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Navidad – Ciclo C

Tiempo de Navidad

1.- NACIMIENTO DE JESÚS

«Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva al hombro el principado …» (Is 9, 2-7).
«Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres …» (Tit 2, 11-14).

SÍMBOLOS

  • Belén.
  • Luz.
  • Gran decoración floral.

2.- PALABRA

(Lc 2, 1-14). El evangelista pone de relieve el clima histórico del nacimiento de Jesús. Su nacimiento inunda de luz la oscura noche de los pueblos y trae la paz para los que aman.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 2, 1-14)

Nacimiento de Jesús

Mt 1 25; Jn 4 42; Hch 5 31; Flp 3 20; Tit 2 13; Lc 2 51

En aquellos días apareció un decreto del emperador Augusto, para que se empadronasen los habitantes del imperio. 2 Este censo fue el primero que se hizo durante el mandato de Quirino, gobernador de Siria. 3 Todos iban a inscribirse a su ciudad. 4 También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde Galilea, desde la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, 5 para inscribirse con María, su esposa, que estaba encinta. 6 Y sucedió que mientras estaban en Belén le llegó a María el tiempo del parto, 7 y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.
8 Había en aquellos campos unos pastores que pasaban la noche al raso velando sus rebaños. 9 Un ángel del Señor se les apareció, y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Entonces les entró un gran miedo, 10 pero el ángel les dijo:
– No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será también para todo el pueblo: 11 Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor. 12 Esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
13 Y de repente se juntó al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: 14 «¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que gozan de su amor!».

COMENTARIO

Con motivo de un hecho de la historia del Imperio romano, el censo de Augusto, se lleva a cabo el propósito de Dios, que se inscribe en la historia del pueblo elegido. Es en Belén, la ciudad de David, donde ocurre el acontecimiento que desencadena la historia de la salvación. Este nacimiento se describe según el esquema de la paradoja, Jesús es el Salvador, el Mesías, el Señor (Lc 1 11), y sin embargo su nacimiento se produce en el despojamiento y la pobreza. Hay que destacar también el contraste existente entre el nacimiento de Juan y el de Jesús. Mientras que en aquel el ambiente es de alegría y fiesta, en medio de los parientes y vecinos que vienen a felicitar a los padres, en el nacimiento de Jesús reina la soledad. La sombra de la cruz se proyecta ya sobre estos primeros días de su vida.
Los primeros a los que se revela esta buena noticia son unos pastores, representantes de los pobres y sencillos, que serán también los primeros en recibir la palabra de Jesús (Lc 4 18). El anuncio del ángel a los pastores sigue el esquema habitual en las apariciones o epifanías celestes: una gloria luminosa, el miedo de los pastores, la expresión no temáis, el alegre mensaje sobre el niño y el signo que confirmará sus palabras. Quizá lo más nuevo es la confesión de fe cristiana en Jesús, que concentra rasgos fundamentales de la cristología de Lucas. Este niño que nace va a ser el Mesías esperado de Israel, el Señor manifestado en su resurrección (Hch 2 36), el auténtico salvador de los hombres. Este último título tenía una enorme importancia en la época de Lucas, ya que no sólo al emperador romano sino a los dioses paganos se les llamaba así. Lucas al utilizar este título para Jesús (Lc 2 11.30; Hch 5 31; 13 23) nos lo presenta como la única alternativa posible a todos los absolutos que se crea el hombre.
Este anuncio del ángel encuentra un eco en el cielo, es el canto del «Gloria» (Lc 1 14). La gloria de Dios se manifestaba en el Antiguo Testamento en los acontecimientos de la historia. Ahora en el niño que nace, nos encontramos con el centro del tiempo salvífico. Por eso con él llega la paz que es una de las expresiones utilizadas para hablar de la salvación esperada en el tiempo del Mesías (Is 9 5-6). Y esta paz llega, no a los hombres de buena voluntad -como decían las antiguas traducciones- sino a los hombres que son amados por Dios. Pero su amor no tiene límites y alcanza a todos. Por último, la actitud meditativa de María, que interioriza y profundiza los acontecimientos, se complementa con la actitud «misionera» de los pastores que proclaman la gloria de Dios manifestada en el nacimiento de Jesús. Estas dos actitudes nos dan un buen retrato de la existencia creyente.

El evangelio según san Lucas
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Navidad es:

Tiempo del Espíritu Santo.
Noche de Dios y noche de misterio.
Regalo de Dios para todos.
Misterio de una Madre-Virgen y silencio de María envuelta por el Espíritu.
Misterio de la manifestación en la carne del Hijo de Dios.
Palabra nueva que alumbró María y cabeza y cuerpo de una humanidad nueva.
Luz que vence a las tinieblas.
Anuncio de la Paz a toda criatura de buena voluntad.
Adoración de los sencillos y de los grandes; es apertura del corazón al misterio de Dios.
Fiesta del misterio santo de Dios.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

Repite sosegadamente

  • ¡Luz gozosa!
  • «Nos ha nacido el Salvador»
  • «Gloria a Dios»

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • «La gloria del Señor los envolvió con su luz» (v.9)
    ¿Cómo llega a tu vida, hoy, la luz de Dios?
  • ¿En quién o quienes se manifiesta para ti?
  • ¿Qué exigencias trae para tu vida?
  • ¿Qué alegrías y gozos te propicia?
  • Distingue entre las luces ilusorias y la luz verdadera…..
    ¿Cuáles son tus cegueras…, tus tinieblas ….?
  • Alumbra en ti nuevas realidades y ofrécelas en tu entorno; navidad es tiempo de gratuidad y del regalo de Dios.

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Comentamos el siguiente texto:
    «- No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será también para todo el pueblo: Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor». (Lc. 2, 10-11).
  • Actualización del texto:
    ¿Nos nace, hoy, algo o alguien a nosotros?
  • ¿Qué alumbramos con alegría?
  • ¿Qué deberíamos alumbrarnos unos a otros?
  • ¿Qué actitudes alumbrarían hoy nuevas estructuras y nueva luz para la sociedad?
  • ¿Cómo realizar esta metamorfosis en nuestro entorno y en la vida eclesial?

Concluimos orando el Salmo 95 del Diurnal

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.

Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.

Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente».

Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,

delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.

Sagrada Familia

1.- SAGRADA FAMILIA

«Este niño pedía yo …., ahora se lo cedo al Señor por todos los días de su vida…» (I Sam 20-22. 24-28).
«Cuanto pedimos lo recibimos de Dios … porque hacemos lo que le agrada …» (I Jn 3, 1-2. 21-24).

SÍMBOLOS

  • Sagrada Familia de Luca Signorelli
  • Belén.
  • Promesas matrimoniales.
  • Casa abierta.

2.- PALABRA

(Lc 2, 41-52). Un acontecimiento importante en la vida familiar de Jesús: su primera pascua, su encuentro con el Padre, su búsqueda del Padre…. y su vuelta a la vida familiar.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 2, 41-52)

Primera pascua de Jesús

Ex 12 24-27; Dt 16 1-8; Jn 2 16; Lc 1 80; 2 19

Sus padres iban cada año a Jerusalén, por la fiesta de pascua. 42 Cuando el niño cumplió doce años, subieron a celebrar la fiesta, según la costumbre. 43 Terminada la fiesta, cuando regresaban, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. 44 Estos creían que iba en la comitiva, y al terminar la primera jornada le buscaron entre los parientes y conocidos. 45 Al no hallarle, volvieron a Jerusalén en su busca. 46 Al cabo de tres días, le encontraron en el templo sentado en medio de los doctores, oyéndolos y haciéndoles preguntas.
47 Todos los que le oían estaban sorprendidos de su inteligencia y de sus respuestas. 48 Al verle, se quedaron perplejos, y su madre le dijo:
– Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos buscado angustiados.
49 Él les contestó:
– ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?
50 Pero ellos no comprendieron lo que les decía. 51 Bajó con ellos a Nazaret, y vivió bajo su tutela. Su madre guardaba todos estos recuerdos en su corazón. 52 Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en aprecio ante Dios y ante los hombres.

COMENTARIO

La ley de Israel pedía que los muchachos judíos que hubieran llegado a la edad de la pubertad fueran a Jerusalén tres veces al año (Ex 23 14-17). Jesús tiene ya doce años, y aunque los rabinos no consideraban obligatoria esta ley hasta los trece, muchos padres llevaban a sus hijos antes de esa edad. En este relato, y antes de que se inicie la predicación del precursor, Jesús pronuncia sus primeras palabras en el momento en que entra en su juventud, y lo hace durante la pascua y en el templo. Estas palabras, como las del final del evangelio (Lc 24 49), hablan del Padre y del misterio de la filiación que sobrepasa toda inteligencia humana. Lo mismo que ocurre aquí, en su juventud, ocurrirá en su madurez al final de su misión (Lc 19 45-48). Allí también Jesús predica en el templo, ante la admiración del pueblo, pero en un contexto que nos anuncia ya el comienzo de su pasión.
La clave de este episodio se encuentra en las palabras de Jesús. El significado de su respuesta a la pregunta de María es que Dios es su Padre (en contraste con su padre legal). De ahí se deduce que las exigencias de este Padre pasan por encima de cualquier exigencia. Su misión le va a obligar a romper los lazos con su familia (Mc 3 31-35). Pero no nos apresuremos a ver en esta afirmación de Jesús todo lo que la teología posterior va a afirmar sobre la filiación de Jesús. Todo lo que está implicado en este título de Hijo de Dios lo vamos a ver manifestado paulatinamente en la vida pública de Jesús y, sobre todo, en su muerte (Mc 15 39; Rom 5 10; Gal 2 20) y su resurrección (Rom 1 3-4).
Sin embargo esta filiación divina no suprime los condicionantes de la humanidad de Jesús (Lc 2 52). Como todos los niños y adolescentes de su tiempo irá adquiriendo poco a poco su madurez física y espiritual. Su madre guardaba todos estos recuerdos en su corazón esperando que el futuro desvelara su significado pleno (Lc 2 51). Esta fe reflexiva de María nos invita a los creyentes a volver nuestra mirada a estos acontecimientos para descubrir en ellos la luz que ilumine el camino de nuestra vida al servicio del evangelio de Jesús.

El evangelio según san Lucas
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Evidente es que asistimos a un pluralismo familiar, bajo signos diversos, pero lo que constituye a esa célula humana en familia es el amor que les vincula.
Lo extraordinario y lo ordinario de la familia cristiana y de la familia de Nazaret, que es modelo, es la presencia de Jesús.

Jesús como Hijo en la familia de Nazaret es un don y en toda familia cristiana los hijos buscados, queridos o aceptados son don del Padre y misterio de amor en el seno de esa comunidad humana.
El Hijo en la familia de Nazaret es proyecto y realidad de Dios, también en cada familia cristiana los hijos son proyecto, misterio y realidad de Dios que se desarrolla exigiendo respeto, tolerancia y un amor, no siempre entendido, por los padres.
Todo hijo es un desafío, exige un crecimiento, demanda una madurez y comporta unas esperanzas no siempre satisfactorias; la libertad con que se expresa, la confianza que exige y la generosidad a la que obliga demanda de los padres y de la familia apertura a la voluntad divina, que se instala en su seno a través del misterio de cada vástago. Misterio divino y encarnado en cada ser que crece, aprende y comprende en su interior.
Todo hijo, como Jesús en la familia de Nazaret, es un signo de contradicción y un motivo de salvación:
– «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos buscado angustiados». (v.48).
Todo hijo es motivo de plegaria, misterio y presencia de Dios: «su madre guardaba todos estos recuerdos en su corazón» (v.51).

Somos hijos de este gran misterio de Vida que es Dios con nosotros y entre nosotros.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

Repite sosegadamente

  • «Padre nuestro»
  • «Mi Dios y mi todo»
  • «Tú eres el camino»

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • Cada hijo es un misterio, comporta una llamada irrepetible, que no puede sacrificarse al proyecto de los padres, a sus ambiciones o programaciones.
    ¿Sabemos respetar la realidad sagrada de cada persona?
  • ¿Aprendemos a no profanar la dignidad y libertad de cada ser?
  • ¿Sabemos que somos presencia vocacionada de Dios para nuestro mundo?
  • ¿Custodias, proteges y amas a tus hermanos?

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

Podemos partir para el diálogo del siguiente texto:
«- Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos buscado angustiados». (v.48).Todos los hijos realizan acciones sorprendentes que angustian a sus padres.
Son acciones que les revelan como seres individuales, libres y originales.
Acciones con una carga simbólica que les significan.
Son hechos con los cuales se autoafirman, se dan a conocer y realizan en su evolución.

Hemos de aprender a leer los designios de los hijos con un cristiano discernimiento.

Terminamos orando el Salmo 83 del Diurnal

¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.

Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:

cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de baluarte en baluarte
hasta ver a Dios en Sión.

Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.

Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.

Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria;
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.

¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en ti!

Santa María, Madre de Dios

1.- LA BENDICIÓN DEL SEÑOR

«…El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor…» (Num 6, 22-27).
«Ya no eres esclavo sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero …» (Gal 4, 4-7).

SÍMBOLOS

  • Virgen María y el niño Jesús
  • Icono de María.
  • Maternidad.

2.- PALABRA

(Lc 2, 16-21). Mientras todos se maravillan de lo que los pastores cuentan, María, la Madre en silencio medita en su corazón. Esta maternidad se prolongará en silencio hasta la cruz.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 2, 16-21)

Los pastores fueron de prisa y encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre. 17 Al verle, contaron lo que el ángel les había dicho de este niño. 18 Y cuantos escuchaban lo que decían los pastores, se quedaron admirados. 19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios porque todo lo que habían visto y oído correspondía a cuanto les habían dicho.
21 A los ocho días, cuando le circuncidaron, le pusieron el nombre de Jesús, como lo había llamado el ángel ya antes de la concepción.

COMENTARIO

La primera reacción, la de los oyentes, fue tan sólo de sorpresa. «María, por su parte, conservaba el recuerdo de todo esto, meditándolo en su interior» (2, 19). La reacción de María, figura del Israel fiel, es distinta. Aun cuando no lo comprenda, «conserva el recuerdo», es decir, lo ha grabado en su memoria. El hecho de conservar la memoria de estos hechos «en su corazón» (lit.: cf. 1, 66) y de «ponderarlos» posibilitará un día su comprensión. «Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían visto y oído; tal y como les habían dicho» (2, 20). La tercera reacción, la de los marginados y asociales, es pareja a la de los ángeles («glorificando / gloria» y «alabando a Dios»). Han podido comprobar personalmente la veracidad del anuncio del ángel: les ha nacido un salvador que los va a sacar de su marginación, el Mesías de Israel y Señor de todas las naciones. Sólo ellos estaban capacitados para comprender aquel lenguaje tan crudo.

El éxodo del hombre libre,
catequesis sobre el evangelio de Lucas
Josep Rius-Camps
Ediciones El Almendro

3.- RESUENA LA PALABRA

El Concilio de Éfeso proclamó a María Theotokos, madre de Dios; esta fiesta llegó a nuestra liturgia después de la reforma del Concilio Vaticano II.
El texto litúrgico que la fiesta nos aporta dice: «María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (v.19).
Los pastores son los misioneros, los que divulgan, los que comunican, «se volvieron glorificando y alabando a Dios porque todo lo que habían visto y oído correspondía a cuanto les habían dicho» (v.20). Los pastores «cuentan», «glorifican», «testimonian…»
María «conserva en su corazón», «guarda», «medita»; antes de contar hemos de asimilar, discernir, ahondar el mensaje sentido.
Ella envuelve en silencio meditativo el mensaje recibido.
Acoge el misterio de ese niño y lo que se dice de Él con fe.
Se abre a la revelación y a la comprensión de lo que significa cuanto se dice y acontece en ese niño.
Valora y custodia en profundidad lo que «cuentan que el ángel les había dicho de este niño» (v.17).
Recogida en su interioridad se prepara para la inmediata comunicación: «le pusieron el nombre de Jesús, como lo había llamado el ángel» (v.21).
Tanto el «contar» de los pastores como el «guardar y meditar en el corazón» forman parte de una misma exigencia misionera.
María se nos presenta haciendo camino, expresando un «don» recibido en su hijo, que es Hijo de Dios.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

Repite sosegadamente

  • «Ruega por nosotros»
  • «Alaba alma mía al Señor»
  • «Guarda y medita»

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • Los marginados y pobres sociales de aquel tiempo «glorifican y alaban a Dios» (v.20).
    ¿Tenemos nosotros contacto con ellos?
  • ¿Cómo los valoramos, los escuchamos y meditamos sus expresiones?
  • ¿Quiénes son los pobres y marginados más cercanos a nuestra vida?
  • ¿Nos encuentran «como encontraron a María y a José y al niño» (v.16)?
  • ¿Nos ven, cuentan con nosotros, saben que existimos y que estamos abiertos a ellos?

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos partir del siguiente texto:
    «- Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios porque todo lo que habían visto y oído correspondía a cuanto les habían dicho» (Lc 2, 20).Confrontemos la crudeza de lo que ven y oyen en la cueva y el pesebre con el lenguaje celestial del ángel y su anuncio (Lc 2, 9-15).
    Encuentran sencillez, silencio y pobreza.
    Se les anuncia gloria, alegría y salvación para todos….
  • ¿Es posible que hoy la gloria de Dios se nos revele de nuevo a través de los pobres, de los sencillos y humildes?

Terminamos orando juntos el Salmo 66 del Diurnal

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.

Epifanía del Señor

1.- LUZ PARA TODOS

«…Tus hijos llegan de lejos …» (Is 60, 1-6).
«… También los gentiles son coherederos …. y partícipes de la promesa en Jesucristo…» (Ef, 3, 2-3. 5-6).

SÍMBOLOS

  • Reyes adorando al niño Jesús
  • Gran luz -Estrella-Belén.
  • Tres Reyes.

2.- PALABRA

(Mt 2, 1-12). Los lejanos se encuentran con Jesús. Atentos al signo del cielo; son los primeros en adorar lo pequeño, lo escondido, lo pobre: Dios con nosotros.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 2, 1-12)

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes.
Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén 2 preguntando:
– «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo».
3 Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; 4 convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
5 Ellos le contestaron:
– « En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el Profeta: 6
«Y tú, Belén, tierra de Judea,
no eres ni mucho menos la última
de las ciudades de Judea,
pues de ti saldrá un jefe
que será el pastor de mi pueblo Israel» ».
7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, 8 y los mandó a Belén, diciéndoles:
– «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo».
9 Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.
10 Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. 11 Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y, cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
12 Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

COMENTARIO

Notemos, en primer lugar, que Mateo insiste en el hecho de que Jesús nació en Belén de Judá (Mt 2,1.5.6.7). Para entender esta insistencia conviene saber que, en la cultura en la que vivían él y sus destinatarios, el lugar de origen definía en cierto modo a las personas. Los pueblos y ciudades, como las familias, eran los depositarios del honor acumulado por sus habitantes ilustres en el pasado, y esta herencia pasaba a los que nacían en ellos. Ahora bien, sobre el lugar de origen de Jesús había diversas opiniones. Algunos pensaban que había nacido en Nazaret y esto era un obstáculo para reconocerle como Mesías: ¿Acaso va a venir el Mesías de Galilea? ¿No afirma la Escritura que el Mesías tiene que ser de la familia de David y de su mismo pueblo, de Belén? (Jn 7,41-42. Véase también Jn 1,45-46). Mateo quiere aclarar que Jesús ha nacido en Belén, la patria de David. De este modo muestra que Jesús hereda el honor acumulado en la familia de David, no sólo porque es descendiente suyo, sino porque ha nacido en su mismo pueblo. Belén era, además, el lugar en el que, según las Escrituras, debía nacer el Mesías (Miq 5,1.3; 2 Sm 5,2).
En el relato aparecen también otros elementos que refuerzan esta presentación de Jesús. Según la creencia popular, el nacimiento de un personaje importante iba unido a la aparición de una nueva estrella. También la tradición judía anunciaba al Mesías como la estrella que surge de Jacob (Nm 24,17). Además, según las profecías del Antiguo Testamento, los pueblos paganos habrían de rendir homenaje al Mesías (Is 49,23; 60,6; Sal 72,10-15). Todo contribuye a presentar a Jesús como el Mesías enviado a Israel. No olvidemos que Mateo se dirige a los cristianos de su comunidad y quiere darles argumentos para rebatir a quienes negaban que Jesús era el Mesías.
Además de completar la presentación de Jesús, este relato recoge de forma paradigmática dos actitudes que luego se repiten a lo largo de todo el evangelio: su pueblo rechaza a Jesús, pero los magos de oriente, que son paganos, le adoran. Mientras que Herodes y Jerusalén se turban ante la noticia del nacimiento de Jesús y planean su muerte, los paganos experimentan una gran alegría y le reconocen como el rey de los judíos.

Comentario al Nuevo Testamento
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Epifanía es la fiesta de la LUZ, la manifestación de la luz divina a todos los pueblos.
«Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo» (v.2.). De esta estrella habían hablado los profetas:
«De Jacob avanza una estrella» (Nm. 24, 17).
«Nos visitará una luz que nace de lo alto» (Lc 1, 78).
«Sobre nosotros se alzará una luz victoriosa que trae la salvación» (Mal 3, 20).
Los hombres buscamos en las alturas, entre nobles (v.2.), pero el «signo» se detiene en un nuevo «lugar santo» en el hogar de María y José, en Belén, «donde estaba el niño» (v.9). En este momento se unen «signo» y «realidad significada», la realidad no es espectacular.
Un niño normal, pobre, modesto….
Una casa cualquiera, común, insignificante….
«Vieron al niño con María, su madre» (v.11).
El signo grandioso de luz remite a una realidad pequeña, normal, cotidiana…; «ellos cayendo de rodillas lo adoraron» (v.11).
Hicieron el paso del signo a la fe…
La fe nos permite penetrar las apariencias y por consiguiente adorar ahí, en lo cotidiano y en lo pequeño, a Dios.
La fe permite contemplar la gloria, la grandeza, que se encierra en lo pequeño, humilde y sencillo.
La pequeñez no es un límite, es donde se contiene el amor más apasionado y gratuito: «ellos, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra» (v.11).
La epifanía nos reta a buscar la luz que se nos entrega en la pequeñez, en lo cotidiano, en lo sencillo, preñados de amor…; ahí nos espera Dios, ahí estamos invitados a abrir nuestros tesoros de amor, de ternura y generosidad para ponerlos a los pies de aquellos en quienes Dios nos espera.
¿Hemos de emprender este camino?

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

Repite sosegadamente

  • «Lléname de alegría»
  • «Señor, que vea tu luz»
  • «Tú eres el camino»

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Dónde hemos de buscar hoy las luces y las estrellas?
  • ¿En la fama, los honores y los títulos?
  • ¿Hacia dónde hemos de dirigir nuestras miradas?
  • ¿En quiénes se puede manifestar, hoy, la luz divina?
  • ¿En quiénes atisbamos un rayo de luz y de claridad?
  • ¿A quiénes rendimos honores y pleitesía?
  • ¿Buscamos los signos en que Dios se nos manifiesta?
  • ¿Escrutamos los signos de los tiempos?
  • ¿Vivimos la dialéctica de la luz en lo pequeño?

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

Partimos del siguiente texto:
«Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y, cayendo de rodillas lo adoraron» (Mt 2, 10-11).

  • ¿por qué habían perdido la estrella?
  • ¿con quién se pusieron a dialogar?
  • ¿en qué lugares erróneos anduvieron buscando?
  • ¿de quién o quiénes recabaron información?
  • ¿qué espacio sagrado se nos revela en el texto?
  • ¿qué templos de Dios se nos entregan en el texto?
  • ¿qué SIGNIFICADOS encierra este texto para nosotros?

Terminamos orando juntos el Salmo 71 del Diurnal

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.

Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador.

Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
que baje como lluvia sobre el césped,
como llovizna que empapa la tierra.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.

Que en su presencia se inclinen sus rivales;
que sus enemigos muerdan el polvo;
que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.

Que los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.

Bautismo del Señor

1.- ESPÍRITU SANTO Y FUEGO

«…No gritará, no clamará, no voceará por las calles … el pábilo vacilante no lo apagará…» (Is 42, 1-4. 6-7 ).
«… Pasó haciendo el bien y curando….» (Hch, 10, 34-38).

SÍMBOLOS

  • Bautismo de Jesús.
  • Agua y Santo Crisma.
  • Icono de Jesús.

2.- PALABRA

(Lc 3, 15-16. 21-22 ). Jesús bautizado por Juan, es proclamado Hijo Unigénito y es confirmado en su misión. Con el bautismo se inaugura el tiempo nuevo.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 3, 15-16. 21-22)

Bautismo de Jesús, el Hijo de Dios

Mc 1 9-11; Mt 3 13-17; Jn 1 32-33; Sal 2 7

El pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías. 16 Entonces Juan les dijo:
– Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no soy digno de desatar la correa de las sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
21 Un día en que se bautizó una gran cantidad de gente, también Jesús se bautizó. Entonces, mientras estaba Jesús en oración se abrió el cielo, 22 y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma corporal, como una paloma, y se oyó una voz del cielo:
– Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.

COMENTARIO

[dropcaps type=’square’ color=» background_color=» border_color=»]E[/dropcaps]n un clima de oración, que Lucas suele destacar en momentos decisivos de su misión (Lc 4 12; 9 28-29; 11 1), Jesús se revela en su bautismo, por la fuerza del Espíritu, como el Mesías de Dios. El Salmo 2, citado aquí, había adquirido en la interpretación de Israel su dimensión mesiánica que en este relato se manifiesta como filiación divina.
En el relato lucano de las tentaciones, no se cita a Juan. Él es el último representante del tiempo de Israel y su tarea ya ha terminado. Se inicia el centro del tiempo en el que la persona de Jesús ocupa el primer puesto. Sin embargo Jesús no está solo. Aparece acompañado de todo el pueblo como una premonición del nuevo pueblo mesiánico que se iniciará en Pentecostés (Hch 2 1-4). Por eso Lucas no se limita a recordar un acontecimiento histórico sino que tiene en cuenta otra realidad eclesial de su tiempo: el bautismo cristiano. Y para él la novedad que trae éste, frente a los otros ritos de ablución de su época, es el don del Espíritu. Él nos permite reconocer nuestra identidad de hijos de Dios y hermanos de Jesús. Y nos da fuerza para ser fieles al evangelio, a pesar de las dificultades que puedan presentarse.

El Evangelio según San Lucas
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

Con el bautismo se cierra la vida oculta, silenciosa, anónima de Jesús y se abre su actividad mesiánica.
«Un día en que se bautizó una gran cantidad de gente, también Jesús se bautizó» (v.21).
La actividad mesiánica comienza poniéndose Jesús en la fila de los pecadores, bajando «como uno cualquiera» (Flp 2,7), con todo el pueblo que necesita purificación.
«Entonces, mientras estaba Jesús en oración se abrió el cielo» (v.21). Para Jesús el bautismo no fue un acto más, fue un acontecimiento de encuentro con el Espíritu de Dios: «bajó sobre él en forma corporal» (v.22); lo encarnó, lo inundó corporalmente, totalmente, de manera que es el mismo Espíritu que lo conducirá en su vida.
«y se oyó una voz del cielo: -Tú eres mi Hijo amado; en ti me he complacido» (v.22). Es la respuesta a su entrega, a su disponibilidad, a su escucha de Dios.

Nuestro bautismo:
Es un bautismo que espera ser «manifestado».
Es una fe que espera hacerse consciente y madura.
Es una elección que ha de ser permanentemente motivada.
Un don que hemos de actualizar diariamente convirtiéndolo en compromiso.
Una responsabilidad que hemos de seguir descubriendo y ahondando a lo largo de la vida.
Una pertenencia a Cristo, a quien nos hemos incorporado, que ha de expresarse y concretarse en una praxis diaria.

Nuestro bautismo, que pidieron a la Iglesia nuestros padres, hemos de hacerlo nuestro; un hecho que nos hace protagonistas en primera persona ante Dios.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

Repite sosegadamente

  • «Ven Espíritu Divino»
  • «Tú eres mi Hijo»
  • «Padre Nuestro»

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

  • ¿Cómo actualizo en la existencia cotidiana el bautismo?
  • ¿Qué hechos lo especifican?
  • ¿Con qué actitudes lo expreso?
  • ¿Qué compromisos concretos me exige?
  • El bautismo ¿me vincula a una comunidad concreta?
  • ¿Con qué compromisos?
  • ¿Te sientes responsable de otros bautizados?
  • ¿Qué acciones misioneras expresan tu bautismo ?

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

  • Podemos desentrañar la significación de la siguiente frase:
    «Un día en que se bautizó una gran cantidad de gente, también Jesús se bautizó.» (v.21).
  • ¿Qué significación tiene este bautismo comunitario?
  • ¿Qué aspectos comunitarios encierra esta solidaridad con los pecadores?
  • ¿Qué consecuencias tiene para nuestro bautismo esta solidaridad con los pecadores?
  • ¿Qué relación existe entre bautismo y oración?

Terminamos orando juntos el Salmo 28 del Diurnal

Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Dios de la gloria ha tronado,
el Señor sobre las aguas torrenciales.

La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica,
la voz del Señor descuaja los cedros,
el Señor descuaja los cedros del Líbano.

Hace brincar al Líbano como a un novillo,
al Sarión como a una cría de búfalo.

La voz del Señor lanza llamas de fuego,
la voz del Señor sacude el desierto,
el Señor sacude el desierto de Cadés.

La voz del Señor retuerce los robles,
el Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»

El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno.
El Señor da fuerza a su pueblo,
el Señor bendice a su pueblo con la paz.