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«El sentido apostólico de la adoración», libro de Nurya Martínez-Gayol en ARS Carmelitana

1 May, 2019 | Librerias ARS

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El 30 de abril tuvo lugar, en la librería ARS Carmelitana de Madrid, la presentación del libro de Nurya Martínez-Gayol, El sentido apostólico de la adoración, Sal Terrae, Santander 2018.

Nurya Martínez-Gayol es profesora de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia  Comillas, y ha dirigido la obra Retorno de amor. Teología, historia y espiritualidad de la reparación (Sígueme, Salamanca 2019), en cuyo origen estuvo la petición de formación e  investigación sobre este tema de las Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote, coeditoras  con Sígueme de la misma en 2008 y de cuya segunda edición dábamos noticia recientemente. La teología de la reparación en una de las líneas principales de trabajo de Nurya, destacando también en este tema la obra Figuras femeninas de Reparación en la Edad Media (siglos XI-XIV), publicada por San Pablo y Comillas en 2012. Destacan también sus estudios sobre teología y espiritualidad ignaciana y sus reflexiones sobre la misericordia, sobre la ternura y sobre la Vida Consagrada.

La autora estuvo acompañada por José García de Castro, jesuita y profesor en la misma Universidad, quien, con sus preguntas y diálogo, dinamizó de manera muy ágil y grata el encuentro.

En el comienzo y al final de este diálogo, dos preguntas, ¿qué es la adoración? y ¿cómo viven la adoración las Esclavas del Sagrado Corazón? nos permitieron clarificar lo más  central del libro e identificarlo como dimensión esencial en el carisma originario de la congregación religiosa a que pertenece Nurya. La autora afirmó que adorar es, ante todo, «reconocer la presencia adorable de Dios en lo pequeño», «reconocer lo infinito en lo  finito: un trozo de pan». Este reconocimiento produce asombro, admiración, gratitud…, supone reconocer quién es Él y quién soy yo. La oración de adoración permite descubrir esta presencia adorable de Dios en todas las cosas, no sólo en la iglesia, no sólo en el tiempo de oración… De ahí que para las Esclavas del Sagrado Corazón la adoración sea una actitud, un modo peculiar de estar en el mundo. Esta perspectiva es la que nos permite acercarnos a este libro como una reflexión teológica que nace de la experiencia carismática.

El punto de partida del libro es recuperar la relación entre adoración y eucaristía: la adoración es prolongación de la eucaristía y, por tanto, prolonga su presencia y participa de su dinamismo. La autora hizo una reflexión muy clarificadora de tipo histórico, desde los orígenes del cristianismo, el sentido de la reserva eucarística (llevarla a los que no pueden participar de la celebración), el surgimiento de la adoración, los posteriores procesos de desvinculación de la adoración respecto de la eucaristía y de deterioro de su sentido a causa de las divisiones religiosas…, hasta la actualidad, en que es importante que un cierto repunte que se está dando de la adoración se oriente no hacia formas reductoras, sino al contrario, permita descubrir la gran riqueza que contiene.

Precisamente uno de los aspectos más olvidados o desconocidos de la adoración nace de su relación con la eucaristía y es su «sentido apostólico». Del dinamismo transformador de la eucaristía y de la dimensión de encuentro personal profundo de la adoración nace el hecho de que ésta al mismo tiempo nos atrae hacia ese encuentro y nos hace salir hacia el mundo. La adoración hace que la persona se sienta mirada por el Señor, pues no consiste en hacer, sino en «dejarse hacer», y así, reparada y transformada, experimenta que el Señor la envía. Así se recibe la misión, se es enviado. «La adoración es apostólica y la misión apostólica debe ser adorante».

José García de Castro subrayó el valor del último capítulo del libro, titulado «Dimensión cósmica de la adoración apostólica», que relacionó con el espíritu de Teilhard de Chardin. En él la autora parte de una frase de Santa Rafaela María Porras, fundadora de las Esclavas del Sagrado Corazón: «Estoy en este mundo como en un gran templo», y desarrolla la dimensión eucarística de la creación y la relación de la adoración con la creación entera. A lo largo de todo el libro se recogen pensamientos y frases significativas de Santa Rafaela, que vivió su misión como «poner a Cristo a la adoración de los pueblos».

Por último, se hizo un recorrido presentando los capítulos del libro, entre los que Nurya Martínez-Gayol señaló como especialmente gozoso para ella el tercero: «Testigos de la verdad, adorando con humildad». La humildad, actitud imprescindible para vivir la adoración, reconoce la humildad de Dios, que se abaja hasta hacerse presente en la pequeñez del pan eucarístico.