahí, a los pies de Jesús?
  • ¿Nos evangeliza nuestra acción misionera?

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podríamos partir dialogando sobre el texto siguiente:
    – «Maestro, toda la noche hemos estado faenando sin pescar nada, pero puesto que tú lo dices, echaré las redes» (v.5).
  • ¿Qué sentido encontramos en este texto que ilumina nuestra misión?
  • ¿Quién es el «Maestro» de nuestra misión evangelizadora?
  • ¿Hemos de cambiar el método, la forma, o hemos de cambiar nosotros?

Terminamos orando juntos el Salmo 137 del Diurnal

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre:

por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.

El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.

Cuando camino entre peligros,
me conservas la vida;
extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo,
y tu derecha me salva.

El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.

Santísima Trinidad

1.- MISTERIO DE COMUNIÓN

» …El Señor me estableció al principio de sus tareas » (Pro 8, 22-31).
» …Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios…” . (Rom 5, 1-5).

SÍMBOLOS

  • Icono de la Trinidad
  • Concha
    Bautismos

2.- PALABRA

(Jn 16, 12-15) Nuestro tiempo es la etapa en que el Espíritu continúa revelándonos a Jesucristo, su verdad plena en cada suceso de la historia salvadora.

Lectura del santo evangelio según san Juan (Jn 16, 12-15)

Dijo Jesús a sus discípulos: “Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora: 13 cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. 14 Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho qué tomará de lo mío y os lo anunciará».

COMENTARIO

16, 12-15. Quinto anuncio del Paráclito.

El contenido de este último proverbio sobre el Paráclito, pone de relieve los aspectos siguientes:
Jesús es el Revelador. Ha manifestado el Nombre, la realidad divina, a los hombres. La tarea del Paráclito ¿añadirá algo a lo revelado por Jesús? La aportación del Espíritu no es cuantitativa, sino cualitativa. Su acción consistirá en que, bajo el impulso de su presencia y de su iluminación, quedará desvelado el misterio de Jesús y de su revelación. Por tanto, la aportación del Espíritu está en la línea de la verdad y del conocimiento de la palabra de Jesús. La verdad completa o plena se refiere a la revelación de Cristo entendida como una totalidad, como una magnitud única de sentido que ya ha sido dada y que es universal y trascendente.
El «plus» del Paráclito o lo que él debe añadir a lo dicho y hecho por Jesús debe verse desde la perspectiva de la continuación y pervivencia de la revelación en el futuro. Se trata, ni más ni menos, de la existencia cristiana en el mundo. El futuro de la existencia cristiana estará condicionado por la palabra de Jesús captada desde la fe. Ahora bien, ¿cómo será esto posible sin la acción del Espíritu? Sin el Paráclito no hay otra cosa que la suma de «muchas cosas» que resultan absolutamente incomprensibles y, por tanto, inaceptables. El Espíritu Paráclito no es poste repetidor, sino central creadora de la luz siempre nueva.
Se pone en labios de Jesús que el Espíritu todo lo recibirá de mí (Jn 16,14). Todo el contexto nos obliga a concluir que lo que recibe el Espíritu es la verdad completa, es toda la obra de Jesús y su misma persona; es su misión de revelación; todo su mensaje; es toda su obra de salvación que culmina en su «hora»; es Jesús mismo en el misterio de sus relaciones con el Padre, Jesús en cuanto Hijo de Dios; es todo aquello que la fe nos hace reconocer en Jesús.

Comentario al Nuevo Testamento
Felipe Fernández Ramos
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Jesús nos dice: «el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena» (v.13).
Este «guía», nos conduce, nos adentra en un misterio que llamamos trinitario, misterio de Dios.
Dejemos que «el amor que ha sido derramado en nuestro corazones» nos conduzca con su sabiduría.
No llenemos nuestra cabeza con ideas, ni con especulaciones, ni con datos objetivos…
La Trinidad de Dios no es objeto de nuestras conquistas lógicas e intelectuales, Jesús nos invita a recorrer un camino vital, una experiencia: «ven y verás» (Jn 1, 39).
Este camino nos conduce a un «habitar», a una amistad que no es «un saber», es una amistad de comunión «sabrosa», donde se nos descubre quien es el Padre y quien es Jesucristo bajo la luz del Espíritu.

Sólo el amor puede hacer este descubrimiento extraordinario, él es el conductor en este camino misterioso y apasionante que nos lleva a la plenitud.
«Él hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir» (v.13), ¿qué nos espera conocer de Dios?, ¿qué experiencia extraordinaria nos ha de revelar aún?, ¿quién puede saber lo que nos tiene reservado?

Demos gracias a Dios que nos llama a un crecimiento sin límite, a un amor que no acaba, a una donación que no se agota…, nos llama a participar de su misma vida y amor.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿En qué nivel vives el amor trinitario?
  • ¿Como un conocimiento a clarificar?
  • ¿Como un dato a conocer?
  • ¿Como un sentimiento a experimentar?
  • ¿Como un amor a vivenciar?
  • ¿Qué función tiene el Espíritu en este proceso de descubrimiento?
  • ¿Qué te aporta el amor del Padre?
  • ¿Qué te enseña la entrega del Hijo?
  • ¿Qué te comunica el Espíritu Santo, hoy?

Repite sosegadamente

  • » Gloria al Padre «
  • » Gloria al Hijo «
  • » Gloria al Espíritu Santo «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos comentar la siguiente frase del texto:
    «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora» (v.12)
  • ¿Cuáles son esas novedades que hemos conocido por la fuerza del Espíritu?
  • ¿Qué verdades ha desarrollado el Espíritu en la Iglesia?
  • ¿Cuáles son verdades nucleares, reveladas, y cuáles son marginales?
  • ¿Se puede declarar una verdad «como revelada» sin estar fundamentada en la Sagrada Escritura?

Terminamos orando juntos con el Salmo 8 del Diurnal

Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:

rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar.

Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

1.- LA NUEVA ALIANZA

» Melquisedec, rey de Salem, ofreció pan y vino. Era Sacerdote del Dios Altísimo…» (Gen 14, 18-20).
» …En la noche que iban a entregarlo, tomó un pan… y dijo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros… » (1 Cor 11, 23-26).

manos partiendo el pan

SÍMBOLOS

  • Pan partido.
  • Copa con vino.

2.- PALABRA

(Lc 9, 10-17) La comensalidad en la vida de Jesús fue un símbolo de la Eucaristía, la multiplicación de los panes es el signo de lo que después fue la entrega de Jesús.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 9, 10-17)

Multiplicación de los panes y los peces

Mc 6 30-44; Mt 14 13-21; Jn 6 1-14
Mt 15 32-39; Mc 8 1-10

De regreso, los apóstoles refirieron a Jesús todo lo que habían hecho. Él los tomó consigo y se retiró a un lugar solitario, hacia una ciudad llamada Betsaida.
11 Pero la gente, al enterarse, le siguió. Jesús los recibió y estuvo hablándoles del reino de Dios, y curando a los que lo necesitaban. 12 Cuando el día comenzó a declinar, se acercaron los doce y le dijeron:
– Despide a la gente para que se vaya a las aldeas y caseríos del contorno a buscar albergue y comida, porque aquí estamos en despoblado.
13 Jesús les dijo:
– Dadles vosotros de comer.
Ellos le replicaron:
– No tenemos más que cinco panes y dos peces, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esa gente.
14 Eran unos cinco mil hombres. Dijo entonces Jesús a sus discípulos:
– Mandadles que se sienten por grupos de unos cincuenta cada grupo.
15 Así lo hicieron y acomodaron a todos. 16 A continuación, Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió y se los iba dando a los discípulos para que los distribuyeran a la gente.
17 Comieron todos hasta hartarse, y de los trozos sobrantes recogieron doce canastos.

COMENTARIO

En el gesto de la multiplicación de los panes Jesús revela su condición de ser el que aporta la salvación definitiva a los hombres de todos los tiempos. Una salvación que el Antiguo Testamento describe como un banquete de abundancia. El recuerdo nos lleva, en primer lugar, al alimento que Dios proporciona a su pueblo en el desierto (Ex 16; Dt 8 3.16; Sal 78 24-29; 105 40; Sab 16 20-26) y sobre todo a los textos que nos hablan de los tiempos mesiánicos con el símbolo de un gran banquete (Is 25 6-8; 55 1-2; 65 13-14). Pero además, y sobre todo, el texto refleja claramente la eucaristía celebrada por la iglesia primitiva. En efecto, la misma manera de contar el hecho (bendición, partir el pan) nos lleva a los textos eucarísticos del evangelio (Lc 22 19; 24 30), como si este milagro fuese una prefiguración de lo que iba a suceder en la vida de la Iglesia.

Comentario al Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

El texto de San Lucas que recuperamos hoy no es sólo una «prefiguración» de la Eucaristía, nos indica también la praxis de la comunidad que se alimenta del pan eucarístico.
«Despide a la gente… porque aquí estamos en despoblado» (v.12). Ya en el grupo primero existía esta tendencia a eludir responsabilidades…, el proyecto de los apóstoles es reductivo, de alejamiento, de abandono de la multitud.
«Jesús les dijo: -Dadles vosotros de comer» (v.13). El proyecto de Jesús es audaz, arriesgado, de compromiso, de co-rresponsabilidad…
Ellos apelan a «lo que tienen y a comprar» (v.13). Jesús los distribuye por grupos (v.14); apela a la oración de acción de gracias (v.16); bendice al Padre (v.16), parte los panes y se los va dando para que ellos los distribuyan a la gente (v.16).
El proyecto de Jesús es solidario, fraterno, de acogida, de diálogo, de convivialidad; esto es lo que significa comunión: «decidles que se echen en grupos», ¿qué hicieron en grupos de unos cincuenta?: conocerse, dialogar, compartirse, contarse las fatigas, superar la soledad y el aislamiento…, ¡tantos alivios! que alimentan interior y exteriormente.
«Jesús tomó los panes…, levantó los ojos, pronunció la bendición, los partió y se los iba dando…, para que los distribuyeran a la gente» (v.16). Esto es un servicio de amor, un alimento que vincula, que viene como bendición de Dios, a través de Jesús, por medio de los servidores de la comunidad.

La Eucaristía nos compromete a «no despedir a los demás», nos compromete a «darles de comer», a… sentarlos junto a nosotros, a una relación fraterna, a bendecir a Dios por ellos y a dar y recoger para que nada, ni nadie se pierda.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • La relación de Jesús con la gente:
    «… los recibió y estuvo hablándoles del Reino de Dios» (v.11).
    «… curó a los que lo necesitaban» (v.11).
    «… dadles vosotros de comer» (v.13).
    «… que se sienten por grupos» (v.14).
    «… lo hicieron y acomodaron a todos» (v.15).
    Eucaristía
    «… comieron todos hasta hartarse» (v.17).
  • ¿Cómo es nuestra relación con los demás?

Repite sosegadamente

  • » Venga a nosotros tu Reino «
  • » Danos el pan de cada día «
  • » Hágase tu voluntad «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos centrarnos en la parte de la PALABRA:
    «Jesús los recibió y estuvo hablándoles del Reino de Dios y curando a los que lo necesitaban» (v.11)
  • Observamos los tres verbos que utiliza San Lucas al presentarnos la liturgia de la Palabra:
  • Recibir…, acoger…, hacer nuestros los problemas y las inquietudes de los otros…
  • Hablar del Reino…, esto es enfocar los problemas en su verdadera orientación, ver con hondura aquello de lo que se habla.
    «Curaba a los que lo necesitaban». La verdadera palabra en hondura es siempre curativa, sanante, realiza lo que anuncia.
  • Comprometernos con nuestras liturgias de la palabra

Terminamos orando con el Salmo 109 del Diurnal

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora».

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.

XI Domingo

1.- «TENGO QUE DECIRTE UNA COSA»

» …Natán le dijo: pues el Señor perdona tu pecado …» (2 Sam 12, 7-10.13).
» …El hombre no se justifica por cumplir la ley… » (Gal 2, 16.19-21).

ramo de flores

SÍMBOLOS

  • Ramo de flores.
  • Una mano tendida.

2.- PALABRA

(Lc 7,36 – 8,3) Jesús opta por la misericordia, por el perdón, por la búsqueda de lo perdido, por la dimensión curativa en la vida.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 7,36 – 8,3)

Simón el fariseo y la mujer pecadora

(Lc 7 36-50)
Lc 11 37; 14 1; Jn 4 18-19; Mt 26 7; Gn 18 4;
Sal 23 5; Lc 5 20-21; 8 48; 17 19

Un fariseo invitó a Jesús a comer. Entró, pues, Jesús en casa del fariseo y se puso a la mesa. 37 En esto, una mujer, pecadora pública, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, se presentó con un frasco de alabastro lleno de perfume, 38 se puso detrás de Jesús junto a sus pies y, llorando, comenzó a bañar con sus lágrimas los pies de Jesús y a enjugárselos con los cabellos de la cabeza, mientras se los besaba y se los ungía con el perfume. 39 Al ver esto el fariseo que le había invitado, dijo para sus adentros: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues en realidad es una pecadora». 40 Entonces Jesús tomó la palabra y le dijo:
– Simón, tengo que decirte una cosa.
Él replicó:
– Di, Maestro.
41 – Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. 42 Pero como no tenía para pagarle, les perdonó la deuda a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?
43 Simón respondió:
– Supongo que aquél a quien perdonó más.
Jesús le dijo:
– Así es.
44 Y volviéndose a la mujer, dijo a Simón:
– ¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies; pero ella ha bañado mis pies con sus lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste el beso de la paz, pero ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste con aceite mi cabeza; pero ésta, ha ungido mis pies con perfume. 47 Por eso te digo: si da tales muestras de amor, es que se le han perdonado sus muchos pecados; en cambio, al que se le perdona poco, mostrará poco amor.
48 Entonces dijo a la mujer:
– Tus pecados quedan perdonados.
49 Los comensales se pusieron a decir para sus adentros: «¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?». 50 Pero Jesús dijo a la mujer:
– Tu fe te ha salvado; vete en paz.
8 1 Después de esto, Jesús caminaba por pueblos y aldeas predicando y anunciando el reino de Dios. Iban con él los doce 2 y algunas mujeres que había liberado de malos espíritus y curado de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que había expulsado siete demonios. 3 Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes, Susana, y otras muchas que le asistían con sus bienes.

COMENTARIO

Esta unción de Jesús tiene cierto parecido con la de Betania, que los otros evangelios relacionan con la pasión y muerte de Jesús como prefiguración y anuncio (Mc 14 3-9; Mt 26 6-13). La unción tiene en Lucas un significado diferente; es una escena de perdón y conversión. En ella se subraya un aspecto muy querido por este evangelista: la misericordia de Jesús con los pecadores (Lc 15; 19 1-10; 23 40-43).
El relato anterior ha terminado con una descripción de Jesús como amigo de los pecadores (Lc 7 34). Ahora este principio es ilustrado con un hecho real. La acusación contra Jesús, nos dice este relato, se cae por su propia base. En realidad Jesús participa en los banquetes no por glotonería, sino para llevar el perdón y la conversión a los pecadores. Para expresar la alegría de la salvación que se hace real y operativa en él. Lucas no nombra a esta pecadora que hace todo lo que debía haber hecho el fariseo al recibir a Jesús como huésped. No tenemos ningún fundamento para identificarla como María Magdalena (Lc 8 2) o con María la hermana de Marta (Lc 10 38-42). Su acción es descrita como una respuesta de gratitud, como la consecuencia del perdón recibido (Lc 7 47). Hay que entender este relato desde la perspectiva de la parábola que cuenta Jesús. El amor de los deudores es la respuesta al perdón de la deuda del prestamista, que en la parábola representa a Dios mismo. Es verdad que Lc 7 47 podría traducirse diciendo que el perdón de Jesús es la respuesta al gran amor manifestado por la mujer. En cualquier caso Lucas quiere expresar la íntima relación que hay entre el amor agradecido y el perdón de los pecados. Un perdón que se hace presente en la actividad de Jesús.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues en realidad es una pecadora» (v.39).
Después de una «parábola en acción» (vv. 37 y 38), escuchamos una «mini parábola» (vv. 41 y 42), una parábola abierta, que termina con una pregunta incisiva: ¿Quién de ellos amará más?
«Cuando entré en tu casa» (v.44). Jesús va comparando en esa casa las dos conductas, las dos actitudes…, los dos amores.
«Si da tales muestras de amor, es que se le ha perdonado mucho» (v.47). Parece que al amor brota de la gratuidad del perdón que Dios otorga; «en cambio, al que se le perdona poco, mostrará poco amor» (v.47)
El fariseísmo no nos deja desmantelar nuestras defensas invulnerables levantadas con hipocresía.
Las máscaras de la «honorabilidad» forman parte de nuestro cuerpo personal y social.
La mujer no tiene necesidad de confesar sus culpas: la conocen todos. El fariseo hace un juicio (v.39). Tampoco él necesita aportar sus virtudes, también son conocidas.
Jesús les invita a ir a lo profundo: «Tengo que decirte una cosa» (v.40): Lo público, lo exterior, lo ceremonioso, lo adquirido, lo prestigioso…, no salva.
«¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?» (v.49).
Éste es el exponente de la transparencia.
Éste es el que lee la existencia con sinceridad y hondura.
Éste es el que establece relaciones de amor y no de cumplimiento.
Jesús es el salvador de nuestra existencia: «Tu fe te ha salvado; vete en paz» (v.50).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • Si la dignidad y la calidad de la persona se miden por el amor:
    ¿Qué actitudes de mi existencia debería cambiar?
  • ¿Qué hechos concretos de la vida cotidiana debería excluir?
  • ¿Qué manifestaciones no son auténticas en mi vida?
  • Jesús hace presente en el banquete una forma nueva de ser y de estar: la misericordia entrañable.
  • ¿Qué cambio he de operar yo en los sitios en que me hago presente y con las personas a las que trato?

Repite sosegadamente

  • » ¿Me amas? «
  • » Tengo algo que decirte «
  • » Tus pecados quedan perdonados «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Comentamos la siguiente frase de Jesús:
    «Si da tales muestras de amor, es que se le han perdonado sus muchos pecados » (v.47)
  • ¿Qué pensamos de esta frase?
  • ¿Medimos y juzgamos nosotros las vidas y los comportamientos con este criterio?
  • ¿Qué criterio usamos para enjuiciar nuestros entornos y los comportamientos de los que nos rodean?

Terminamos orando juntos el Salmo 31 del Diurnal

Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.

Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto un fruto seco.

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.

Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.

– Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.

No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.

Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero.

XII Domingo

1.- JESÚS ¿QUIÉN ERES?

» Derramaré… un espíritu de gracia y de clemencia …» (Zac 12, 10-11. 13, 1).
» Todos sois hijos… por la fe en Cristo… herederos » (Gal 3, 26-29).

icono de Jesucristo

SÍMBOLOS

  • Icono de Jesús.
  • Credo.

2.- PALABRA

(Lc 9, 18-27) La respuesta a la pregunta de Jesús exige fe, confianza profunda y abandono en el seguimiento del camino mesiánico.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 9, 18-27)

Declaración de Pedro

(Lc 9 18-21)
Mc 8 27-30; Mt 16 13-20
Jn 6 67-69

Un día que estaba Jesús orando a solas, sus discípulos se le acercaron. Jesús les preguntó:
– ¿Quién dice la gente que soy yo?
19 Respondieron:
– Según unos, Juan el bautista; según otros, Elías; según otros, uno de los antiguos profetas, que ha resucitado.
20 – Él les dijo
– Y vosotros ¿quién decís que soy yo?
Pedro respondió:
– El Mesías de Dios.
21 Pero Jesús les prohibió terminantemente que se lo dijeran a nadie.
22 Luego añadió:
– Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, por los sumos sacerdotes y los maestros de la ley, que le maten y que resucite al tercer día.
23 Entonces se puso a decir a todo el pueblo:
– El que quiera venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz de cada día y me siga. 24 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, ése la salvará. 25 Pues, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo sí se pierde o se arruina a sí mismo? 26 Porque si uno se avergüenza de mí o de mi mensaje, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga glorioso junto con el Padre y los santos ángeles. 27 Os aseguro que algunos de los presentes no morirán antes de haber visto el reino de Dios.

COMENTARIO

Esta escena, en un contexto de oración que subraya su importancia, viene a explicar el gesto de la multiplicación de los panes y a responder a los múltiples interrogantes que se hacían los hombres y mujeres del tiempo de Jesús. Jesús es el Mesías de Dios, es decir, el que Dios envía para realizar su designio de salvación. Sin embargo, Jesús impone silencio a sus discípulos sobre esta confesión mesiánica justo antes de anunciarles su muerte próxima (Lc 9 22). Sólo ésta despejará todos los equívocos que podrían resultar de una confesión prematura de su mesianidad. A partir de entonces los discípulos de Jesús podrán proclamar claramente que Jesús es el Mesías (Hch 2 36).
El título que Pedro emplea para Jesús, el Mesías de Dios, nos lleva a la gran esperanza de Israel. El Mesías (el Cristo, en griego) esperado iba a ser la persona que Dios enviaría para salvar a Israel, aunque había otras concepciones, también judías, que le daban una dimensión menos nacionalista. Pedro, que ha visto cómo Jesús ha predicado el reino y ha llevado a cabo signos y prodigios, reconoce en él al que viene a restaurar el reino para Israel (Hch 1 6). No nos encontramos, pues, aquí con una confesión plenamente cristiana sobre quién es Jesús. La muerte y la resurrección nos manifestarán en su plenitud lo que aquí es todavía incipiente.
Estas palabras de Jesús, que encontramos también en otros lugares del evangelio (Lc 12 9; 14 27; 17 33), han sido agrupadas aquí para describir las condiciones del seguimiento de Jesús. Si la cruz expresa la vida del cristiano es porque la existencia del creyente está definida por la vida de Jesús, cuya culminación es su entrega en la cruz. Lucas añade aquí una expresión que no se encuentra en el texto paralelo de Marcos, cada día (Lc 9 23). Con estas palabras quiere indicar que la cruz es una actitud permanente de la existencia cristiana y que no está hablando de un hecho aislado, por muy importante que éste sea. Se trata de una interpretación espiritual importante para los cristianos de todos los tiempos, de una afirmación de Jesús que aludía originalmente al martirio (Mc 8 34). Es también en la vida cotidiana, nos dice Lucas, y no sólo en la persecución o el martirio, donde se manifestaba la fidelidad en el seguimiento de Jesús.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Un día que estaba Jesús orando a solas» (v.18). De ahí, de la oración brota la pregunta clave de la fe:
«¿Quién dice la gente que soy yo?» (v.18); ¿qué se dice, qué se opina, qué hay en el ambiente?
«Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» (v.20). Que quiere decir ¿quién soy yo para ti?, ¿qué significo para tu vida y para tu existencia?
Estas preguntas fueron para Pedro y sus compañeros y para cada uno de nosotros, para todo creyente. Preguntas que brotan en la oración de Jesús «un día»; podríamos decir: «cada día» en la oración creyente.

Las preguntas sobre la identidad de Jesús que brotan «un día», se resuelven «cada día» (v.23) tomando la cruz, «renunciando a sí mismo» y siguiendo el camino de Jesús.
«La cruz de cada día» (v.23) no es fácil, es la forma de seguirle, no con las cruces que nos fabricamos nosotros, sino con las cotidianas de la familia, la convivencia, la solidaridad, la educación, el ahorro, la serenidad ante las dificultades…
«Renunciar a sí mismo» (v.23); ésta es la forma, el método cristiano, la clave para estar en el camino: no ir dando lecciones en nada, sino sirviendo en todo, ahí en ese sitio pequeño y oculto cada día.
«Quien pierda su vida por mí, ése la salvará» (v.24). ¿Qué es perder o salvar? Cuando salimos al camino del seguimiento ya salvamos todo.

Todas nuestras preguntas se responden desde la cruz, desde la máxima expresión del amor: un Dios pobre, desnudo y crucificado.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Qué interrogantes concretos te surgen sobre Jesús?
  • ¿Cuáles brotan en las conversaciones de la vida?
  • ¿Cuáles surgen de la reflexión?
  • ¿Cuáles de la oración?
  • ¿Cómo intentas resolverlos?
  • ¿Con lecturas, con diálogo, con más oración?
  • ¿Los resuelves en la vivencia «cada día» de la cruz?¿Asocias a Jesús a lo cotidiano y a la entrega servicial a los que te rodean?

Repite sosegadamente

  • » Señor mío y Dios mío «
  • » Mesías de Dios «
  • » Señor, mi fuerza «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos comunicarnos compartiendo la siguiente frase del evangelio:
    «el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, ése la salvará » (v.24)
  • ¿Qué sentido tiene aquí perder y salvar?
  • ¿Cómo perder cada día?, ¿qué supone?
  • ¿En favor de quien o quienes perder?
  • ¿Tiene algo que ver perder con dar?
  • ¿Para salvar qué hemos de dar a cambio?
  • ¿Qué salvamos cada día?, ¿qué damos?

Podemos terminar orando juntos el Salmo 62 del Diurnal

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

XIII Domingo

1.- SERVIR ¿CÓMO?

» Eliseo… se levantó, marchó tras Elías y se puso a sus órdenes…» (1 Re 19, 16.19-21).
» …Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado… » (Gal 4, 31 – 5, 1.13-18).

camino en el campo

SÍMBOLOS

  • Camino.
  • Zapatillas

2.- PALABRA

(Lc 9, 51-62) Jesús se dirige a Jerusalén, como cada seguidor del camino; sus palabras son exigentes, pide radicalidad.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 9, 51-62)

No admiten a Jesús en Samaría

(Lc 9 51-56)
2 Re 17 24-41; Jn 4 9; 2 Re 1 10-12

Cuando llegó el tiempo de su partida de este mundo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. 52 Entonces envió por delante a unos mensajeros, que fueron a una aldea de Samaría para prepararle el alojamiento. 53 Pero no quisieron recibirle, porque se dirigía a Jerusalén. 54 Los discípulos Santiago y Juan, al ver esto, dijeron:
– Señor, ¿quieres que mandemos que baje fuego del cielo y los consuma?
55 Pero Jesús, volviéndose hacia ellos, les reprendió severamente. 56 Y se fueron a otra aldea.
57 Mientras iban de camino, uno le dijo
– Te seguiré a donde quiera que vayas.
58 Jesús le contestó:
– Las zorras tienen madrigueras y los pájaros del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
59 A otro le dijo:
– Sígueme.
Él dijo:
– Señor, déjame ir antes a enterrar a mi padre.
60 Jesús le respondió:
– Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el reino de Dios.
61 Otro le dijo:
– Te seguiré, Señor, pero déjame despedirme primero de mi familia.
62 Jesús le dijo:
– El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no es apto para el reino de Dios.

COMENTARIO

Lc 9 51 es una introducción al viaje a Jerusalén y nos da su horizonte teológico.

Estamos acercándonos al cumplimiento del plan de Dios que inaugura una nueva etapa de la historia de salvación. Se trata de la partida (el griego dice asunción) de Jesús, del paso hacia el Padre. A través del término partida se evocan seguramente su muerte y resurrección, el conjunto del misterio pascual. Pero todo eso no es un proceso inexorable. La decisión de Jesús es un elemento esencial de ese misterio.
Jesús, que ha iniciado el camino que le lleva hacia la muerte (Lc 9 51), expresa en estos tres diálogos el riesgo y la urgencia del seguimiento. Jesús había sido rechazado por sus paisanos en su tierra natal (Lc 4 16-30), y en el pasaje anterior por los samaritanos. Su situación, nos dice el primer diálogo, es la del solitario que no tiene un lugar propio. En el segundo diálogo, Jesús es el que se dirige a otro para que le siga. Pero éste se escuda en un deber importante de todo judío: enterrar a su padre (2 Re 9 10; Jr 16 4). No se ha dado cuenta de que el anuncio del reino, al que es invitado por Jesús, pasa por delante de todos los deberes humanos. Los muertos (=los que son insensibles a la llamada de Jesús) enterrarán a los muertos. En el tercer caso, alguien expone el deseo de seguirle, pero pretende primero despedirse de los suyos, como hizo Eliseo cuando recibió la llamada de Elías para ser su discípulo (1 Re 19 19-21). Pero Jesús es más exigente que Elías.
Al contar al comienzo del viaje a Jerusalén estas exigencias radicales del seguimiento, Lucas quiere advertir a los discípulos sobre la seriedad del camino que van a emprender con Jesús. Es una advertencia que vale para los discípulos de cualquier época que toman la decisión de seguir a Jesús.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Cuando llegó el tiempo… Jesús tomó la decisión» (v.51).
Para todo ser humano y creyente existen «tiempos» y «decisiones» que requieren ser orientados y encaminados.
«Ir a Jerusalén» (v.51), es el camino creyente, es la ascensión, el «paso» de todo seguidor en el camino.
«En Samaría… no quisieron recibirle» (v.53), no todos están dispuestos en ese camino a ser receptores de semejante exigencia.
«¿Quieres que mandemos que baje fuego del cielo y los consuma» (v.54). Jesús desea encender ese fuego en el corazón creyente, no utilizar el fuego para exterminar al ser humano.

«Mientras iban de camino» (v.57), así de sencillo, mientras caminamos tomamos decisiones:
«Te seguiré a donde quiera que vayas» (v.57)… «las zorras…, los pájaros…» No se trata de pobreza sólo, se trata de disponibilidad; el discípulo no se pertenece, su vida está bajo el signo de lo imprevisto, del Espíritu.
«Déjame ir antes a enterrar a mi padre» (v.59). Jesús da prioridad al Reino… «Tú ve a anunciar el Reino de Dios» (v.60), aunque estés enterrando… a tus padres, amigos…, el pasado desaparece ante la urgencia del Reino.
«Déjame despedirme…» (v.61). Nada de vacilaciones, nada de componendas, nada de nostalgias… el Reino es el que nutre la vida del seguidor.

Se ara, se siembra y se hace camino siempre hacia adelante con el corazón encendido por el fuego del amor del que va delante.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Nos sabemos en camino hacia Jerusalén?
  • ¿Con qué actitud vamos de camino?
  • ¿Cómo acogemos – alojamos a otros caminantes?
  • ¿Mantenemos el fuego del amor durante todo el camino?
  • En el seguimiento, ¿tomamos las «decisiones» acertadas?
  • ¿Somos constantes?
  • ¿Vivimos en disponibilidad con realismo?
  • ¿Estamos orientados hacia adelante, hacia la construcción del Reino?

Repite sosegadamente

  • » Te seguiré, Señor «
  • » Venga a nosotros tu Reino «
  • » Mi Dios y mi Todo «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos partir de la siguiente frase de Jesús:
    «- Las zorras tienen madrigueras y los pájaros del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza. » (v.58)
  • ¿Qué sentido o sentidos descubrimos en este texto?
  • ¿Orienta nuestra sobriedad y pobreza en sentido positivo?
  • ¿Nos aporta orientaciones para vivir la itinerancia?
  • ¿Abre nuestra vida a lo imprevisto del Espíritu? (Jn 3, 8)

Podemos terminar orando juntos el Salmo 15 del Diurnal

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.

Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

XIV Domingo

1.- ENVIADOS

» Así como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo…» (Is 66, 10-14).
» Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo (Gal 6, 14-18).

Palabra de Dios

SÍMBOLOS

  • Vendas.
  • Palabra de Dios.

2.- PALABRA

(Lc 10, 1-12. 17-20) Portadores de la Paz. Son los enviados portadores del Reino que «está llegando» con su anuncio a todos los que escuchan la palabra.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 10, 1-12. 17-20)

Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares que él pensaba visitar. 2 Y les dio estas instrucciones:
– La mies es abundante, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3 ¡En marcha! Yo os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa, ni alforjas ni sandalias, ni saludéis a nadie por el camino. 5 En la casa que entréis, decid primero: Paz a esta casa. 6 Si hay allí gente de paz, vuestra paz recaerá sobre ellos; si no, se volverá a vosotros. 7 Quedaos en esa casa comiendo y bebiendo de lo que tengan, porque el obrero tiene derecho a su salario. No andéis de casa en casa. 8 Si al entrar en un pueblo, os reciben bien, comed lo que os sirvan. 9 Curad a los enfermos que haya en él; y decidles: «Está llegando a vosotros el reino de Dios»: 10 Pero si entráis en un pueblo y no os reciben bien, salid a la plaza y decid: 11 «Hasta el polvo de vuestro pueblo que se nos ha pegado a los pies lo sacudimos y os lo dejamos. Sabed de todas formas que el reino de Dios está llegando». 12 Os digo que el día del juicio será más tolerable para Sodoma que para ese pueblo.
17 Los setenta y dos volvieron llenos de alegría, diciendo:
– Señor hasta los demonios se nos someten en tu nombre.
18 Jesús les dijo:
– He visto a Satanás cayendo del cielo como un rayo. 19 Os he dado el poder para pisotear a serpientes y escorpiones, y para dominar toda potencia enemiga, y nada os podrá dañar. 20 Sin embargo, no os alegréis de que los espíritus se os sometan. Alegraos más bien de que vuestros nombres están escritos en el cielo.

COMENTARIO

De nuevo, como en Lc 9 1-6, Lucas nos habla de una misión de los discípulos. En este caso son más numerosos. Su número alude a Gn 10, según la versión griega del Antiguo Testamento, donde setenta y dos es el número de las naciones paganas. Si bien Lucas sabe que la misión universal no empezará hasta después de Pascua (Hch 1 8), la presencia simbólica del número setenta y dos muestra su prefiguración en la vida de Jesús, aunque realizada por sus discípulos. El camino hacia Jerusalén se convierte en modelo para el camino de la iglesia futura. El hecho de enviar a sus discípulos de dos en dos es para que su testimonio tenga el valor jurídico que pedía la ley (Dt 17 6; 19 15).
Lucas ya había hablado de las exigencias de pobreza con las que debía ser llevada a cabo la misión (Lc 9 3). El estilo de la evangelización es siempre el mismo para él. Sin embargo aquí añade tres rasgos que corresponden a los cambios que introduce en la vida humana la llegada del reino. Por una parte; no deban saludar a nadie en el camino (Lc 10 4). La urgencia de la misión no permite detenerse en la complejidad de la cortesía oriental. Esta misma proximidad del reino aparece en Lc 10 9. Es una cercanía que quizá tuviera su realización, en la predicación de Jesús, en el momento de la llegada a Jerusalén (Lc 9 51). Se insiste también en la proximidad de la salvación definitiva a través de la idea de la mies. Anunciada por Juan el bautista (Lc 3 16-17), en continuidad con la predicación profética del Antiguo Testamento (Is 33 11; 41 15-16; Jr 13 24; 51 2.33; Am 9 9; Jl 4 13); la época de la mies ha llegado con la predicación de Jesús. A esta tarea son asociados los discípulos de todos los tiempos. Pero la misión no será fácil. Entonces y ahora las dificultades surgen (Hch 20 29; Jn 10 12), si se quiere ser fiel a las exigencias del evangelio de Jesús.
Junto al envío de los setenta y dos, símbolo de la misión a los gentiles, Lc 10 12-15 nos transmite unos ayes contra las ciudades de Galilea que han rehusado reconocer los signos de Jesús. Contrastan estas palabras con los propósitos de Jesús sobre las ciudades de Samaría (Lc 9 49-56). Pero no debemos ver en ellas una maldición, sino una simple constatación, expresada en un lenguaje oriental y solemne, del hecho del rechazo a Jesús por las ciudades de Galilea.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Jesús aporta los tres criterios para la vida misionera de la Iglesia:
«Rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (v.2). La fuente de la misión está en la oración, no en campañas publicitarias; la misión es gracia y no planificación humana. La misión evangélica fracasa cuando se interrumpe la vinculación con la fuente: Dios.
«Os envío como corderos en medio de lobos» (v.3). La misión se vive bajo el signo de la debilidad, la mansedumbre y la entrega; frente a la hostilidad, la burla o la persecución, la fuerza del misionero es el testimonio, el amor conquistado en el corazón creyente.
«No llevéis bolsa, ni alforjas, ni sandalias… en la casa que entréis, decid primero: Paz a esta casa» (v. 4 y 5). La eficacia en la misión no está ligada a los medios humanos, a las obras colosales, a las estructuras y técnicas…; el poder de la Palabra y el testimonio de pobreza no pueden ser reemplazados por el dinero, ni por el prestigio, ni por la institución. El número y los recursos no aseguran la difusión del Evangelio.

El apóstol de la Buena Noticia no aparece acaparando honores, ni coleccionando puestos privilegiados, más que hacer número en procesiones y en invitaciones con tarjeta, prefiere frecuentar las casas de los pobres, de los débiles, de la gente que no cuenta, prefiere estar presente donde hay sufrimiento, paro y abandono de los poderosos, «curad enfermos» (v.9).

La misión evangelizadora adopta la pobreza, la sencillez y la cercanía con los pequeños como signo esencial; no la convirtamos en empresa, propaganda y espectáculo.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Con qué criterios tienes organizada tu vida de evangelizador?
  • ¿Tiene su fuente en la unión con Dios en la oración?
  • ¿Te mueves con criterios de amor y no de otros intereses?
  • ¿Adopta el estilo sencillo, cercano, pobre… como signo de identidad?
  • ¿Qué valor damos a «la imagen», a «la influencia», «al tiempo»?
  • ¿Quiénes son nuestros amigos?

Repite sosegadamente

  • » Venga a nosotros tu Reino «
  • » La mies es abundante «
  • » Paz a esta casa «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos comentar la siguiente frase del texto:
    «Sabed de todas formas que el Reino de Dios está llegando» (v.11)
  • ¿Cómo concebimos, hoy, la llegada en presente del Reino de Dios?
  • ¿Con qué actitudes puedo hacerlo presente?
  • ¿Qué acciones concretas lo manifiestan?
  • ¿En qué contextos está aflorando?
  • Ese presente continuo «está llegando», ¿en qué niveles de nuestra existencia aflora?

Terminamos orando juntos el Salmo 65

Aclama al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria;
decid a Dios: «Qué temibles son tus obras»

Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres.

Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna eternamente.

Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi suplica
ni me retiró su favor.

XV Domingo

1.- «HAZ TU LO MISMO»

» …El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón…» (Dt 30, 10-14).
» …En él quiso Dios que residiera toda la plenitud …» (Col 1, 15-20).

manos abiertas

SÍMBOLOS

  • Manos abiertas.
  • Aceite – signo curativo.

2.- PALABRA

(Lc 10, 25-37) Prójimo es aquel que se acerca a otro, el que presta ayuda, el que pone sus sentimientos al unísono con otro.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 10, 25-37)

El buen samaritano

Mc 12 18-34; Mt 22 34-40; Dt 6 5; Lv 19 18; Lc 17 15-16

Se levantó entonces un maestro de la ley y le dijo para tenderle una trampa:
– Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?
26 Jesús le contestó:
– ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees tú?
27 El maestro de la ley contestó:
– Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
28 Jesús le dijo:
– Has respondido correctamente. Haz eso y vivirás.
29 Pero él, queriendo pasar por un hombre de bien, dijo a Jesús:
– ¿Y quién es mi prójimo?
30 Jesús le dijo:
– Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos salteadores que, después de desnudarle y golpearle sin piedad, se alejaron dejándole medio muerto. 31 Un sacerdote bajaba casualmente por aquel camino y, al verle, se desvió y pasó de largo. 32 Igualmente un levita que pasó por el mismo lugar, al verle, se desvió y pasó de largo. 33 Pero un samaritano que iba de viaje, al llegar junto a él y verle, sintió lástima. 34 Se acercó y le vendó las heridas, después de habérselas curado con aceite y vino; luego le montó en su cabalgadura, le llevó al mesón y cuidó de él. 35 Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al mesonero, diciendo: «Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a mi vuelta». 36 ¿Quién de los tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?
37 El otro contestó:
– El que tuvo compasión de él.
Jesús le dijo:
– Anda y haz tú lo mismo.

COMENTARIO

El diálogo inicial entre el maestro de la ley y Jesús sigue muy de cerca el texto de Mc 12 28-34. Marcos, sin embargo, nos habla de un escriba y la pregunta que hace es sobre el gran mandamiento de la ley. Lucas, adaptándose quizá a sus destinatarios cristianos de cultura griega, pregunta sobre la vida eterna. La respuesta del maestro de la ley combina dos textos del Antiguo Testamento: Dt 6 4 y Lv 19 18. Pero queriendo pasar por hombre justo plantea una nueva pregunta sobre quién es su prójimo. Para un judío la cuestión tenía una respuesta clara en la ley: es todo miembro del pueblo de Dios (Ex 20 16-17; 21 14.18.35; Lv 19 11-18). Para esta parábola, sin embargo, todo hombre que se aproxima a los demás con amor es el verdadero prójimo, aunque sea un extranjero. De este modo la pregunta primera se invierte y se transforma en: ¿cómo puedo ser yo el prójimo del necesitado? No debemos olvidar aquí que los sacerdotes y levitas, los expertos de la ley, son los que pasan de largo. Sus conocimientos no les sirvieron para responder a la necesidad concreta que se les presentaba. Su corazón no estaba convertido al Dios de la misericordia. Por el contrario la parábola nos descubre que el que tiene el secreto de la vida eterna es, paradójicamente, un samaritano, un extranjero odiado por los judíos (el maestro de la ley ni siquiera se atreve a pronunciar el nombre de «samaritano», Lc 10 37). Es verdad que él no tiene los conocimientos de la ley que tienen los sacerdotes y levitas, pero sin embargo sintió lástima. Tiene un corazón compasivo que sabe expresarse a través de un amor eficaz. En este gesto del samaritano la Iglesia de todos los tiempos reconoce un aspecto fundamental de su misión: la de levantar a todos los hombres y mujeres caídos en los caminos de la historia.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
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3.- RESUENA LA PALABRA

Tres verbos marcan el desarrollo de esta parábola que Jesús nos narra: «ver», «acercarse» y «hacer»;
La parábola nos indica tres reacciones: «Un sacerdote… al verle, se desvió» (v. 31); «un levita… al verle se desvió y pasó de largo» (v.32); «un samaritano… al llegar junto a él y verle, sintió lástima» (v.33). Para Jesús el amor consiste en una manera de ver…, de mirar abierto, dejando que el otro afecte los sentimientos del corazón, «sintió lástima» (v.33); este hombre con esos sentimientos está «alcanzando la vida eterna» (v.25).
«Se acercó y le vendó las heridas…» (v.34). La cercanía le conduce a una cadena de hechos, de realidades, de auto implicaciones (v.34 y 35): Ha visto, pero no se ha dedicado a «analizar las causas», ni a hacer una filosofía de la marginación, ni a pensar en qué instituciones serían necesarias… Se siente concernido y actúa.
«- Anda y haz tú lo mismo» (v.37). Tanto en el sacerdote como en el escriba faltan estos dos verbos: «ir y «hacer». Ellos «pasan de largo»; «dan un rodeo»… se ocupan oficialmente de las cosas de Dios y pasan por encima del prójimo; se encuentran con Dios, sin necesidad de encontrarse con los hermanos.

Jesús en esta parábola nos ha trazado el itinerario que hemos de transitar para llegar a «tener vida» (v.25), para encontrarnos con Dios. Ese camino pasa por el prójimo = próximo: verle, padecer con él, detenernos, acercarnos, vendar…, ayudar, poner en común lo que se tiene y lo que se es…; esto es: «Hacer» como el samaritano. En esto consiste la caridad cristiana, en hacer viendo y sintiendo con los hermanos.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Qué sentimientos me asaltan al confrontar mi vida con la narración de la parábola de Jesús?
  • ¿Con qué personaje me identifico?
  • ¿Qué actitudes de mi vida debo corregir?
  • ¿Estoy en la buena dirección?
  • ¿Hago en concreto, con eficacia y con cercanía de corazón?
  • ¿Qué ingredientes he de poner a cuanto hago?
  • ¿Cómo he de mirar a los cercanos?
  • ¿Con quienes me he de detener?

Repite sosegadamente

  • » Tu Palabra me da vida «
  • » Haz eso y vivirás «
  • » Ten compasión de mi «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos partir para el diálogo de la siguiente frase del texto:
    «Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al mesonero, diciendo: «Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a mi vuelta».
  • ¿Quién de los tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» (v.35-36)
  • ¿Cómo se decanta el compromiso cristiano en este texto de la parábola?
  • ¿Hasta dónde ha de llegar nuestro compromiso?
  • ¿Qué vinculaciones hemos de adoptar con los prójimos?
  • ¿Transitorias, estables, permanentes?

Terminamos orando el Salmo 18 B del Diurnal

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila.

Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta.

Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado.

Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón.
Señor, roca mía, redentor mío.

XVI Domingo

1.- ACOGER

» …Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo. » (Gen 18, 1-10).
» …Nosotros anunciamos a Cristo… para que todos lleguen a la madurez… » (Col 1, 24-28)

Luz

SÍMBOLOS

  • Luz.
    Puerta abierta.
  • Silla disponible.

2.- PALABRA

(Lc 10, 38-42) Marta y María acogen a Jesús y con Él descubren y valoran la escucha y dedicación a las realidades cotidianas.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 10, 38-42)

Visita de Jesús a Marta y María

Jn 11 1-5

Según iban de camino, Jesús entró en una aldea; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. 39 Tenía Marta una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. 40 Marta, que andaba afanosa en los muchos quehaceres del servicio, se acercó y le dijo:
– Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en la tarea? Dile que me ayude.
41 Pero el Señor le contestó:
– Marta, Marta, andas inquieta y preocupada por muchas cosas, 42 cuando en realidad una sola es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y nadie se la quitará.

COMENTARIO

En la casa de estas dos hermanas, que son probablemente las mismas de Jn 11, debía haber muchos invitados, y uno de los deberes de las personas que recibían era atenderles y preocuparse de que no les faltara nada. De ahí la queja de Marta ante Jesús de que su hermana María no le ayuda en las tareas de la casa. La respuesta de Jesús nos da el mensaje central del pasaje: la palabra de Jesús está por encima de cualquier otro interés. Es una idea similar a la que poco antes Lucas ha descrito con respecto al seguimiento de Jesús (Lc 9 57-62). No se trata, por tanto de la oposición entre acción y contemplación, como a veces se ha dicho, sino de dejar bien claro que la escucha de la palabra de Jesús es el comienzo absoluto de la vida de todo creyente. Quizá Lucas quiere responder con este texto a cierta tensión que existía en su comunidad entre poner en práctica el mandamiento del amor, de que habla en la parábola del buen samaritano, y la escucha de la palabra.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
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3.- RESUENA LA PALABRA

La clave de este texto está en preguntarse: ¿qué quiere el Señor? y si, ese querer, es posible descubrirlo de una vez, o lo hemos de descubrir poco a poco.
«Según iban de camino» (v.38). Es en este camino personal donde hemos de hacer el descubrimiento.
«Una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa» (v.38). He aquí una maravillosa acogida… Pero «andaba afanosa en los muchos quehaceres del servicio» (v.40)… Jesús la reprende porque «anda inquieta y preocupada por muchas cosas…» ; (v.41). El maestro no aprueba la actitud afanosa y agitada, la dispersión y el andar en mil direcciones. ¿Cuál es el error de Marta?
«Tenía Marta una hermana… que sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra» (v.39). Se ha ocupado en lo único necesario, se ha puesto a recibir, a acoger en su corazón al Señor: su palabra.

La llegada de la Palabra hecha carne es la gran ocasión que no hay que perder, ocupándose de quehaceres superfluos o de minucias que nos desasosiegan… «andas inquieta y preocupada (v.41). Los dos comportamientos puestos en contraste:
María, frente a Jesús, elige «recibir».
Marta toma el camino de «dar».
María se coloca en el plano del «ser».
Marta por el contrario elige el «actuar».
María da la primacía a la «escucha».
Marta se precipita a «hacer», pero un hacer que no ha escuchado, un hacer precipitado, ruidoso, autojustificante… Marta acoge sólo en su casa…
María nos enseña a «acogerle dentro», a hacerse tabernáculo, templo vivo, espacio sagrado, reservado para su amor.

«Ha escogido la parte mejor, y nadie se la quitará» (v.42).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • «Según vas de camino», ¿en qué momento te encuentras?
  • ¿Qué quiere el Señor de mi?, ¿qué quiere de ti?
  • ¿Qué valor otorgo a la «escucha» y a la «acción»?
  • ¿Surge mi acción del remanso de una escucha en profundidad?
  • ¿Cómo tengo distribuidas la escucha y la acción en mi vida?
  • ¿Están relacionadas, armonizadas, y en recíproca comunicación?
  • ¿Necesito ajustarlas?, ¿en tiempo, en espacio, en dedicación?

Repite sosegadamente

  • » Tu eres el Camino «
  • » Tu palabra me da vida «
  • » El Señor es mi fuerza «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos desentrañar lo que significa para nosotros, hoy, la frase de Jesús:
    «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada por muchas cosas, cuando en realidad una sola es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y nadie se la quitará» (v.41-42).
  • ¿Cómo podemos aplicarnos hoy esta frase de Jesús?
  • ¿Cuáles son esas «cosas inútiles?
  • ¿Qué «inquietudes» y «preocupaciones»?
  • ¿Qué es «lo sólo necesario»?, ¿podemos plasmarlo separado de un compromiso práctico de acción?

Terminamos orando juntos el Salmo 14 del Diurnal

Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,

el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,

el que no retracta lo que juró
aun en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.

El que así obra nunca fallará.

XVII Domingo

1.- ORAR

«Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza … » (Gen 18, 20-32).
» …Habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó…» (Col 2, 12-14)

velas encendidas

SÍMBOLOS

  • Luces encendidas = lámparas de aceite.
  • Flores = un ramo, tantas como personas.
  • Espigas = granadas.

2.- PALABRA

(Lc 11, 1-13) Jesús nos enseña a unirnos a Él bajo la guía del Espíritu para dirigirnos a Dios Padre como hijos.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 11, 1-13)

Jesús enseña a orar

Mt 6 9-15; 7 7-11
Mt 18 23-35; Jn 14 13-14; Lc 18 1-8

Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Cuando acabó, uno de sus discípulos le dijo:
– Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.
2 Jesús les dijo:
– Cuando oréis decid:
Padre, santificado sea tu nombre;
venga tu reino;
3 danos cada día nuestro pan cotidiano;
4 perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos
a todo el que nos ofende;
y no nos dejes caer en la tentación.
5 Y añadió:
– Imaginaos que uno de vosotros tiene un amigo que viene a medianoche a decirle: «Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido de camino a mi casa y no tengo que darle». 7 Imaginaos también que el otro responde desde dentro: «No molestes; la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos ya acostados; no puedo levantarme a dártelos». 8 Os digo que, si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos para que no se le siga molestando se levantará y le dará cuanto necesite. 9 Pues yo os digo: Pedid, y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad, y os abrirán. 10 Porque todo el que pide recibe; el que busca encuentra, y al que llama le abren. 11 ¿Qué padre entre vosotros si su hijo le pide un pez, le va a dar en vez del pescado una serpiente? 12 ¿O, si le pide un huevo, le va a dar un escorpión? 13 Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

COMENTARIO

La oración es imprescindible en la vida del creyente. Para que todos aprendan a orar, Lucas nos transmite la oración que Jesús enseñó a sus discípulos. No se trata de una fórmula que haya que repetir de memoria. De hecho el texto paralelo de Mt 6 9-13 muestra que los primeros cristianos se expresaban diversamente. Las dos recensiones diferentes del Padrenuestro deben explicarse por tradiciones litúrgicas distintas. La de Mateo, más próxima al medio judeocristiano; la de Lucas, más breve y con menos embellecimientos litúrgicos, más cercana probablemente a la oración original. Ninguna de estas dos versiones pretende, sin embargo, reproducir literalmente las palabras de Jesús, sino que son el recuerdo vivo y creativo de estas palabras en una comunidad cristiana determinada.
El Padrenuestro resume las convicciones y deseos que deben aparecer en la oración cristiana: la invocación de Dios como Padre y una existencia invadida por el deseo de un mundo diferente. Quizá la clave está en el tema de la paternidad de Dios (Os 11 1-9). La fórmula breve de Lucas, Padre, parece más primitiva que la expresión mateana de Padre que estás en el cielo. En otros contextos de oración, Jesús utiliza la misma fórmula breve para dirigirse a Dios (Lc 10 21-22; 23, 34). Esta palabra traduce el original arameo Abba que utilizaba Jesús para dirigirse a Dios como signo de especial humildad (muchos piensan que habría que traducirla literalmente por «Papaíto»). Es un término que la Iglesia primitiva ha recogido para dirigirse a Dios (Rom 8, 15; Gal 4, 6). Según el sentido de estos textos paulinos, Dios Padre es experimentado por los cristianos, no como un poder que coarta la vida, sino como el autor de nuestra libertad.
La oración debe ser, además, incansable, en espera de recibir de Dios su gran don: el Espíritu (Lc 10 13), que invadirá la Iglesia y el mundo a partir de pentecostés. Dos parábolas expresan los temas de la insistencia en la oración y de su eficacia. Si un amigo, nos dice la primera, da lo que se le pide ante la insistencia del otro, con más motivo Dios actuará así con los que se dirigen a él. Igualmente, insiste la segunda parábola, la oración siempre alcanza su objetivo, el que pide recibe. Es interesante ver el cambio que introduce Lucas con respecto al texto de Mateo. Lo que se recibe no es automáticamente lo que se pide sino el don del Espíritu, que nos permitirá afrontar las situaciones de la vida con las fuerzas de lo alto (véase Mt 7 11 que nos dice que la oración obtiene buenas cosas). Lucas elimina así una posible comprensión mágica de la oración de petición.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Es bonita la frase con la que San Lucas nos introduce al tema de la oración: «Un día estaba Jesús orando en cierto lugar» (v.1). La oración era para el seguidor y para Jesús una realidad cotidiana… «Cuando acabó, uno de los discípulos le dijo: -Señor, enséñanos a orar» (v.1).
«Cuando oréis decid: Padre, santificado sea tu nombre; venga tu reino» (v.2). Jesús nos abre las puertas a una relación familiar con Dios; en la oración cristiana Dios aparece con la intimidad de un «Padre lleno de ternura y amor». Nos introduce como «hijos» que ansían el Reino, que lo suplican y lo construyen en esa relación nueva lejos de lo legal.
«Danos cada día nuestro pan cotidiano» (v.3). Jesús nos enseña a entroncar la oración con las necesidades y anhelos más vitales y profundos: el pan, la nutrición, el alimento… diario… «mirad las aves y los lirios…» (Lc 12, 27-28); también con las relaciones de amistad «imaginaos que uno tiene un amigo…, le dice préstame…» (v.5); la oración para Jesús está abierta a todas las dimensiones de la vida.
«Perdónanos…. porque también nosotros perdonamos» (v.4). El Dios que Jesús nos acerca tiene cualidades y virtualidades humanas, nos ayuda a descubrirnos capaces de misericordia y de perdón.
«No nos dejes caer en la tentación» (v.4). ¿De qué tentación? – «De dar serpientes…, de dar escorpiones» (v.11-12) a nuestros hermanos que nos necesitan.

Supliquemos siempre, oremos diariamente, de día y en sueños: «Padre danos tu Espíritu Santo» (v.13).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Qué valor otorgamos a la oración en el quehacer cotidiano?
  • ¿Qué lugar tiene en la jornada?
  • ¿Cómo la preparo y la realizo?
  • ¿La vinculo a la oración de la Iglesia?
  • ¿He asimilado el método evangélico de la oración de Jesús?
  • ¿Qué pido prioritariamente?, ¿qué pedía Jesús?
  • ¿Qué motiva la oración en mi interior?, ¿qué motivaba a Jesús?
  • ¿En qué me centro yo?, ¿en qué estaba centrado Jesús?

Repite sosegadamente

  • » Padre, venga tu Reino «
  • » Perdónanos «
  • » Danos tu Espíritu Santo «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos compartir la frase de Jesús:
    «Pedid, y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad, y os abrirán.» (v.9).
  • ¿Cuál de los tres verbos referentes a la acción orante hemos desarrollado más?
    «pedir» ¿por qué este?, ¿en qué sentido?
    «buscar» ¿cómo buscamos?, ¿qué buscamos en la oración?, ¿por qué buscamos?
    «llamar» ¿a quién?, ¿cómo?, ¿con qué actitud?
  • ¿En cuál de los tres verbos estamos centrados en nuestro ahora?

Terminamos orando juntos el Salmo 137 del Diurnal

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre:

por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.

El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.

Cuando camino entre peligros,
me conservas la vida;
extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo,
y tu derecha me salva.

El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.

XVIII Domingo

1.- LA VIDA

» Vaciedad sin sentido, dice el predicador…; todo es vaciedad. » (Ecle 1, 2; 2, 21-23).
» …Buscad los bienes de arriba … no los de la tierra. » (Col 3, 1-5. 9-11)

espigas de trigo

SÍMBOLOS

  • Árbol (símbolo de la vida en el paraÍso).
  • Espigas (símbolo del alimento – Eucaristía).

2.- PALABRA

(Lc 12, 13-21) Jesús nos confronta con los bienes a los que podemos entregar la vida; es necesario ocuparse de ellos como valores relativos, sin que asfixien la existencia.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 12, 13-21)

El rico insensato

Mt 6 19-20; Sant 4 13-15; Lc 18 22; Ap 3 17-18

Uno de entre la gente dijo:
– Maestro, di a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
14 Jesús le dijo:
– Hombre, ¿quién me ha hecho juez o árbitro entre vosotros?
15 Y añadió:
– Tened mucho cuidado con toda clase de avaricia; que aunque se nade en la abundancia, la vida no depende de las riquezas.
16 Entonces les dijo una parábola:
– Había un hombre rico que tuvo una gran cosecha en sus campos. 17 Entonces empezó a pensar: «¿Qué voy a hacer? Porque no tengo donde meter mi cosecha. 18 Bien -dijo- haré esto: derribaré mis graneros, construiré otros más grandes, meteré en ellos todas mis cosechas y mis bienes, 19 y me diré: ahora ya tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y pásalo bien». 20 Pero Dios le dijo: «¡Insensato! Esta misma noche te van a arrancar la vida. ¿Para quién va a ser todo lo que has acaparado?». 21 Así es el que atesora para sí, en lugar de hacerse rico ante Dios.

COMENTARIO

El punto de partida de la parábola de Jesús es un problema de herencia. Según las tradiciones jurídicas judías, el hijo mayor de una familia de dos hermanos recibía los dos tercios de las posesiones paternas. El hombre que interpela a Jesús, dándole el título de maestro propio de los expertos de la ley, es probablemente el hermano más joven que no ha debido recibir nada de la herencia. Jesús rehúsa, sin embargo, dar una sentencia sobre el caso, expresando que el deseo avaricioso de dinero les amenaza a ambos. El término avaricia se refiere a la aspiración a querer tener más. Un deseo incontenible de dinero que no encuentra dónde satisfacerse. Para el evangelio de Lucas este deseo es otra cara de la idolatría, que no hace la vida más segura ni colma las aspiraciones profundas, ni lleva a la auténtica madurez existencial de la persona. Para ilustrar este punto narra el evangelio la parábola. Para Jesús el dinero y las posesiones no son la verdadera vida del hombre. Pero muchas veces somos como el rico de la parábola que no se enriquece ante Dios y pone su confianza en los bienes y cosechas. Este hombre, es llamado insensato, como aquel que según el Antiguo Testamento niega en la práctica a Dios y al prójimo (Sal 13 1), tan absorbido estaba en sus posesiones. En las palabras de Jesús, que vienen a continuación, se explica en qué consiste la verdadera riqueza.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Qué simpático! ese hermano menor que quiere convertir la misión de Jesús en un «servicio de arbitraje». Jesús nos advierte:
«Tened mucho cuidado… la vida no depende de la riqueza» (v.15). Ni del poder, del tener, del prestigio, de la sabiduría, los títulos… La vida es otra cosa, es un valor que se incrementa amando, compartiendo, sirviendo.
«Había un hombre rico…» (v.16). Que podemos ser todos nosotros, ricos en… ¿cuál es nuestra mayor riqueza?, ¿de qué tipo?, ¿dónde la tengo invertida?, ¿al servicio de quién?
«¡Insensato! Esta misma noche te van a pedir la vida» (v.20). ¿Estamos en la noche?, ¿estamos en la etapa de la acumulación, del tener, del figurar y del aparentar? La noche puede anticiparse a la muerte; la noche puede comenzar muy temprano, puede identificarse con la «vida»: ¿Hemos convertido la vida en una muerte?
«¿Para quien… todo lo que has acaparado?» (v.20). La vida convertida en acumulación de cosas, en almacén de trastos, de dinero o de poderes…

El Dios de la vida se nos acerca en Jesús de Nazaret para enseñarnos el valor supremo: La vida es Dios, amor, don, gratuidad, fraternidad… y estas realidades no podemos acumularlas si no es entregándolas, haciéndolas circular, regalándonos en cada una de ellas como don gratuito y servidor de la VIDA.

Dios se nos entrega en aquellos valores que no podemos adquirir con dinero, sólo con amor.

He de aprender a superar la riqueza con la luz del amor que nos saca de la «noche».

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Qué valor damos a los bienes?
  • ¿En qué somos ricos?, ¿a qué destinamos nuestras riquezas?, ¿qué función tienen?
  • ¿Valoramos lo que tenemos o lo que somos?
  • ¿Qué valor encarnamos con nuestra existencia?
  • ¿Cómo lo promocionamos, lo hacemos llegar a los demás?
  • ¿Con qué acciones concretas hacemos llegar a los demás el valor de nuestra vida?
  • ¿Cuál es nuestra mayor riqueza?

Repite sosegadamente

  • » Tú eres el Camino «
  • » Tú eres la Verdad «
  • » Tú eres la VIDA «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos compartir la siguiente frase del evangelio:
    «- Tened mucho cuidado con toda clase de avaricia; que aunque se nade en la abundancia, la vida no depende de las riquezas.» (v.15).
  • Cuando se nos dice «toda clase de avaricia»:
    ¿Quiere decir que existen variedades y clases?, ¿como cuáles?
  • ¿De qué abundancias hemos de protegernos nosotros?
  • ¿Qué riquezas serían nefastas para nuestro desarrollo?

Terminamos orando juntos el Salmo 89 del Diurnal

Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.

¡Cómo nos ha consumido tu cólera
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.

Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.

¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.

Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.

Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.

Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.

XIX Domingo

1.- ESTAD PREPARADOS

» …Aquella noche se les anunció de antemano a nuestros padres…. » (Sab 18, 6-9).
» …La fe es seguridad de lo que se espera y prueba de lo que no se ve… » (Heb 11, 1-2. 8-19)

SÍMBOLOS

  • Manos abiertas.
  • Lámpara.

2.- PALABRA

(Lc 12, 32-48) La vigilancia es una de las actitudes esenciales del cristianismo; es una espera activa, responsable, en la tarea cotidiana.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 12, 32-48)

No temáis, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha querido daros el reino. 33 Vended vuestras posesiones y dad limosna. Haceos bolsas que no se gastan, tesoros inagotables en el cielo, donde ni el ladrón se acerca ni la polilla roe. 34 Porque donde está vuestro tesoro, allí está vuestro corazón.
35 Tened ceñida la cintura, y las lámparas encendidas. 36 Sed como los criados que están esperando a que su amo vuelva de una boda, para abrirle en cuanto llegue y llame. 37 Dichosos los criados a quienes el amo encuentra vigilantes a su llegada. Os aseguro que se ceñirá, los hará sentarse a la mesa y se pondrá a servirles. 38 Si viene a media noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos. 39 Tened presente que, si el amo de la casa supiera a qué hora iba a venir el ladrón, no le dejaría forzar su casa. 40 Pues vosotros estad preparados, porque a la hora en que menos penséis vendrá el Hijo del hombre.
41 Pedro dijo entonces:
– Señor, esta parábola ¿se refiere a nosotros o a todos?
42 Pero el Señor continuó:
– Vosotros sed como el administrador fiel y prudente a quien el dueño puso al frente de su servidumbre para distribuir a su debido tiempo la ración de trigo. 43 ¡Dichoso ese criado si, al llegar su amo, le encuentra haciendo lo que debe! 44 Os aseguro que le pondrá al frente de todos sus bienes. 45 Pero, si ese criado empieza a pensar: «Mi amo tarda en venir», y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer, a beber y a emborracharse, 46 su amo llegará el día en que menos lo espere y a la hora en que menos piensa, le castigará con todo rigor y le tratará como merecen los que no son fieles. 47 El criado que conoce la voluntad de su dueño, pero no está preparado o no hace lo que él quiere, recibirá un castigo muy severo. 48 En cambio, el que sin conocer esa voluntad hace cosas reprobables, recibirá un castigo menor. A quien se le dio mucho, se le podrá exigir mucho; y a quien se le confió mucho, se le podrá pedir más.

COMENTARIO

Se reúnen en este texto varias parábolas que exhortan a los creyentes a permanecer vigilantes en la espera de la venida del Señor. Más que poner el interés en las posesiones, el discípulo de Jesús debe estar esperando su venida. Este es el tema que desarrolla la primera parábola (Lc 12 35-38). Probablemente en la predicación de Jesús se relacionaba con la venida del reino, pero Lucas la lee a la luz de la venida del Hijo del hombre e incluso introduce, con respecto al texto similar de Mt 25 1-13, algún rasgo que personaliza más la espera (Lc 12 37b). La segunda parábola (Lc 12 39-40) apunta a la incertidumbre de la hora de la venida del Señor (Lc 17 24; 21 34-35; 1 Tes 5 2). Lo que se quiere inculcar no es tanto la vigilancia como el estar preparados, pues el que viene es el Hijo del hombre que se manifiesta como juez.
La tercera parábola (Lc 12 41-48) parece dirigirse, así se deduciría de la pregunta de Pedro, a los responsables de la Iglesia, aunque en la predicación de Jesús debía ser una crítica de los jefes del pueblo de Israel. El ministro prudente debe permanecer fiel a su tarea hasta que el Señor venga. Si descuida su servicio para con los demás, será castigado en el momento del juicio. La comunidad cristiana tiene en realidad una sola cabeza y un solo Señor. Jesús resucitado (Mt 23, 8-10). Todos los demás, aunque ocupen puestos de responsabilidad, son servidores y hermanos. El presidir la comunidad de los discípulos de Jesús no se puede nunca transformar en poder o autoridad.
La conclusión nos viene dada en los dos últimos versículos en los que se diversifica el castigo según que la desobediencia haya sido intencionada o no. Los primeros serán castigados más severamente. En cualquier caso estas líneas subrayan la mayor responsabilidad que en la Iglesia tienen aquellos que podemos llamar sus líderes. Es algo que el pueblo de Israel había experimentado previamente: la elección no es un privilegio sino una responsabilidad acrecentada (Jr 2 19; Am 3 2; Os 4 4-11). Y así debemos vivirla todos los creyentes que formamos parte del nuevo pueblo de Dios.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Las tres breves parábolas sobre la vigilancia que nos presenta el texto, nos alertan a revisar nuestras actitudes como «administradores» de lo que somos:
Somos «ciudadanos» miembros del Reino; «no temáis, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha querido daros el reino» (v.32). El temor, la desesperanza e inquietud se nos instalan cuando tenemos las alforjas repletas de otros valores que son ajenos a ese reino.
«Dad limosna… Haceos bolsas que no se gastan…, tesoros inagotables…» (v.33). Nos está invitando a cultivar otros valores como la amistad de los menesterosos, la elección de lo simple…, la relación gratuita, el desapego a toda materialidad y acumulación; un «bien inagotable» es aquel que tiene la cualidad de lo gratuito: cuanto más se da, más se reproduce.
«Donde está vuestro tesoro, allí está vuestro corazón» (v.34). Nos está invitando a un «viaje» hacia la hondura, hacia lo esencial; un viaje al centro de nuestra vida: ¿cómo miramos lo que nos rodea y a quien nos rodea?
«Tened ceñida la cintura y las lámparas encendidas» (v.35). Tengamos una mentalidad de «desinstalados», de caminantes, de nómadas…; esto supone vivir centrados en lo esencial y sin grandes equipajes…, con sólo la riqueza del Reino que nuestro Padre ha querido darnos como el regalo más valioso, donde los pobres, los afligidos y misericordiosos son los preferidos.

Se nos ha dado en abundancia la máxima riqueza: el Reino; no nos preocupemos de conservar, acumular, tener… que nos empobrecemos.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Tengo una atención vigilante para ver qué se instala en mi corazón?
  • ¿Cómo administro lo que me llega?
  • ¿Cómo administro lo que soy, cuantos valores me habitan?
  • ¿Dónde tengo puesto el corazón?
  • ¿Quién es el amo?, ¿en qué invierto mi fuerza?
  • ¿Quiénes son los preferidos en el amor?
  • ¿Qué es para ti un «tesoro inagotable»?

Repite sosegadamente

  • » ¿Dónde está tu tesoro? «
  • » ¿Dónde está tu corazón? «
  • » El Padre nos ha dado el Reino «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Desentrañemos la siguiente frase del texto:
    «A quien se le dio mucho, se le podrá exigir mucho; y a quien se le confió mucho, se le podrá pedir más. » (v.48).
  • Observa las parejas de verbos: dio mucho – exigir mucho; confió – pedir.
  • ¿Qué nos han dado a nosotros?, ¿qué se nos puede exigir?
  • ¿Qué o quién se nos ha confiado?
    ¿Qué se nos pide hoy?

Terminamos orando con el Salmo 32 del Diurnal

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.

Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones:

que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.

La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.

Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió.

El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.

El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.

No vence el rey por su gran ejército,
no escapa el soldado por su mucha fuerza,
nada valen sus caballos para la victoria,
ni por su gran ejército se salva.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

Asunción de la Virgen

1.- NUESTRA ESPERANZA

» Apareció una figura portentosa en el cielo: una mujer vestida de sol… » (Ap 11,19 – 12,1-6. 10).
» El último enemigo aniquilado será la muerte. » (1 Cor 15, 20-27)

SÍMBOLOS

  • Cirio Pascual.
  • Gran ramo de flores.

2.- PALABRA

(Lc 1, 39-56) En el relato de la visitación encontramos a María como «arca de la nueva alianza» desde donde se entona un cántico de acción de gracias a Dios.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 1, 39-56)

Por aquellos días, María se puso en camino y se fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá. 40 Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Y cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño empezó a dar saltos en su seno. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, 42 exclamó a grandes voces.
– Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. 43 Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? 44 Porque en cuanto oí tu saludo, el niño empezó a dar saltos de alegría en mi seno. 45 ¡Dichosa tú que has creído! porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
46 Entonces María dijo:

47 Mi alma glorifica al Señor,
y mi espíritu se regocija
en Dios mi Salvador,
48 porque ha mirado
la humildad de su sierva.
Desde ahora me llamarán
dichosa todas las generaciones,
49 porque ha hecho en mí
cosas grandes el Poderoso.
Su nombre es santo,
50 y tiene misericordia siempre
de aquellos que le honran.
51 Desplegó la fuerza de su brazo,
y dispersó a los de corazón soberbio.
52 Derribó de sus tronos a los poderosos,
y levantó a los humildes.
53 Colmó de bienes a los hambrientos,
y a los ricos despidió sin nada.
54 Tomó de la mano a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia,
55 como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia
para siempre.

56 María estuvo con Isabel unos tres meses; después volvió a su casa.

COMENTARIO

Puesto que María ha aceptado la palabra de Dios con fe profunda, como reconoce Isabel (Lc 1 45), demuestra su fe a través de la caridad y va a visitar a su parienta. Este encuentro de las dos madres es en realidad el encuentro de los dos hijos. Juan inaugura su misión anunciando por boca de su madre el señorío de Jesús (Lc 1 43), manifestación de su mesianismo y de su profunda relación con Dios (Lc 2 11). La respuesta de María al saludo de Isabel, que tradicionalmente llamamos con el nombre latino de «Magnificat», es un salmo de acción de gracias compuesto de citas y alusiones al Antiguo Testamento, en especial del canto de Ana, la madre de Samuel (1 Sm 2 1-10). El poema tiene dos partes: La primera es una acción de gracias personal de María. A pesar de la humildad y pobreza de su vida, Dios ha puesto su mirada en ella y por eso será llamada dichosa. Dios se sirve muchas veces de lo sencillo y humilde para hacer presente su salvación en la historia humana. La segunda parte del canto, expresa, por boca de María, la acción de gracias del pueblo de Israel. Todas las promesas dadas a Abrahán y sus descendientes se cumplen ahora en este niño que va a nacer.
Lucas nos muestra además en este canto un tema de su predilección, Dios se apiada de los pobres (Lc 6 20-26; 16 19-25). En realidad no hay aquí sólo una alabanza de los pobres, de los que María es la representante, sino una concepción utópica de la historia en la que la misericordia de Dios y la fuerza de su brazo se dirige a derribar a los ricos y soberbios y a levantar a los pobres y humildes. Los que cuentan ante los ojos de Dios son los que pasan desapercibidos por los pobres de este mundo. La tarea del creyente estará en ponerse en sintonía con esta pedagogía de Dios y trabajar pon un mundo distinto donde esta visión se haga realidad.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

La Fe en la Asunción de María comenzó a consolidarse en la Iglesia hacia finales del s. IV. En siglos anteriores existían documentos populares apócrifos que describían el «tránsito». Las Iglesias Orientales fueron precursoras estableciendo la fiesta el 15 de agosto. Los Padres de la Iglesia tratan el tema de la Asunción. El proceso de configuración de la fiesta de la Asunción podría ser:
La reflexión sobre el misterio de la maternidad virginal de María ayudó al pueblo cristiano a expresar su fe en la Asunción.
El Papa Pío XII lo declaró dogma de fe el 1 de noviembre de 1950, «como primicia del fruto de la resurrección de Jesucristo».
Expresa y nos recuerda que nuestro cuerpo, como el de María, es templo del Espíritu; lámpara que contiene la luz del Espíritu de Dios.
María como «modelo» es en quien nuestra realidad peregrina hacia Dios ha alcanzado la plenitud de la redención realizada en Cristo Jesús.

Celebramos con María nuestra esperanza de llegar a Dios, a la realización de todas las promesas y a la plenitud de la vida que es Cristo Resucitado. En ella contemplamos nuestro futuro con Dios.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Te vives en proceso de «crecimiento» hacia la plenitud?
  • ¿En qué aspectos concretos de tu vida?
  • ¿Con quienes colaboras y creces?
  • ¿Qué hechos ponen de manifiesto tu crecimiento?
  • La Asunción de María, ¿te acerca más a Cristo salvador?
  • ¿Qué aspectos de esta fiesta valoras más?
  • ¿Te acerca a los pequeños y pobres?

Repite sosegadamente

  • » Mi espíritu se alegra «
  • » Tu nombre es santo «
  • » Su misericordia de por vida «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podríamos dialogar sobre el siguiente texto del evangelio:
    «¡Dichosa tú que has creído! porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.» (v.45).
  • ¿La fe de María tenía las mismas características que la fe nuestra?
  • ¿La «dicha » de María en qué consistió?
  • ¿En quién vivió ella el cumplimiento y cómo lo vivió?

Terminamos orando juntos el Salmo 44 del Tomo IV del Breviario

Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.

Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
le llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras.
las traen entre alegrías y algazara,
van entrando en el palacio real.

“A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra”.

Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.

XXI Domingo

1.- LA PUERTA

» …De todos los países, como ofrenda al Señor, traerán a todos vuestros hermanos…. » (Is 66, 18-21).
» …El Señor reprende a los que ama…. » (Heb 12, 5-7. 11-13)

SÍMBOLOS

  • Puerta.
  • Palabra de Dios.

2.- PALABRA

(Lc 13, 22-30) Jesús de camino hacia Jerusalén insiste en que la salvación es para todos, pero hemos de poner los medios adecuados.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 13, 22-30)

Jesús iba recorriendo pueblos y aldeas enseñando, mientras continuaba su camino hacia Jerusalén.
23 Uno le preguntó:
– Señor, ¿son pocos los que se salvan?
Jesús le respondió:
24 – Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. 25 Cuando el amo de casa se levante y cierre la puerta, vosotros os quedaréis fuera y, aunque empecéis a aporrear la puerta gritando: «¡Señor, ábrenos!», os responderá: «¡No sé de dónde sois!» 26 Entonces os pondréis a decir: «Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas». 27 Pero él os dirá:»¡No sé de dónde sois! ¡Apartaos de mí, todos los malvados!» 28 Entonces lloraréis y os rechinarán los dientes, al ver a Abrahán, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, mientras vosotros sois arrojados fuera. 29 Y vendrán muchos de oriente y de occidente, del norte y del sur, a sentarse a la mesa en el reino de Dios. 30 Hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.

COMENTARIO

Un conjunto de palabras de Jesús sobre la entrada en el reino que explican la dificultad y la exigencia del seguimiento (Lc 13 24) y a la vez son una amenaza para la mayoría de los judíos que serán arrojados fuera mientras vendrán de todos los puntos cardinales hombres y mujeres a formar parte de este reino. No basta con haber oído la predicación de Jesús si en realidad la conversión a su evangelio y, sobre todo, su aplicación práctica, no se llevan a cabo (Lc 13 25-27). Las palabras de Jesús sobre la puerta estrecha no describen el resultado del juicio (Mt 7 14). Ni son una respuesta a la pregunta sobre el número de los que se salvan (Lc 13 23). Entre los fariseos esta pregunta hubiera encontrado una doble respuesta. Para algunos todo Israel, y sólo él, participaría de la salvación en el mundo venidero; para otros la salvación llegaría a muy pocos. Jesús, sin embargo, no se interesa por el número, sino que quiere estimular a una decisión por el reino e impulsar al empleo de todas nuestras fuerzas en su servicio. Por eso sus palabras son más bien una demanda del esfuerzo que tenemos que hacer para entrar en el reino. (Lc 16 16). Lucas describe bien este esfuerzo cuando dice que consiste en seguir a Jesús y sus palabras y actuar en consecuencia.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Jesús va de camino (v.22) con un objetivo claro, Jerusalén. En su entorno flotan las preguntas: «¿son pocos los que se salvan?» (v.23), o ¿cuándo será el día?…, incluso otros se preguntan ¿quiénes?; siempre flota la curiosidad…
La cuestión no está en el número, ni en la proximidad, ni en el rango, ni en los conocimientos…
Jesús apela al «conocimiento», «no sé de dónde sois» (v.27), «no sé quiénes sois». Jamás he tenido nada que ver con vuestras exigencias, con vuestras ideas, con vuestras excomuniones.
¿De qué conocimiento se trata?, quizás de ese trato personal, íntimo, amoroso con «los últimos» (v.30), con aquéllos que no tuvieron ningún privilegio, ni puesto, ni prebenda.

Hemos de convencernos de que «la entrada por la puerta» (v.24) es un asunto de amor, un asunto de relación, de amistad personal sostenida con el afecto – amante.
Alegrémonos de que Dios abra la salvación a todos, especialmente a los últimos y pequeños de este mundo.
Gocémonos de que Dios no tenga nuestros criterios y nuestras catalogaciones.

La «puerta estrecha» de la sobriedad, de la solidaridad, de la pobreza, de la cercanía con el menesteroso sólo la comprenden los que la frecuentan en la relación amorosa con quién es nuestra salvación.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Tienes claro que la «salvación» es entrada en «el Reino de Dios»? (v.28).
  • ¿Qué haces en concreto, aquí y ahora?
  • ¿Con quienes te relacionas y a quienes prefieres?
  • ¿En qué se concreta para ti «la puesta estrecha»? (v.24).
  • ¿Por qué mediaciones pasa para ti la participación en la salvación?
  • ¿Los sacramentos, la Iglesia, el trabajo…, la sociedad…, los pobres…?

Repite sosegadamente

  • » Señor, ábrenos «
  • » Venga a nosotros tu Reino «
  • » Señor, sálvanos «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos trabajar desentrañando la siguiente frase del texto evangélico:
    » Y vendrán muchos de oriente y de occidente, del norte y del sur, a sentarse a la mesa en el reino de Dios. Hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos. » (v.29-30).
  • ¿Quiénes pueden ser estos extraños que vendrán?
  • ¿Quiénes serán estos últimos?
  • ¿Qué lectura habríamos de hacer en la Iglesia?

Terminamos orando juntos con el Salmo 116 del Tomo IV del Breviario

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

XXII Domingo

1.- LA HUMILDAD

» …Procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso…. » (Eclo 3, 19-21. 30-31).
» …Vosotros os habéis acercado a la ciudad del Dios vivo…. » (Heb 12, 18-19. 22-24)

SÍMBOLOS

  • Pobre.
  • La Palabra de Dios.
  • Manos abiertas.

2.- PALABRA

(Lc 14, 1. 7-14) La humildad es la generosidad de dar sin esperar recompensa, Jesús es el icono permanente.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 14, 1. 7-14)

Un sábado entró Jesús a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos. Ellos estaban al acecho.
7 Al observar cómo los invitados escogían los mejores puestos, les hizo esta recomendación:
8 – Cuando alguien te invite a una boda, no te pongas en el primer sitio, no sea que haya otro invitado más importante que tú, 9 y venga el que te invitó a ti y al otro y te diga: «Cédele a éste tu sitio», y entonces tengas que ir todo avergonzado a ocupar el último sitio. 10 Más bien, cuando te inviten, ponte en el último sitio; así, cuando venga quien te invitó, te dirá: «Amigo, sube más arriba», lo cual será un honor para ti ante todos los demás invitados. 11 Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.
12 Y al que le había invitado el dijo:
– Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, hermanos, parientes o vecinos ricos; no sea que ellos a su vez te inviten a ti, y con ello quedes ya pagado. 13 Más bien cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados y a los ciegos. 14 ¡Dichoso tú si no pueden pagarte! Recibirás tu recompensa cuando los justos resuciten.

COMENTARIO

El marco de la comida sirve perfectamente de pretexto para pronunciar estas dos parábolas en las que indirectamente hay un ataque contra los fariseos, a los que Jesús ya ha acusado de una actuación similar (Lc 11 43). Es verdad que ya en el Antiguo Testamento se aconsejaba no ocupar los primeros puestos (Prov 25 6s). Pero lo que allí era una exhortación moral, en la parábola de Jesús adquiere los rasgos de conducta propios de la llegada del reino: quien quiere entrar en él ha de hacerse pequeño, no tener pretensiones de ser justo. La verdadera grandeza es la que tenemos ante Dios. Él asignará a cada uno los puestos en el banquete escatológico del reino. Es bueno subrayar aquí el carácter subversivo, con respecto a las creencias judías, de la propuesta que Jesús hace en la segunda parábola. Hay que invitar a los ciegos y lisiados, los cuales tenían prohibida la entrada en el templo (2 Sm 5 8) por considerar que lo profanaban (Lv 21 18-23). Frente al orgullo y el interés personal, Jesús proclama que la humildad es uno de los valores del reino, al igual que la generosidad con los pobres, que tiene que tener como trasfondo el desinterés del que da a sabiendas de que muchas veces no será correspondido. Este banquete de Jesús se convierte así, para la comunidad de Lucas, en prototipo del comportamiento de los que han comprometido su vida por el reino.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

En este discurso de Jesús, partiendo de nuestras costumbres, nos critica, y nos pone ante los ojos que con nuestra vida e invitaciones estamos ante el Reino: «¡Bienaventurado tú si no pueden pagarte!» (v.14).
Nos advierte contra el arribismo, la vanidad y la ostentación más bochornosa; en el banquete de Dios parece que será distinto.
Quiere que nuestras comidas y el banquete de nuestras relaciones tenga otra lógica:
¿Quiénes son los pequeños en nuestro entorno?
¿Quiénes los que no tienen con qué pagar?
¿Quiénes los solitarios que no tienen a nadie?
¿Quiénes los lisiados que necesitan ayuda?
¿Quiénes los que no ven, «no tienen luces»?
Estas elecciones nos instalan de lleno en el Reino de Dios, en la Bienaventuranza, en la dicha concreta, en la garantía para no ser excluidos (v.14).

Los pequeños y menesterosos de este mundo nos «revelan» los secretos de la grandeza, nos otorgan la entrada en el banquete, nos acogen en la «comida de comunión». Ellos «no pueden pagarnos» (v.14), porque no les hemos dado nada, nos han enseñado, en su menesterosidad, a recibir.
¡Dichosos nosotros porque no pueden pagarnos! Si se diese la reciprocidad, se desvanecería la bienaventuranza. ¡Qué mal negocio!

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Qué pasa con los primeros puestos, con los honores, con los privilegios, con el poder?
  • ¿Cómo administramos esas ansias de poder?
  • ¿Quiénes son nuestros preferidos?
  • ¿Cuál es nuestra tendencia natural?, ¿nuestra conducta habitual?
  • Revisemos el «banquete de nuestras conductas en la vida» (v.13)
    ¿Cómo nos comportamos?

Repite sosegadamente

  • » Venga a nosotros tu Reino «
  • » ¡Dichoso tú sino pueden pagarte! «
  • » ¡Amigo, sube más arriba! «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos dialogar sobre lo que significa hoy la siguiente frase del Evangelio:
    » Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado. » (v.11
  • ¿En qué consiste la humildad hoy?
  • ¿Tiene algo que ver con nuestras ansias de poder, de prestigio y de ostentación?
  • ¿Cómo ser humilde en nuestros contextos comunitarios y eclesiales?

Terminamos orando juntos con el Salmo 67 del Tomo IV del Breviario

Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian;

como el humo se disipa, se disipan ellos;
como se derrite la cera ante el fuego,
así perecen los impíos ante Dios.

En cambio, los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría.

Cantad a Dios, tocad en su honor,
alfombrad el camino del que avanza por el desierto;
su nombre es el Señor:
alegraos en su presencia.

Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.

Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece;
sólo los rebeldes
se quedan en la tierra abrasada.

Oh Dios, cuando salías al frente de tu pueblo
y avanzabas por el desierto,
la tierra tembló, el cielo destiló
ante Dios, el Dios del Sinaí;
ante Dios, el Dios de Israel.

Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa,
aliviaste la tierra extenuada;
y tu rebaño habitó en la tierra
que tu bondad, oh Dios, preparó para los pobres.

XXIII Domingo

1.- LA SABIDURÍA

» ¿Quién conocerá tu designio, si tú no le das tu sabiduría enviando tu santo espíritu? » (Sab 9, 13-19).
» …Te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión…. » (Film 9-10. 12-17)

SÍMBOLOS

  • Cruz.
  • La Palabra de Dios.

2.- PALABRA

(Lc 14, 25-33) El discípulo debe conocer las consecuencias del seguimiento, la renuncia a los bienes y a sí mismo.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 14, 25-33)

Condiciones del discipulado

Mt 10 37-38
Mc 8 34; Lc 9 23; 18 24-30

Como le seguía mucha gente, Jesús se volvió a ellos y les dijo:
26 – Si alguno viene conmigo y no está dispuesto a renunciar a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, hermanos y hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. 27 El que no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío. 28 Así, pues, si uno de vosotros piensa construir una torre, ¿no se sienta primero a calcular los gastos y ver si tiene para acabarla? 29 No sea que, si pone el cimiento y no puede acabar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, 30 diciendo: «Este comenzó a edificar y no pudo terminar». 31 O ¿qué rey en guerra contra otro no se sienta antes a considerar si puede con diez mil hombres enfrentarse al que le va a atacar con veinte mil? 32 Y si no puede, cuando el enemigo aún está lejos, enviará una embajada para negociar la paz. 33 Del mismo modo, aquel de vosotros que no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser discípulo mío.

COMENTARIO

El anuncio que nos ha hecho la parábola anterior de que el reino está abierto a todos, plantea necesariamente el problema de las exigencias que deben cumplir los que marchan por ese camino. El seguimiento de Jesús pide muchas veces la renuncia y el despojamiento. Jesús emplea aquí una expresión que nos puede parecer excesivamente fuerte, odiar (en nuestra tradición, renunciar, Lc 14 26). Sin embargo él no pretende suprimir el cuarto mandamiento (Lc 18 19-20). Según la manera oriental de hablar, odiar significa poner en segundo lugar algo, porque ha aparecido en la vida de la persona un valor (en este caso Jesús y su mensaje) que es primero (Mt 10 37). El cargar con su cruz no supone un peso adicional a las dificultades de la vida sino un estilo de vivir lo cotidiano a la luz de las exigencias del reino, siguiendo las huellas de Jesús. Por eso las dos parábolas citadas invitan a sopesar prudentemente nuestras posibilidades de responder a las demandas del evangelio, pero teniendo siempre como horizonte la renuncia total de la que nos habla el Lc 14 33 (véase también Lc 5 11.28; 12 13-34; 16 1-13; 18 24-30). Mientras que la radicalidad del seguimiento no tenga consecuencias, incluso en lo que se refiere a los bienes materiales, siempre podemos pensar que nuestras confesiones de fe son palabras vacías.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

El texto del Evangelio nos coloca a los discípulos, a los seguidores, en la perspectiva de una elección. Las dos parábolas son figuras que nos pueden orientar:
Salir a seguir a Jesús supone construirse con unos criterios de estabilidad, de fortaleza, de cálculo para poder llegar al final.
El seguimiento también conlleva una lucha hacia fuera y sobre todo hacia adentro. No es fácil vencer a los enemigos de la cruz…. (v.27)

La renuncia (v.26) y la cruz (v.27) que ha de vivir y aceptar el discípulo como herramientas de construcción no son fáciles de manejar ni de llevar en los tiempos que corren.
Para construirse renunciando a lo superfluo no existe dificultad, pero en relación con nuestros padres, hermanos, mujeres, hijos… estamos ante lo más esencial del mundo de los afectos, ¿cómo llegar a la plenitud renunciando?
Para vencer las pulsiones más profundas y las exigencias legítimas del ser humano se necesitan más que armas de guerra.

Tanto para una como para otra hemos menester de un absoluto fuerte, un amor sin límites, una amistad que sobrepasa todo afecto, toda pulsión y toda expectativa humana: el amor constructivo, afectante y eterno de Dios revelado en Cristo Jesús, a quien seguimos y con quien estamos dispuestos a vivir crucificados.
«Para unos una necedad, para otros un escándalo, para nosotros fuerza de Dios y sabiduría de Dios» (1 Cor 1, 24-25).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • En tu vida cristiana, ¿van juntas lucha y construcción?
  • ¿En qué terreno mantienes hoy las batallas?
  • ¿Levantas muros o construyes estancias?
  • ¿Tienen las luchas una orientación positiva?
  • ¿Le das a lo que construyes una finalidad gratuita y amorosa?
  • No arrase con las personas.
  • El amor necesita interlocutores visibles y concretos.

Repite sosegadamente

  • » Mi Dios y mi todo «
  • » Tú eres nuestra Paz «
  • » Sálvame, Señor «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos utilizar para el diálogo las dos parábolas que Jesús nos propone en el texto:
    Parábola de la construcción (vv. 28-30).
    Parábola de la lucha (vv. 31-32).
  • ¿Jesús es realista y conocedor del ser humano?
  • ¿Nos sentimos concernidos nosotros por estas figuras?
  • ¿Cómo encajar en nuestras vidas la renuncia y la cruz?

Terminamos orando juntos con el Salmo 89 del Tomo IV del Breviario

Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.

¡Cómo nos ha consumido tu cólera
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.

Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.

¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.

Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.

Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.

Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.

XXIV Domingo

1.- LA MISERICORDIA

» …Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo. » (Ex 32, 7-11. 13-14).
» …Y por eso se compadeció de mi: para que en mí, el primero, mostrara Cristo toda su paciencia… » (1 Tim 1, 12-17)

SÍMBOLOS

  • Cruz.
  • Ramo de flores.

2.- PALABRA

(Lc 15, 1-32) Las tres parábolas describen la misericordia de Dios y destacan la alegría que provoca el encuentro con lo que habíamos perdido.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 15, 1-32)

Entre tanto, todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para oírle. 2 Los fariseos y los escribas murmuraban:
– Este recibe a los pecadores y come con ellos.
3 Entonces Jesús les dijo esta parábola:
4 -¿Quién de vosotros, que tenga cien ovejas y pierda una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va a buscar a la descarriada hasta que la encuentra? 5 Y cuando da con ella, se la echa a los hombros lleno de alegría; 6 y al llegar a casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: «¡Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido!». 7 Pues os aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan conversión.»
8 O ¿qué mujer, si tiene diez monedas y se le pierde una, no enciende una lámpara, barre la casa y la busca con todo cuidado hasta encontrarla? 9 Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: «¡Alegraos conmigo porque he encontrado la moneda que se me había extraviado!». 10 Os aseguro que del mismo modo se llenarán de alegría los ángeles de Dios por un pecador que se convierta.
11 También les dijo:
– Un hombre tenía dos hijos. 12 El menor dijo a su padre: «Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde». Y el Padre les repartió el patrimonio. 13 A los pocos días, el hijo menor recogió sus cosas, se marchó a un país lejano y allí despilfarró toda su fortuna viviendo como un libertino. 14 Cuando lo había gastado todo, sobrevino una gran carestía en aquella comarca, y el muchacho comenzó a padecer necesidad. 15 Entonces fue a servir a casa de un hombre de aquel país, quien le mandó a sus campos a cuidar cerdos. 16 Habría deseado llenar su estómago con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. 17 Entonces recapacitó y se dijo: «¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, mientras que yo aquí me muero de hambre! 18 Me pondré en camino, volveré a casa de mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros». 20 Se puso en camino y se fue a casa de su padre. Cuando aún estaba lejos, su padre lo vio, y, profundamente conmovido, salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo cubrió de besos. 21 El hijo empezó a decirle: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo». 22 Pero el padre dijo a sus criados: «Traed, en seguida, el mejor vestido y ponédselo; ponedle también un anillo en la mano y sandalias en los pies. 23 Tomad el ternero cebado, matadlo y celebremos un banquete de fiesta, 24 porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y lo hemos encontrado». Y se pusieron a celebrar la fiesta.
25 Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando vino y se acercó a la casa, al oír la música y los cantos, 26 llamó a uno de los criados y le preguntó qué era lo que pasaba. 27 El criado le dijo: «Ha vuelto tu hermano, y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado sano». 28 Él se enfadó y no quería entrar. Su padre salió a persuadirlo, 29 pero el hijo le contestó: «Hace ya muchos años que te sirvo sin desobedecer jamás tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para celebrar una fiesta con mis amigos. 30 Pero llega ese hijo tuyo, que se ha gastado tu patrimonio con prostitutas, y le matas el ternero cebado». 31 Pero el padre le respondió: «Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. 32 Pero tenemos que alegrarnos y hacer fiesta, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado».

COMENTARIO

Este capítulo reúne tres parábolas sobre el tema de la búsqueda y encuentro de lo que estaba perdido. Jesús quiere justificar su comportamiento con los publicanos y pecadores (Lc 15 2). Frente a los justos, que se indignaban por la acogida que Jesús les dispensaba, éste les habla de la alegría de Dios al encontrar lo que estaba perdido, y les invita a que cambien de actitud (Lc 15 25-32). Las dos primeras parábolas hablan de la búsqueda del pecador por el Padre, la tercera de la acogida del pecador que vuelve al Padre.
Mateo nos cuenta esta misma parábola pero ha actualizado el contexto, y en consecuencia su interpretación, ya que la incluye en el capítulo dieciocho, como una instrucción para los dirigentes de la comunidad cristiana sobre el cuidado que deben tener de aquellos que la han abandonado. Lucas, que está más cercano a la parábola de Jesús, insiste además en la alegría del encuentro de la oveja perdida (véase además Lc 15 9. 23-24), preparando la respuesta final de Jesús a las murmuraciones de los fariseos.
La parábola de la dracma perdida es propia de Lucas y tiene la misma lección que la anterior.
La ley judía preveía que el hijo más joven recibiría un tercio de la fortuna de su padre (Dt 21 15-17). Y aunque la división de las propiedades del padre podía hacerse en vida, los hijos no accedían a la herencia hasta después de su muerte (Eclo 33 20-24). Conociendo estos datos, la forma de actuar el padre de la parábola, que representa a Dios mismo, está ya insinuada desde el comienzo del relato. Esta parábola, en efecto, nos muestra la bondad del padre que olvida todo lo que hizo contra él el hijo. Una bondad que no es comprendida por el hijo mayor, que representa a los escribas y fariseos.
Se trata de una parábola propia de Lucas que tiene una lejana analogía con la de Mt 21 28-32. Aparece también el tema de la alegría, como en las dos parábolas anteriores (Lc 15 24.32), pero se fija sobre todo en la figura del padre y su bondad que perdona. No debemos tampoco de olvidar, aunque no sea el centro de la parábola, el proceso de conversión del hijo menor que le hace dirigirse hacia el padre, aunque se sienta indigno de él (Lc 15 19-21). Pero el padre se adelanta, y sin saber nada del cambio de actitud de si hijo, lleno de emoción, lo abraza y lo perdona. El amor de Dios siempre precede a nuestra conversión.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Un elemento común a las tres parábolas es el alejamiento: la oveja se extravía; la mujer pierde la moneda; el hijo se va de la casa paterna. Sólo el hijo mayor se queda pero enrocado en la frialdad de su legalismo.
Entre la lejanía y la vuelta acontece en el interior una apasionada búsqueda: el pastor busca ansioso a la oveja perdida; la mujer remueve la casa «hasta que la encuentra» (v.8); el hijo rememora los bienes de la casa paterna (vv. 17-19): en las tres parábolas se hace un «viaje interior», un camino hacia el deseo de una realidad perdida…
La misericordia es cuestión de «pasos» del que vuelve, del que busca y, sobre todo, del que espera, del que ama, del que busca pacientemente, del que frecuenta «a los pecadores y come con ellos» (v.2). Los pasos más hermosos y apresurados son los del Padre (v.20): «cuando aún estaba lejos, su padre lo vio, y profundamente conmovido, fue corriendo a echarse al cuello de su hijo y lo cubrió de besos», los pasos del Padre obedecen al ritmo impuesto por el corazón, por el amor.
Las tres parábolas terminan con una explosión de alegría incontenible: «¡alegraos conmigo!» (v.6), dice el pastor; igualmente la mujer (v.9); «tenemos que alegrarnos y hacer fiesta, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado» (v.32) dice el Padre. La música, la alegría, la comida, la fiesta son integrantes de la misericordia; nos queda aún un largo camino que recorrer para penetrar la hondura del amor que Dios nos ofrece en cada nostalgia, en cada deseo y en toda vuelta al origen de nuestra llamada.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Cómo te vives cristianamente?
  • ¿En lejanía, en alejamiento, en pérdidas, en búsqueda, en retorno…?
  • ¿Hacia dónde o hacia quién encaminas tus pasos?
  • ¿No están orientados, son mecánicos, están sin sentido…?
  • ¿Responden a una búsqueda?, ¿cuál?, ¿a partir de qué acontecimiento?
  • ¿Te alegras con los hermanos y de sus alegrías?

Repite sosegadamente

  • » Padre «
  • » ¡Alegraos! «
  • » Mi Dios y mi todo «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos dialogar desentrañando el contenido del siguiente versículo del texto:
    «Se levantó y se fue a casa de su padre. Cuando aún estaba lejos, su padre lo vio y profundamente conmovido, fue corriendo a echarse al cuello de su hijo y lo cubrió de besos» (v.20)
  • Atención a los componentes afectivos.
  • Destacar los elementos emocionales.
  • ¿Qué pasa en el exterior? ¿qué pasa en el interior?
  • ¿Qué acontece en nosotros?

Terminamos orando juntos con el Salmo 50 del Diurnal

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

XXV Domingo

1.- INCOMPATIBLE

» …Jura el Señor… que no olvidará jamás vuestras acciones. » (Am 8, 4-7).
» …Encargo a los hombres que recen en cualquier lugar, alzando las manos limpias de ira y divisiones… » (1 Tim 2, 1-8)

SÍMBOLOS

  • Cadenas.
  • Monedas.

2.- PALABRA

(Lc 16, 1-13) Jesús alaba la sagacidad del administrador infiel y pide a sus seguidores que seamos hábiles para hacer el bien, creadores de fraternidad.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 16, 1-13)

Jesús decía también a sus discípulos:
– Había un hombre rico que tenía un administrador. Un día le notificaron que su administrador malversaba sus bienes. 2 Así que le llamó y le dijo: «¿Qué es lo que oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque no vas a poder seguir desempeñando ese cargo». 3 El administrador se puso a pensar: «¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita la administración? Cavar ya no puedo; pedir limosna me da vergüenza. 4 Ah; ya sé lo que voy a hacer para que alguien me reciba en su casa, cuando me quiten la administración». 5 Entonces llamó a todos los deudores de su amo y dijo al primero: «¿Cuánto debes a mi amo?» 6 Le contestó: «Cien barriles de aceite». Y él le dijo: «Toma tu recibo, y siéntate y escribe en seguida cincuenta». 7 A otro le dijo: «Y tú, ¿cuánto debes?» Le contestó: «Cien sacos de trigo». Él le dijo: «Toma tu recibo y escribe ochenta». 8 Y el amo alabó a aquel administrador inicuo, porque había obrado sagazmente; pues los que pertenecen a este mundo son más sagaces con su propia gente que los que pertenecen a la luz.
9 Así que os digo: Haceos amigos con los bienes de este mundo, de modo que, cuando tengáis que dejarlos, os puedan recibir en las moradas eternas. 10 El que es de fiar en lo poco, lo es también en lo mucho. Y el que es injusto en lo poco, lo es también en lo mucho. 11 Si, pues, no fuisteis de fiar en los bienes de este mundo, ¿quién os confiará el verdadero bien? 12 Y si no fuisteis de fiar administrando bienes ajenos, ¿quién os confiará lo que es vuestro? 13 Ningún esclavo puede servir a dos amos, pues odiará a uno y amará a otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero.

COMENTARIO

Jesús ya no se dirige a los fariseos, como hizo en las parábolas anteriores, sino directamente a sus discípulos y, a través de ellos, a los creyentes de todos los tiempos. La parábola del administrador injusto (Lc 16 1-8) nos puede parecer extraña porque alaba la sagacidad de un hombre deshonesto. Pero en otras parábolas tenemos también personajes que no brillan precisamente por su honestidad: recordemos al juez injusto (Lc 18 18). Por supuesto esta parábola no nos invita a malversar los bienes, sino a ser sagaces, o lo que es lo mismo, a hacernos amigos utilizando los bienes de este mundo para ponerlos al servicio de los más necesitados. Es un tema muy querido por Lucas, que responde probablemente a problemas y necesidades de su comunidad.
La parábola va seguida de una serie de textos sobre el uso del dinero (Lc 16 9-13) en los que se describe a los hombres como administradores de los bienes temporales. Si sabemos utilizarlos, teniendo en cuenta las exigencias evangélicas, seremos dignos de recibir el verdadero bien cuando nos encontremos definitivamente con el Señor resucitado. El texto termina con una afirmación en la que el verbo servir debe ser interpretado en los dos casos de manera radicalmente diferente. Servir a Dios es una dependencia que nos hace libres para servir a los más necesitados, mientras que servir al dinero es una esclavitud que aplasta a la persona y pervierte nuestras relaciones con Dios y con los demás, como nos describe la parábola del rico y Lázaro (Lc 16 14-18).

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Jesús, dirigiéndose a sus discípulos, nos alerta sobre el uso de los bienes:
El protagonista de la parábola, el administrador, es un reflejo de cada uno de nosotros. La narración no es edificante, ni moral, es una lección simbólica de cómo usar aquello que manejamos cada día: los bienes y, de entre ellos, el bien creado por nosotros, el dinero.
¿Qué hacer con el dinero?, pues, como con los demás bienes, crear fraternidad. Para esto necesitamos sagacidad.
«Haceos amigos» (v.9), es que hay amigos del dinero, por eso necesitamos sagacidad, discernimiento, sentido de la justicia (v.10).
«El que es de fiar en lo poco, también lo es en lo mucho» (v.10), fiémonos del pequeño, del menesteroso, del débil, del necesitado… él es portador de un «gran bien» (v.11).
Una pregunta inquietante: ¿quién os confiará el verdadero bien? No se trata de saber qué es el verdadero bien, sino «¿quién?, ¿a través de quien nos llega…? Este icono del «Bien Supremo», ¿no llegará mediante el débil, el menesteroso y el pobre?
Una pregunta aún más difícil, ¿quién os confiará lo que es vuestro?, «lo nuestro», el amor no nos lo puede devolver, «confiar», más que un corazón agradecido…
Termina Jesús con un término peligroso: «ningún esclavo» (v.13)…, hemos de revisar nuestras vinculaciones a todo lo que producimos, al saber, al hacer y al tener. Sirvamos a la fraternidad del Reino y «démosle aire» a todo cuanto acumulamos y tenemos. Sólo Dios es el Bien Supremo.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • Haz una «memoria» de todos los bienes que te adornan: ¿Cómo vas de autoestima?
  • ¿A qué tienes dedicados esos bienes?, ¿los aprecias, los valoras, los utilizas, los socializas?
  • ¿Quiénes son los beneficiarios de ellos?
  • ¿Están al servicio de la fraternidad?, son generadores del Reino?
  • ¿Utilizas la «sagacidad» para situarte en el contexto comunitario?
  • ¿Dan juego o extorsionas?, ¿haces fluir el afecto, la relación, el amor o bloqueas?
  • ¿Cómo estás en este mundo?

Repite sosegadamente

  • «Señor, mi bien
  • «Dios es amor «
  • » Dios es fraternidad»

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos partir del texto del Evangelio:
    «Así que os digo: Haceos amigos con los bienes de este mundo, de modo que, cuando tengáis que dejarlos, os puedan recibir en las moradas eternas» (v.9).
  • ¿Cuáles son los bienes de este mundo?
  • ¿Cuáles los de «otro mundo»?
  • ¿Qué podemos entender por «moradas eternas»?
  • ¿Cómo hacer amigos, qué bien ofrecer?

Terminamos recitando juntos el Salmo 112 del Diurnal

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

XXVI Domingo

1.- POBRE CON ROSTRO

» Ay de los que se fían de Sión y confían en el monte de Samaria… » (Am 6, 1. 4-7).
» Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión… » (1 Tim 6, 11-16)

SÍMBOLOS

  • Icono de la Pobreza.
  • Pan y Vino.

2.- PALABRA

(Lc 16, 19-31) El evangelio denuncia las situaciones de injusticia, de egoísmo, de violencia y desprecio hacia el pobre que es un «icono» que nos llama al cambio.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 16, 19-31)

El rico y Lázaro el pobre

Mt 15 27; Lc 24 27.44

Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y todos los días celebraba espléndidos banquetes.
20 Y había también un pobre, llamado Lázaro, tendido en el portal y cubierto de úlceras, 21 que deseaba quitar el hambre con lo que se caía de la mesa del rico. Hasta los perros venían a lamer sus úlceras. 22 Un día, el pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. También murió el rico y fue sepultado. 23 Y en el abismo, cuando se hallaba entre torturas, levantó los ojos el rico y vio a lo lejos a Abrahán y a Lázaro en su seno. 24 Y gritó: «Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje en agua la yema de su dedo y refresque mi lengua, porque no soporto estas llamas».
25 Abrahán respondió: «Recuerda, hijo, que ya recibiste tus bienes durante la vida, y Lázaro, en cambio, males. Ahora él está aquí consolado mientras tú estás atormentado. 26 Pero, además, entre vosotros y nosotros se abre un gran abismo, de suerte que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni tampoco los de ahí a nosotros». 27 Replicó el rico: «Entonces te ruego, padre, que le envíes a mi casa paterna, 28 para que diga a mis cinco hermanos la verdad y no vengan también ellos a este lugar de tormento». 29 Pero Abrahán le respondió: «Ya tienen a Moisés y a los profetas, ¡que los escuchen!». 30 Él dijo: «No, padre Abrahán; si se les presenta un muerto, se convertirán». 31 Entonces Abrahán le dijo: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco harán caso aunque resucite un muerto».

COMENTARIO

En este relato, que sólo nos cuenta Lucas, Jesús se dirige todavía a los fariseos como representantes de aquellos que aman el dinero (Lc 16 14); y además pensaban justificarse ante Dios y los hombres mediante el cumplimiento estricto de la ley (Lc 11 37ss). La parábola tiene dos partes. En la primera (Lc 16 19-26) se nos habla del cambio de situación que se opera entre los hombres después de esta vida. Los bienes y los males tienen distintos protagonistas. En la descripción del más allá, el evangelio de Lucas utiliza las imágenes de su tiempo (seno de Abrahán, el abismo) que no pretenden darnos una información sobre la geografía del más allá sino manifestar la justicia de Dios sobre el conjunto de la vida humana. En la segunda parte (Lc 16 27-31) se insiste en que la Escritura, de la que los fariseos eran considerados expertos, es el camino más seguro para la conversión. Pero el hombre rico fue sordo a sus demandas. Su vida no estaba enraizada en la palabra de Dios.
Esta historia es una ilustración de las bienaventuranzas y los ayes de Lc 6 20-32. El reproche que se hace al rico es el de no saber compartir lo que tiene con los más necesitados. Ha perdido, incluso, una oportunidad de conversión por no haber escuchado a Moisés y los profetas, donde había encontrado muchas demandas de solidaridad para con los pobres (por ejemplo, Is 58 7, que pide compartir el pan y la casa con el necesitado). Su pecado consiste en haber hecho de las riquezas su dios (Lc 16 13).

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Luis F. García-Viana
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3.- RESUENA LA PALABRA

Jesús nos narra una parábola maravillosa que se desarrolla en dos tiempos, dos escenas: el presente (vv. 19-22) y el futuro (vv. 23-31); también está compuesta por dos personajes: un rico (vv. 19. 22 y 27), un ser sin nombre, sólo es rico; y Lázaro que significa «Dios ha traído ayuda».
Abrahán, el padre de los creyentes, es presentado como un «seno», un entrañable estado de acogida y de consuelo, es clave para el diálogo entre los dos personajes de la parábola, los cuales están separados por «un gran abismo» (v.26).
En el presente: Lázaro -el ayudado de Dios- no es visualizado, ni atendido, ni mirado o visto; sólo los perros (v.21) -animales despreciables en el mundo judío- venían a él. El rico, sin nombre, viste bien, celebra y banquetea… (v.19).
El primero no tiene, no posee… ¿qué dilata en su existencia?, el deseo de Alguien que se le entrega en plenitud en su futuro.
El segundo, lo tiene todo y se identifica con lo que tiene, no necesita ni nombre…, no desea nada; su futuro, la nada: «también murió el rico y fue sepultado» (v.22).
Ahora abrimos el futuro: Lázaro en la plenitud de la fe abrahamica es consolado y defendido por la palabra de Abrahán; el rico se vuelve ruego (v.27) en su abismo, demanda (v.24), quiere convertir al pobre en -catequista- testimonio…. Sólo recibirá una sentencia. Sentencia para todos los creyentes: la fe en la Palabra de Dios. «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco harán caso aunque resucite un muerto» (v.31).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Tienen «rostro», nombre, identidad los menesterosos de tu entorno?
  • ¿Quiénes son, qué hacen, con quién se relacionan?
  • ¿Quién les auxilia, quienes son sus interlocutores?
  • ¿Cómo te relacionas con ellos?; ¿dónde estás tú respecto de sus vidas?
  • ¿Existen en tu entorno diferentes niveles y tipos de carencias?
  • ¿Cuáles, cómo te las representas, cómo te relacionas con ellas?

Repite sosegadamente

  • » Ten piedad de mi «
  • » Ayúdame, Señor » (Lázaro)
  • » Danos el pan cotidiano » (Padre Nuestro)

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos centrar nuestro diálogo en la sentencia con la que se cierra esta parábola:
    «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco harán caso aunque resucite un muerto» (v.31).
  • ¿Qué valor otorgamos a la Palabra de Dios?
  • ¿Cómo la usamos?, ¿qué argumentos elaboramos con ella?
  • ¿Tiene para nosotros valor profético?

Terminamos orando juntos el Salmo 145 del Diurnal

Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.

No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;

que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos,
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.

XXVII Domingo

1.- «AUMENTA NUESTRA FE»

» …El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe… » (Hab 1, 2-3; 2, 2-4).
» …No tengas miedo de dar la cara por nuestro Señor… » (2 Tim 1, 6-8. 13-14)

SÍMBOLOS

  • Luz – Cirio Pascual.
  • Anunciación – María.

2.- PALABRA

(Lc 17, 5-10) Jesús resalta la fuerza de la fe, el poder y la confianza en Dios.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 17, 5-10)

Los apóstoles dijeron al Señor:
– Aumenta nuestra fe.
6 Y el Señor dijo:
– Si tuvierais la fe del tamaño de un grano de mostaza, diríais a esta morera: «Arráncate y trasplántate al mar», y os obedecería. 7 ¿Quién de vosotros, que tenga un criado arando o pastoreando, le dice cuando llega del campo: «Ven, siéntate a la mesa»? 8 ¿No le dirá más bien: «Prepárame la cena y sírveme mientras como y bebo; y luego comerás y beberás tú»? 9 ¿Tendrá quizás que agradecer al siervo que haya hecho lo que se le había mandado? 10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho lo que se os mande, decid: «Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que teníamos que hacer».

COMENTARIO

Lucas reúne aquí varias parábolas de Jesús, dirigidas a sus discípulos, que tienen una fuerte vinculación con la vida comunitaria. En primer lugar (Lc 17 1-2) se nos pide que no seamos ocasión de tropiezo por nuestros actos negativos, para los pequeños. Estos no son los niños, sino los pobres, los humildes, los que no tienen recursos materiales o espirituales para oponerse al que provoca el tropiezo. Precisamente éstos son los elegidos de Dios para los que ha preparado su reino (Lc 6 20-21). Y su voluntad es que no se pierda ninguno de ellos (Mt 18 14). Después (Lc 17 3-4) se nos anima a la corrección fraterna, para que el hermano que ha pecado tome conciencia de su falta y se arrepienta (Lc 19 17), y se nos solicita el perdón como actitud permanente, imitando el comportamiento de Dios (Lc 15 11-32). Por otra parte, debemos tomar conciencia de la fuerza de la fe (Lc 17 5-6), ya que si ésta es un don de Dios, él nos la da como impulso para la vida de testimonio evangélico. Por último, la parábola final (Lc 17 7-10) nos describe la actitud que el hombre debe tener ante Dios. Le servimos con humildad a sabiendas de que no somos indispensables. Todo lo que recibimos de él es gracia y toda nuestra vida debe ser una respuesta agradecida a sus dones y no una búsqueda de recompensa, que en cualquier caso sería siempre inmerecida.

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Luis F. García-Viana
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3.- RESUENA LA PALABRA

Miremos la parábola (v. 7-10) desde la óptica del empleado, desde la situación de aquel que ha sido encontrado y contratado por su Señor.
«Vosotros, cuando hayáis hecho lo que se os mande, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que teníamos que hacer» (v.10).
La relación con el Señor está concebida bajo el signo de la gratuidad, no bajo la obligación del contrato.
A la gratuidad del don que es Dios corresponde, por parte del ser humano, la dedicación, humildad y modestia.
No se reivindican derechos ante el don…; no hemos de instrumentalizar la respuesta como una paga, un deber de parte de Dios.
Mirando nuestra realidad podemos afirmar que hoy escasean los servidores.
¿Cuántos se consideran necesarios e indispensables?
¿Cuántos desean, sueñan con promociones e intereses personales?
¿Qué importancia damos a las estadísticas, al prestigio…, a lo superfluo?
Se necesitan operarios «inútiles», «gratuitos», que respondan al don con el don de sí mismos.
Que encuentren alegría en servir al Reino en la oscuridad de lo cotidiano.
Que sepan y quieran hacer historia salvadora, con sencillez, humildad y modestia; con una sonrisa agradecida y cuando levanten la mirada del surco para secarse el sudor digan: «Señor, aumenta nuestra fe» (v.5).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • Hemos de revisar las motivaciones de nuestro impulso evangelizador.
  • ¿Están tomadas bajo el signo de la gratuidad?
  • ¿Quiénes son los receptores?
  • ¿Con qué actitud trabajas en lo cotidiano?
  • ¿Cómo estamos de alegría, de gozo, de modestia?
  • ¿Sabemos desaparecer de la admiración pública?

Repite sosegadamente

  • » Señor, aumenta mi fe «
  • » Siervos inútiles somos «
  • » Hacemos lo que tenemos que hacer «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podríamos dialogar a partir de la pregunta que nos presenta el Señor en la parábola:
    «El Señor, ¿tendrá quizás que agradecer al siervo que haya hecho lo que se le había mandado?» (v.9).
  • ¿Cómo concebimos nuestras tareas?
  • ¿Qué tipo de relación tenemos con Dios?
  • ¿Bajo qué criterio vivimos, bajo la ley, el deber o la gratuidad?

Podemos concluir con el Salmo 94 del Diurnal

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque Él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque Él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que Él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
«Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

XXVIII Domingo

1.- «GRACIAS, SEÑOR»

» …Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra más que en Israel … » (2 Re 5, 14-17).
» …La palabra de Dios no está encadenada… » (2 Tim 2, 8-13)

SÍMBOLOS

  • Flores.
  • Frutos.
  • Hermanos.

2.- PALABRA

(Lc 17, 11-19) Todos son curados por Jesús, pero sólo uno es agraciado con la salvación: el agradecido, el que da el paso a la alabanza.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 17, 11-19)

De camino hacia Jerusalén, Jesús pasaba entre Samaria y Galilea. 12 Al entrar en una aldea, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia 13 y se pusieron a decir a voces:
– Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros.
14 Él, al verlos, dijo:
– Id a presentaros a los sacerdotes.
Y mientras iban de camino, quedaron limpios. 15 Uno de ellos, al verse curado, volvió alabando a Dios en alta voz, 16 y se postró a sus pies dándole gracias. Era un samaritano. 17 Jesús preguntó:
– ¿No quedaron limpios los diez? ¿Dónde están los otros nueve?
18 ¿Sólo ha vuelto a dar gracias a Dios este extranjero?
19 Y le dijo:
– Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

COMENTARIO

El que recibe el don de Dios debe ser agradecido. Para ilustrar esta actitud del creyente, Lucas (sólo él tiene este relato) cuenta la curación de diez leprosos que piden la misericordia de Jesús. Es curioso ver cómo la enfermedad de estos hombres ha unido lo que la vida normal separaba. Jamás los judíos trataban a los samaritanos. La ley de Israel mandaba que los leprosos vivieran separados (Lv 13 46). Y el día en que estuvieran curados tenían que presentarse ante un sacerdote para que éste comprobara su curación y les permitiera reintegrarse a la vida normal (Lv 14), pudiendo a partir de entonces participar en las celebraciones del culto. Por eso, este milagro de Jesús no significa sólo una curación física, sino una restauración en la vida social de su pueblo. Sin embargo, y este es el centro de interés del relato, sólo un extranjero tuvo bastante fe para reconocer la bondad de Dios que actuaba en Jesús. Como el samaritano compasivo es un ejemplo de la caridad efectiva para el cristiano (Lc 10 30-37), así también éste lo es por su actitud de gratitud. El elogio del samaritano se convierte en un reproche para los hijos de Israel (Lc 4 27).
Además de mostrarnos la gratitud del hombre ante los dones de Dios, el relato nos indica lo que es la fe de la que habían hablado los discípulos (Lc 17 5). Es la respuesta confiada del hombre ante la gracia de Dios, que siempre nos precede. El camino de la salvación está, pues, abierto a todos, incluso a los excluidos de Israel. Sólo la fe en Jesús resucitado es la que salva.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

En el texto del Evangelio aparece unida la fe a la gratitud.

Reconocimiento -fe- acción de gracias expresan la experiencia de este extranjero (v.18) leproso, samaritano, único de los diez curados por Jesús que vuelve «alabando a Dios en alta voz» (v.15).
«Se postró a los pies de Jesús dándole gracias» (v.16). Expresa una celebración agradecida, bajo el signo de la alabanza pública y de la adoración.
«¿No quedaron limpios los diez? ¿Dónde están los otros nueve?» (v.17). A los otros nueve no se les ha retirado la curación pero su don ha quedado empobrecido por la falta de gratitud. Sólo fueron «curados», mientras que este samaritano ha sido «salvado» (v.19).
«¿Sólo ha vuelto a dar gracias a Dios este extranjero?» (v.18). Los nueve «sólo» han escuchado la voz de su necesidad, la voz de su deseo de ser libres…; sólo este «extranjero» ha oído la voz que le llama a la salvación; una voz que pasa por el agradecimiento, por la adoración y desemboca en la audición del Maestro: «- Levántate, vete: tu fe te ha salvado» (v.19)
Sólo este samaritano recupera la verdadera libertad: «vete» (v.19); una libertad que apunta al Reino, al servicio de unos valores más altos de los cuales Jesús es portavoz y que en el versículo siguiente del texto (Lc 17, 20-21) lo pone de manifiesto:
«El Reino no va a venir con espectacularidad…,
porque el Reino está dentro de vosotros» (v.21).
Este extranjero lo ha descubierto y lo agradece.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Miras con hondura tu experiencia cultivando el terreno del corazón, de la admiración y del reconocimiento?
  • ¿Qué tipo de oración haces?
  • ¿Tu gratitud de dónde nace, de la deuda, del don, del reconocimiento?
  • ¿Tienes conciencia de «lo que debes», de «lo que recibes»?
  • ¿Te abres a la sorpresa, a la alegría, a la alabanza a celebrar los prodigios de Dios?

Repite sosegadamente

  • » Maestro, ten piedad de mi «
  • » Levántate, vete «
  • » Tu fe te ha salvado «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos dialogar sobre los siguientes versículos del evangelio:
    «Mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, al verse curado, volvió alabando a Dios en alta voz, y se postró a los pies de Jesús dándole gracias.» (v.14-16).
  • ¿Es importante «el camino»?
  • ¿Qué acontecimientos ocurren en los «caminos» que hacemos?
  • ¿Nos volvemos agradecidamente hacia los seres con quienes estamos en camino?

Terminamos orando juntos con el Salmo 97 del Diurnal

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad:

tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra.

Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.

XXIX Domingo

1.- ORAR SIN DESÁNIMO

» …Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol… » (Ex 17, 8-13).
» …Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado… » (2 Tim 3,14 – 4,2)

SÍMBOLOS

  • Palabra.
    Icono orante – «La Trinidad».

2.- PALABRA

(Lc 18, 1-8) El texto de la parábola del juez y la viuda estimula a una firme confianza en el poder de la oración.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 18, 1-8)

Para mostrarles la necesidad de orar siempre sin desanimarse, Jesús les dijo esta parábola:
2 – Había en una ciudad un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. 3 Había también en aquella ciudad una viuda que no cesaba de suplicarle: «Hazme justicia frente a mi enemigo». 4 El juez se negó durante algún tiempo, pero después se dijo: «Aunque no temo a Dios ni respeto a ningún hombre, 5 por lo que esta viuda me importuna, le haré justicia para que deje de molestarme de una vez».
6 Y el Señor añadió:
– Fijaos en lo que dice el juez inicuo. 7 ¿No hará, entonces, Dios justicia a sus elegidos si claman a él día y noche? ¿Les hará esperar? 8 Yo os digo que les hará justicia inmediatamente. Pero el Hijo del hombre, cuando venga, ¿encontrará en la tierra una fe como ésta?

COMENTARIO

A pesar del retraso en la venida del Hijo del hombre, de la que nos hablaba el texto anterior, los cristianos deben continuar orando sin caer en la desesperanza. Para mostrar la necesidad de la oración, Lucas narra una parábola que no tiene paralelo en otro evangelio y es similar a la del amigo que viene pidiendo a medianoche (Lc 11 5-8). Hay que orar con confianza y perseverancia, nos dice la parábola, con la seguridad de que Dios escucha las súplicas del hombre (Flp 1 4; Rom 1 10; Col 1 3; 2 Tes 1 11). Es significativo que el texto enfrenta a una viuda, que en la Biblia es una figura típica de los más necesitados (Ex 11 21-24; Is 1 17.23; Jr 7 6), a un enemigo que probablemente es un rico. Este podría sobornar al juez, pero la viuda no, debido a su pobreza. Pues bien, afirma la parábola, si un juez deshonesto termina por hacer caso a la viuda, con mucho más motivo lo hará Dios que se mueve impulsado por la misericordia y defiende siempre a los débiles (Dt 10 17-18; Eclo 35 12-18). Quizá la comunidad de Lucas, que vive en un mundo hostil y cercana a las primeras persecuciones, se hacía la pregunta de que por qué no intervenía Dios para salvar a su Iglesia. Parecía que no escuchaba sus súplicas. Lucas encuentra en esta parábola de Jesús una buena respuesta a esa situación de incertidumbre y de aparente silencio de Dios.
Lc 18 8 anima a los creyentes a permanecer fieles al Señor, incluso cuando la fe vaya perdiendo importancia en el mundo, como pensaban los primeros cristianos que ocurría al final de los tiempos (Mt 24 10-12; 2 Tes 2 3). No es, por tanto, el conjunto de este texto una invitación a la pasividad. La oración del creyente es como la respiración que permite seguir viviendo los continuos compromisos evangélicos que van construyendo un mundo más fraterno. La oración no nos retira del mundo sino que nos dirige hacia él para transformarlo según los criterios y valores del reino proclamado por Jesús.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Con la parábola de la pobre viuda en dificultades con un juez «injusto» que no tiene intención de defender los derechos del débil, se nos aporta la lección con transparencia.
Es necesario resistir, no rendirse al cansancio, a la indiferencia o al desánimo.
En la oración no se logra nada con la velocidad, la prisa o la impaciencia.
La oración de la viuda es la oración que brota de la pobreza.
La pobreza en la oración significa saber orar en la aridez, en el vacío, en la desolación, en la oscuridad, en el hielo paralizador.
Cuando no experimentamos nada, no se siente nada y es cuando todo parece imposible. También cuando experimentamos la ausencia.
El pobre busca a Dios cuando parece que Dios se esconde, desparece en la noche.
Hemos de saber seguir sin desánimos, sin ceder al cansancio, agarrados a la voluntad y a la fidelidad de un amor dispuesto a toda prueba. El encuentro puede darse en la resistencia o en la fiesta, lo importante es la constancia.
Hemos de obstinarnos en tener abierta la puerta a este Dios que «está llegando permanentemente» … «Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará en la tierra una fe como ésta? (v.8).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Qué lugar otorgas a la oración en tu agenda?
  • ¿La tienes incorporada a tu vida cotidiana?
  • ¿Qué tipo de oración practicas?, ¿el agradecimiento, la petición, la súplica, la queja…?
  • ¿Vinculas en la oración a Dios y a los hermanos?
  • ¿Te cansas, te desanimas, cómo superas los tiempos difíciles?
  • ¿Quién te ayuda a resistir en la oración?

Repite sosegadamente

  • » Hazme justicia, Señor «
  • » Padre, venga tu Reino «
  • » Mi Dios y mi todo «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos partir del siguiente texto:
    «¿No hará, entonces, Dios justicia a sus elegidos si claman a él día y noche? ¿Les hará esperar? Yo os digo que les hará justicia inmediatamente.» (v. 7-8).
  • ¿Qué podemos entender por «justicia» en este texto?
  • ¿Quiénes son esos «elegidos» de que habla el texto?
  • ¿Qué significan aquí «el día y la noche»?
  • ¿Qué sentido podemos encontrar a la «espera»?

Terminamos recitando juntos con el Salmo 120 del Diurnal

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.

El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.

El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.

XXX Domingo

1.- DIOS ESCUCHA

» …Los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansan… » (Eclo 35, 15-17. 20-22 ).
» …He corrido hasta la meta, he mantenido la fe… » (2 Tim 4, 6-8. 16-18)

SÍMBOLOS

  • Luz Pascual.
  • Sagrada Escritura.

2.- PALABRA

(Lc 18, 9-14) El Señor escucha al pobre que suplica y rechaza al que se vanagloria y desprecia a los demás.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 18, 9-14)

El fariseo y el publicano

Mt 6 1; 23 23.28; Lc 16 15; Mt 23 12

También a unos, que presumían de ser hombres de bien y despreciaban a los demás, les dijo esta parábola:
10 – Dos hombres subieron al templo a orar, uno era fariseo, y el otro un publicano. 11 El fariseo, erguido, hacía interiormente esta oración: «Dios mío, te doy gracias porque no soy como el resto de los hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. 12 Ayuno dos veces por semana y pago los diezmos de todo lo que poseo». 13 Por su parte, el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: «Dios mío, ten compasión de mí, que soy un pecador». 14 Os digo que éste bajó a su casa reconciliado con Dios, y el otro no. Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.

COMENTARIO

En esta parábola, que sólo se encuentra en Lucas, se contraponen dos actitudes: la del fariseo, que piensa ganar la salvación con su propio esfuerzo, y la del publicano, que reconoce su condición de pecador y pide a Dios la conversión. Este último, que se apoya en Dios y no en sus obras, es el modelo que Lucas propone a sus lectores.
En el comentario
que hace Jesús de la parábola nos dice que el publicano se reconcilió con Dios (el original griego dice literalmente que bajó a su casa justificado, lo que nos lleva al pensamiento paulino de la justificación por la gracia y no por las obras). El fariseo, que hace más de los que exigía la ley, buscó sólo su autojustificación a través de las obras. Hay, por tanto, en Lucas una llamada a la humildad dirigida a aquellos que están seguros de ser justos por sus obras y que hacen además alarde de su justicia frente a los que parecen estar fuera de la ley (Lc 15 7; 16 15). El final del Lc 18 14 tiene otros paralelos en los evangelios (Lc 14 11; Mt 18 4; 23 12) y se refiere al cambio de situación que se producirá al final de los tiempos, si el que busca la justicia por sus obras no cambia de actitud y se convierte al evangelio de la gracia.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

La parábola que nos presenta San Lucas nos reproduce dos formas tipológicas de estar ante Dios:
La del ser humano cumplidor, correcto, que se ha hecho a sí mismo, complacido de su trabajo y dado a la autoglorificación…
Su oración expresa una acción de gracias por la satisfacción que tiene de sí mismo (v. 11-12).
El publicano tiene el buen gusto de ir al templo para acusarse a sí mismo y no a los demás.
No multiplica las palabras y no busca sus buenas acciones.
Su oración es sobria, humilde -«manteniéndose a distancia» (v.13)-, penetrada de la conciencia de su indignidad y de su propia miseria (v.13).
Sencillamente se reconoce indigno (v.13), no pretende llamar la atención de Dios ni sobre él, ni sobre ningún personaje.
Como contrapunto del reconocimiento de su pecado abre su «nada» al don, su miseria a la misericordia (v.13)
Jesús, en esta parábola, nos revela un Dios que no sabe de «méritos», un Dios que da sin medida misericordia y perdón a quien tiene necesidad de Él; un Dios que no está interesado por nuestro «dossier de méritos», sino por nuestros «precedentes» que nos acercan a su infinita ternura de Padre. En la relación con Dios «el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado» (v.14).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Con qué actitud nos acercamos a nosotros mismos y a Dios?
    ¿Practicamos la autocomplacencia o el examen?
    ¿Con qué idea-imagen nos acercamos a Dios?
    ¿Cómo reproducimos nuestra imagen ante Él?
    ¿Qué núcleos de la vida son objeto de nuestra conversación con Dios?¿Terminamos nuestros encuentros con Dios inquietos o serenos?

Repite sosegadamente

  • » Dios mío, te doy gracias «
  • » Dios mío, ten compasión de mí «
  • » Dios mío, soy un pecador «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Partamos para el diálogo del versículo conclusivo de la parábola:
    «Os digo que éste bajó a su casa reconciliado con Dios, y el otro no. Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.» (v. 14).
  • ¿Qué importancia tenían las obras en el Antiguo Testamento y qué valor tienen la gracia y el perdón en el Nuevo Testamento?
  • ¿Qué concepto tenemos de humillación y de humildad?

Podemos terminar nuestra oración recitando juntos el Salmo 33 del Diurnal

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, El lo escucha
y lo salva de sus angustias.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved que bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a Él.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.

XXXI Domingo

1.- DIOS NOS AMA Y BUSCA

» …Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho… » (Sab 11, 22 – 12,2).
» …No perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones… » (2 Tes 1,11 – 2,2)

SÍMBOLOS

  • Lo perdido: Foto del cuarto mundo.
  • Lo que no cuenta: Poster de marginados.

2.- PALABRA

(Lc 19, 1-10) Zaqueo se acerca a Jesús llevado por la curiosidad y este encuentro le lleva a la salvación. Jesús vino a buscar y salvar.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 19, 1-10)

Jesús y Zaqueo

Mt 5 46; Lc 5 29-30; Hch 16 31-34; Lc 15 4.6.9

Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad.
2 Había en ella un hombre llamado Zaqueo, jefe de los publicanos, y rico, 3 que quería conocer a Jesús; pero, como era bajo de estatura, no podía verle, a causa del gentío. 4 Así que echó a correr hacia adelante y se subió a una higuera para verle, porque iba a pasar por allí. 5 Cuando Jesús llegó al lugar, levantó lo ojos y le dijo:
– Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.
6 Él bajó a toda prisa y le recibió muy contento. 7 Al ver esto, todos murmuraban y decían:
– Se ha alojado en casa de un pecador.
8 Pero Zaqueo se puso en pie ante el Señor y le dijo:
– Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres, y si engañé a alguno, le devolveré cuatro veces más.
9 Jesús le dijo:
– Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán. 10 Y es que el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.

COMENTARIO

De nuevo nos encontramos con el tema, tan querido por Lucas, de la conversión y sus exigencias. Zaqueo se acerca a Jesús por curiosidad y termina acogiéndolo en su casa, y repartiendo entre los pobres una gran parte de sus bienes. Este reparto generoso va mucho más lejos de lo que la ley judía exigía (Ex 22 3.6; Lv 5 21-24; Nm 5 6-7) y, en realidad, corresponde a lo que pedía la ley romana en los casos de robo. Zaqueo se manifiesta como un auténtico hijo de Abrahán, a pesar de su profesión, que lo excluía de toda relación con los puros y justos. Su generosidad es el signo de su pertenencia al resto de Israel que sabe descubrir en Jesús al auténtico enviado de Dios. Lucas resume bien (Lc 19 10) la experiencia de su comunidad confrontada con el acontecimiento que nos narra este relato: el Hijo del hombre salva lo perdido, lo despreciado, lo que no cuenta ante los ojos humanos.
Podemos relacionar este relato con otros dos del mismo evangelio. En primer lugar con la parábola del fariseo y del publicano (Lc 18 9-14). Allí se nos hablaba de un publicano como prototipo del auténtico orante. Aquí otro publicano, Zaqueo, muestra de qué manera la conversión influye en nuestra relación con los bienes materiales. En segundo lugar el texto de Zaqueo nos recuerda también al de la pecadora arrepentida y perdonada de Lc 7 36-59. Aquí como allí la salvación que llega en la persona de Jesús opera un cambio radical de vida.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

La curiosidad ha conducido a Zaqueo a subirse a la higuera y a asomarse entre las hojas como un fruto irremediablemente dañado.
Jesús que «ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido» (v.10):
«levantando los ojos le dijo: -Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa» (v.5). Jesús no ha mirado lo dañado, lo sucio, lo contaminado, ha visto el germen intacto que Dios sembró en esa vida; ha intuido la belleza y la generosidad escondida bajo un montón de ruinosas acciones.
Jesús apuesta por lo mejor que hay en cada persona, por lo mejor de Zaqueo: «hoy tengo que alojarme en tu casa» (v.5); tu casa, tu interior tiene muchas posibilidades aunque tú no las conozcas.
«Zaqueo bajó a toda prisa y le recibió muy contento» (v.6) ¿Es que Zaqueo estaba «cerrado» por el desprecio de los otros, por su obsesión en acumular, despreciando lo honesto?
Cuando entra el amor, sopla un aire nuevo de vida, se desencadena un deseo de liberación. (v.8).
Del fruto «podrido» de Israel florece una manifestación de fe nueva: «- Señor, la mitad de mis bienes se los doy a los pobres, y si engañé a alguno, le devolveré cuatro veces más» (v.8). Zaqueo ha descubierto lo que le impedía vivir, crecer, ser…, descubre su complicidad con el mal, descubre su «fracaso moral» y «vital». Zaqueo se ha reconciliado con la vida al encontrarse con Jesús y se ha liberado del peso sofocante del tener.
Jesús «ha venido a buscar y salvar lo perdido» (v.10).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Conoces todo aquello que te paraliza, te empequeñece y hace ser un fracaso?
  • ¿Conoces todo cuanto existe en tu existencia que aún nadie ha valorado y llamado a vivir
    Haz un examen de tus valores, de tus posibilidades, de tus anhelos ocultos?.
  • Atrévete a dejarlos florecer, existir para los demás.
  • ¿Cómo está tu casa, abierta, cerrada…?

Repite sosegadamente

  • » Hoy me alojo en tu casa «
  • » Hoy ha llegado la salvación «
  • » He venido a buscar y salvar «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos partir del texto siguiente:
    «- Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán. Y es que el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.» (v. 9-10).
  • ¿Qué sentido podemos atribuirle a «la casa»?
    – «Casa de Israel», «casa del Padre»…
  • ¿Cómo busca hoy Dios lo perdido, en dónde, mediante quién o quiénes?
  • ¿Vemos acontecer en la actualidad la salvación?, ¿dónde?, ¿cómo?…

Terminamos con el Salmo 144 del Diurnal

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.

Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.

Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.

Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;

explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.

XXXII Domingo

1.- DIOS DE LA VIDA

» …El rey del universo nos resucitará para una vida eterna… » (2 Mac 7, 1-2. 9-14).
» …El Señor que es fiel… » (2 Tes 2,15 – 3,5)

SÍMBOLOS

  • Cirio Pascual.
  • Incienso.

2.- PALABRA

(Lc 20, 27-38) La respuesta de Jesús pone de relieve el destino de nuestra existencia y de nuestra vida de hijos.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 20, 27-38)

Pregunta sobre la resurrección

Mc 12 18-27; Mt 22 23-33
Hch 23 8; Dt 25 5; Ex 3 2.6; Rom 14 8-9

Se acercaron entonces unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron:
28 – Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si el hermano de uno muere, dejando mujer sin hijos, su hermano debe casarse con la mujer para dar descendencia a su hermano. 29 Pues bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin hijos. 30 El segundo, 31 y el tercero se casaron con la viuda, y así hasta los siete. Todos murieron sin dejar hijos. 32 Por fin murió también la mujer. 33 Así, pues, en la resurrección, ¿de quién de ellos será mujer? Porque los siete estuvieron casados con ella.
34 Jesús les dijo:
– En la vida presente existe el matrimonio entre hombres y mujeres; 35 pero los que logren alcanzar la vida futura, cuando los muertos resucitan, no se casarán; 36 y es que ya no pueden morir, pues son como los ángeles; son hijos de Dios porque han resucitado. 37 Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo da a entender en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob. 38 Pues no es Dios de muertos, sino de vivos; porque todos viven por él.
39 Entonces unos maestros de la ley intervinieron diciendo:
– Maestro, has respondido muy bien.
40 Y ya nadie se atrevía a preguntarle nada.

COMENTARIO

Los saduceos, que colaboraban frecuentemente con los romanos y procedían de la burguesía de Jerusalén próxima al templo, eran conservadores en materia religiosa. Sólo aceptaban plenamente las leyes del pentateuco, pero no daban tanta importancia a los profetas, los otros escritos y la tradición oral, que los fariseos apreciaban especialmente. De ahí su oposición al tema de la resurrección. Los saduceos la negaban basándose en la mayoría de los autores del Antiguo Testamento, por lo menos los anteriores al siglo II a. C. Los fariseos, que en esto aparecían como innovadores, la afirmaban basándose en textos recientes del Antiguo Testamento (Dn 12 1-3; 2 Mac 7 14). Los saduceos quieren aquí ridiculizar la resurrección de los muertos. Para ello aluden a la ley de levirato (Dt 25 5-10), por la cual el hermano de un difunto se casaba con su viuda para impedir que los bienes de la familia fuesen a parar fuera de ella y, además, dar descendencia a su hermano. No parece que toda la ley de Israel apoyase esta costumbre. De hecho otras leyes posteriores a la del libro del Deuteronomio no parecen ir en la misma línea (Lv 18 16; 20 21). El caso presentado a Jesús, dentro de su exageración, prueba sin embargo que la costumbre había llegado hasta su época.
La respuesta de Jesús afirma que la resurrección no es una simple continuación de la vida, sino una vida nueva y distinta, una vida de plenitud que difícilmente podemos comprender desde nuestras realidades cotidianas. El poder de Dios, que llama a los hombres de la muerte a la vida, transforma y asume la totalidad del ser humano. Él es el que asegura la continuidad entre nuestra vida terrena y la futura resurrección. Por eso nuestra capacidad de comprensión de este misterio es limitada. Pablo, por ejemplo, utilizará la expresión paradójica de cuerpo espiritual para hablar del modo de existencia del resucitado (1 Cor 15 44.51-53).

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

El partido aristocrático, rico y conservador que son los saduceos quieren enredar a Jesús en disquisiciones legales que no tienen nada que ver con la vida: ellos quieren que la vida eterna, la vida de Dios, sea la prolongación de sus logros, sus privilegios y posiciones.
Jesús ve la vida y la vive desde la óptica de Dios:
«Los que logren alcanzar la vida futura…, no se casarán…» (v.35). En Dios no se establecen instituciones, contratos, vivirán para la alabanza, para la gratuidad.
«Es que no pueden morir…, son hijos de Dios porque han resucitado…» (v.36). La vida de que nos habla Jesús es la comunicación plena con Dios y entre nosotros.
«Que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo da a entender en el episodio de la zarza…» (v.37). Los que son fieles en su existencia, en su matrimonio, con los suyos, en la relación con Dios, Dios no les fallará, pues Dios no reniega de su palabra y su promesa de amor.
Al final dos verdaderas afirmaciones fundamentales:
«No es Dios de muertos, sino de vivos» (v.38). Por tanto confiar en este Dios es vivir para la vida y la vida consiste en vivenciar con Él, alegrarnos con Él y gozar con Él.
«Para Él todos están vivos (porque todos viven en Él)» (v.38). Tomemos la traducción que nos apetezca…. El creyente vive y encuentra la vida por Él y con Él; la muerte, el tránsito, no supone una interrupción.
En Jesús, Dios reivindica a la muerte el diálogo y la comunicación con la criatura humana, conocerle es ya comenzar a Resucitar.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • En tu quehacer cotidiano, en la actividad, en el desarrollo de tus jornadas:
    ¿Qué realidades te provocan vida?
  • ¿Quiénes te motivan a vivir?
  • ¿Cómo se manifiesta la vida en ti?
  • ¿Cómo vives tu relación de hijo/a?
  • ¿Con qué hechos sostienes esa relación?
  • ¿Cómo la acrecientas y la motivas?
  • ¿La comunicas a los demás en las tareas diarias?

Repite sosegadamente

  • » Yo soy la resurrección «
  • » Yo soy la vida «
  • » Dios de vivos, Dios de la vida «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos centrarnos en el núcleo del evangelio:
    «- En la vida presente existe el matrimonio entre hombres y mujeres; pero los que logren alcanzar la vida futura, cuando los muertos resucitan, no se casarán; y es que ya no pueden morir…, son hijos de Dios porque han resucitado.» (v. 34-36).
  • ¿Es la resurrección una realidad de nuestro presente?
  • ¿Qué hacer para anticiparla, para vivenciarla?
  • ¿Cómo «alcanzar la vida futura» (v.35), esto es posible en el quehacer presente?
  • ¿Existe alguna actividad, relación que nos la anticipe?

Terminamos orando juntos con el Salmo 16 del Diurnal

Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño:
emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.

Aunque sondees mi corazón,
visitándolo de noche,
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí.

Mi boca no ha faltado
como suelen los hombres;
según tus mandatos, yo me he mantenido
en la senda establecida.
Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.

Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha.

Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme
de los malvados que me asaltan,
del enemigo mortal que me cerca.

XXXIII Domingo

1.- TIEMPO ÚNICO: CONVERSIÓN

» …Mirad que llega el día, ardiente como un horno… » (Mal 3, 19-20).
» …No viví entre vosotros sin trabajar, nadie me dio de balde el pan que comí…» (2 Tes 3, 7-12)

SÍMBOLOS

  • Cirio Pascual.
  • Reloj de Arena.

2.- PALABRA

(Lc 21, 5-19) Jesús pone en guardia a sus discípulos contra los engaños, los falsos símbolos, profetas y mesianismos; la perseverancia nos salvará.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 21, 5-19)

Anuncio de la destrucción del templo

Mc 13 1-2; Mt 24 1-2
Miq 3 12; Jdt 7 1-15

Al oír a algunos que hablaban sobre la belleza de las piedras y exvotos que adornaban el templo, comentó:
6 – Vendrá un día en que todo eso que veis quedará totalmente destruido; no quedará piedra sobre piedra.
7 Entonces le preguntaron:
– Maestro, ¿cuándo será eso? ¿Cuál será la señal de que esto está a punto de suceder?
8 Él contestó:
– Estad atentos, para que no os engañen. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre y diciendo: «Yo soy, ha llegado la hora». No vayáis detrás de ellos. 9 Y cuando oigáis hablar de guerras y de revueltas, no os asustéis, porque es preciso que eso suceda antes, pero el fin no vendrá inmediatamente.
10 Les dijo además:
– Se levantará nación contra nación y reino contra reino. 11 Habrá grandes terremotos y, en diversos lugares, hambres, pestes, apariciones terroríficas, y grandes portentos en el cielo. 12 Pero antes de todo eso, os echarán mano y os perseguirán, os arrastrarán a las sinagogas y a las cárceles, y os harán comparecer ante los reyes y gobernadores por causa de mi nombre. 13 Esto os servirá para dar testimonio. 14 Meteos bien en la cabeza que no tendréis que preparar entonces vuestra defensa, 15 porque yo os daré un lenguaje y una sabiduría a los que no podrá resistir ni contradecir ninguno de vuestros adversarios. 16 Seréis entregados incluso por vuestros padres, hermanos, parientes y amigos; y a algunos de vosotros os matarán. 17 Todos os odiarán por mi causa. 18 Pero ni un cabello de vuestra cabeza se perderá. 19 Con vuestra paciencia salvaréis vuestras vidas.

COMENTARIO

En la tradición profética el abandono del templo de Dios y su destrucción eran contemplados como la consecuencia de la ruptura de la alianza por el pueblo (Jr 7 1-15; 26 1-19; Ez 8-11; Miq 3 12). Jesús, en continuidad con esta tradición, anuncia la destrucción del templo porque Israel no le ha aceptado como enviado para establecer la nueva alianza entre Dios y los hombres.
En primer lugar, Lucas alerta a su comunidad sobre posibles signos engañosos: falsos mesías o anunciadores de la inminencia del fin. En aquellos tiempos, que muchos consideraban los últimos, diversos exaltados se presentaban como el salvador definitivo, uniendo su mesianismo con la caída de Jerusalén y el fin del mundo (Hch 5 36-39). Lucas ya nos ha hablado en su evangelio de este ambiente de espera angustiosa del fin que todavía reinaba en la época en que escribe su evangelio (Lc 17 23; 19 11). Sin embargo, él insiste en que el fin no vendrá inmediatamente. De este modo elimina la fiebre mesiánica o escatológica que dominaba en ciertos sectores de la iglesia.
En segundo lugar, estas palabras de Jesús anuncian las persecuciones de la comunidad cristiana y le aseguran la protección incesante de Dios si perseveran en su vida y testimonio. Estas palabras, oídas en tiempo de persecución, eran una ayuda inestimable para los cristianos que creían y confiaban en el Señor resucitado. Este les dará la palabra adecuada y la fuerza para enfrentarse a sus adversarios (Lc 21 15). Cuando Lucas escribe este texto tiene muy presente la experiencia de la iglesia primitiva que él describe en el libro de los Hechos. El testimonio firme y sincero, que en algunos casos (Esteban, Santiago) llegó al martirio, es el camino que lleva a la auténtica salvación (Lc 21 19). Lucas anima a los miembros de su comunidad a seguir ese comportamiento. Pero no todos responderán así. Dentro de la misma comunidad cristiana se producirá la división. Tales escisiones son descritas por los profetas de Israel como un castigo de Dios por las perversiones del pueblo (Is 19 1-2; Miq 7 6). Pero estas divisiones, que nos recuerdan que el camino de Jesús es siempre una opción personal, no deben debilitar la perseverancia en el testimonio del Señor resucitado (Rom 2 7). A través de estas persecuciones y sufrimientos la Iglesia se une al camino que llevó a Jesús a la gloria. (Lc 24 26).
Lucas utiliza aquí (Lc 21 10-11) temas procedentes de la literatura apocalíptica, que tienen sus raíces en el Antiguo Testamento (Is 19 2; 2 Cr 15 6). Pero distingue perfectamente los hechos de la historia (Lc 21 8-9. 12-19), de estos acontecimientos finales que en su caso no pretenden darnos una información detallada del fin, sino subrayar la importancia de la venida del Hijo del hombre.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Cada año al término del ciclo litúrgico la Iglesia nos propone reflexionar sobre las «realidades últimas».
Hemos de entender su lenguaje simbólico y los géneros literarios con los que se expresan las imágenes sacadas de la apocalíptica de moda en aquel tiempo.
Posiblemente la comunidad lucana tenía noticias de la destrucción del templo de Jerusalén y lo incorpora a su narración de los tiempos finales.
Sorprende la curiosidad que aflora queriendo saber:
«- Maestro ¿cuándo va a ser eso? ¿Cuál será la señal de que esto está a punto de suceder? (v.7).
Son tediosas las preguntas del «cuándo» y el «cómo». Jesús responde «primero» a los «sufrimientos» de los días del hombre. Después vendrá el «tiempo cierto»: la CONVERSIÓN.
Hemos de encontrar nuestro presente de conversión, nuestro equilibrio de armonía entre los signos de los tiempos y la fidelidad de Dios.
«Ni un cabello de vuestra cabeza se perderá» (v.18). Dios está ahí, con nosotros, en nosotros, entre nosotros haciendo historia salvadora.
«Con vuestra paciencia salvaréis vuestras vidas» (v.19). Dios está presente infundiendo su Espíritu, fortaleciendo nuestro ánimo, sosteniendo nuestras luchas y dificultades. La salvación personal depende de la paciencia con que vivamos la relación con Él.
Dios sigue viviendo en el tiempo de la Iglesia y pasa por nuestras vidas en su Palabra, en sus Sacramentos y en el sacramento tan poco venerado de los Hermanos. Hemos de agudizar los sentidos para descubrirle. Él nos alerta: «-Estad atentos, para que no os engañen» (v.8).

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • Los tiempos finales son un permanente pasar por nosotros.
    ¿Somos conscientes de cuánto se va terminando en nuestra existencia y de cuánto se va alumbrando?
  • ¿Cómo vivimos el «paso» del tiempo por nosotros?
  • ¿Con qué actitud lo vivenciamos?
  • ¿Aprovechamos la «oportunidad» para crecer en nuevas actitudes de vida?
  • La escatología está aconteciendo siempre
    ¿Te sientes concernido por ese presente de Dios?

Repite sosegadamente

  • » El Señor es mi fuerza «
  • » Venga a nosotros tu Reino «
  • » Mi Dios y mi todo «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos centrar nuestra atención en los siguientes versículos del evangelio:
    «Pero ni un cabello de vuestra cabeza se perderá. Con vuestra paciencia salvaréis vuestras vidas.» (vv. 18-19).
  • ¿Cómo entender hoy la «Providencia Divina» que expresa el versículo 18?
  • ¿Hemos de desentendernos de todo y de todos?
  • ¿Hemos de vivir vigilantes y responsablemente?
  • ¿Tiene importancia la «paciencia» para una vivencia de nuestra historia salvadora?

Terminamos orando juntos con el Salmo 97 del Diurnal

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad:

tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra.

Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.

XXXIV Domingo

1.- LA CRUZ, SIGNO REAL

» …Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel… » (2 Sam 5, 1-3).
» …Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al Reino de su Hijo querido…» (Col 1, 12-20)

SÍMBOLOS

  • Cruz.
  • Cirio Pascual.

2.- PALABRA

(Lc 23, 35-43) En la cruz Jesús ejerce su realeza salvando a la humanidad. El buen ladrón reconoce la realeza de Jesús y confía en Él.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 23, 35-43)

Crucifixión

Mc 15 22-32; Mt 27 33-44; Jn 19 18-27
Hch 7 60; Sal 22 19; 22 8-9; M5 2 2

Cuando llegaron al lugar llamado «La calavera», crucificaron allí a Jesús y también a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. 34 [Jesús decía:
– Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.]
Después se repartieron sus vestiduras y las echaron a suertes. 35 El pueblo estaba allí mirando. Las autoridades, por su parte, se burlaban de Jesús y comentaban:
– A otros ha salvado, ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el elegido!
36 También los soldados le escarnecían. Se acercaban a él para darle vinagre 37 y decían:
– Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
38 Había también una inscripción sobre su cabeza: «Este es el rey de los judíos»
39 Uno de los malhechores crucificados le insultaba diciendo:
– ¿No eres tú el Mesías? Pues sálvate a ti mismo y a nosotros.
40 Pero el otro intervino para reprenderle diciendo:
– ¿Ni siquiera temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio? 41 Lo nuestro es justo; recibimos lo merecido por nuestros actos; pero éste no ha hecho nada malo.
42 Y añadió:
– Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.
43 Jesús le dijo:
– Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.

COMENTARIO

El relato de la crucifixión contiene diversas citas o alusiones a los salmos (Sal 22 8.19; 69 22), alusiones que aparecerán también en los textos siguientes. De este modo se nos quiere presentar la pasión de Jesús como el cumplimiento de las Escrituras (Lc 24 25-27). Las palabras de Jesús en la cruz manifiestan de nuevo su misericordia que aquí llega incluso a los que le han condenado (Lc 23 34) y que es rasgo propio del evangelio de Lucas. El mensaje de Jesús sobre el amor al enemigo, un tema en el que Lucas insiste especialmente en su sermón de la llanura (Lc 6 27-35), se hace aquí acción ejemplar para el creyente. Las palabras y los hechos de Jesús tienen siempre una perfecta coherencia. Es quizá uno de los momentos en que se nos revela con mayor claridad uno de los rasgos fundamentales de la ética cristiana. Hay además aquí un cambio radical con respecto al comportamiento del Antiguo Testamento. Hasta los mártires de la época macabea mueren con el deseo de la destrucción y muerte de sus enemigos (2 Mac 7 19). Los mártires cristianos aprendieron bien la lección de Jesús. El primero de ellos, Esteban, muere también perdonando a sus enemigos (Hch 7 54-60). Como ocurre frecuentemente en el relato de la pasión de Lucas, el pueblo aparece expectante y observando, sólo los jefes del pueblo y los soldados se burlan de las pretensiones mesiánicas de Jesús.
En la presentación que se hace de los dos malhechores crucificados con él, Lucas opone dos tipos de personas que encarnan dos maneras de reaccionar ante la salvación que nos trae Jesús. Su inocencia brilla nuevamente y la ejerce en el perdón como un signo más de su señorío. El buen ladrón ha sabido leer los signos de los tiempos y ha reconocido en el crucificado al Mesías que va a participar de la gloria en la resurrección. Los creyentes de la comunidad lucana ven aquí el perdón de Jesús, que está en el origen de su vida cristiana, y que han experimentado en el momento de su conversión.

El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Terminamos el ciclo litúrgico mirando a Jesucristo crucificado: para unos «un escándalo», para otros «una locura», pero para nosotros «la fuerza y la sabiduría de Dios» (1 Cor 1, 24).
La realeza de Cristo Crucificado sólo puede entenderse desde la presencia salvadora del Reino que ya ha comenzado «en nosotros» (Lc 17, 21).
Jesús aparece en la Cruz entre malhechores diciendo: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen» (v.34). Es esta capacidad reconciliadora y esta forma amante que le hace resplandecer como Rey.
Él es Rey porque no se salva a sí mismo (v.37), sino que salva a todos, especialmente a los cercanos.
Uno de los cercanos, su próximo sufriente, le dice: «acuérdate de mí cuando llegues a tu reino» (v.42). Este hombre atisbó a entrever en la forma silenciosa de amar que el Reino que Jesús había predicado, se estaba abriendo camino como un deseo profundo en su corazón y quiso deslizarse en los sentimientos de este misterioso moribundo que tenía a su vera: «acuérdate de mí», «tenme en tu memoria», «méteme en tus sentimientos». Cuantas veces nosotros suplicamos los mismos deseos…
«Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso» (v.43). El nuevo Adán, el Hombre Nuevo, no sólo lo integra al Reino predicado, le abre aquel «Paraíso» que canceló el hombre viejo con su infidelidad. Nos abre a todos no sólo el Reino predicado, sino que nos introduce con este crucificado a todos nosotros en el Paraíso Perdido y es encontrado, restaurado, devuelto para toda la eternidad.
El ladrón ha sabido leer los signos y reconocer en el Crucificado el señorío de Dios.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Vivimos nosotros hoy la Cruz como un signo de debilidad, de amor y de perdón?
  • ¿Cómo la concretamos en la vida cotidiana?
  • ¿En quiénes se nos hace hoy presente
    ¿Qué exigencias nos impone aceptarla en nuestra vida cotidiana?
  • ¿Cómo se nos presenta en nuestras relaciones?
  • El Reino inaugurado por Jesús emerge de forma oculta, fermentativa.
    ¿Lo percibes, lo intuyes, lo ves aflorar en tu entorno?

Repite sosegadamente

  • » Padre, perdónanos «
  • » Tu Reino es vida «
  • » Venga a nosotros tu Reino «

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Terminamos poniendo en el centro de nuestra reunión la Cruz y el Cirio Pascual.
  • Leemos los versículos siguientes:
    » – Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino. Jesús le dijo:
    – Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.» (vv. 42-43).
  • Meditamos:
    ¿Cómo está emergiendo entre nosotros el Reino de Dios?
    ¿Cuáles son los signos del paraíso entre nosotros?
  • Dialogamos.

Concluimos orando juntos con el Salmo 121 del Diurnal

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios».

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.